Entre tristeza y gozo
Dios en este momento me está llamando para que me goce por algo que lo único que me hace sentir es tristeza; me está guiando por sendas de justicia cuando lo que veo alrededor es injusticia; me induce a preguntarme ¿Cuál es tú voluntad? ¿Cuál es el propósito de Jesús? ¿Cómo puede glorificarse Dios con todo lo que pasó? Trato de responder cada una de las preguntas y arribo a las respuestas: Tu voluntad es que yo sintonice la mía a la tuya, que sea mansa ante la adversidad entendiendo que la mansedumbre es ejercer dominio propio sobre mi propia fuerza. El propósito de Jesús no es que vivamos eternamente aquí en la tierra sino asegurarnos de que lo hagamos en el cielo y finalmente, respondo a la tercera pregunta ¿Cómo puede glorificarse Dios con lo que pasó? Pero, ¿Qué pasó?, mi mami falleció; por tanto, por un lado confieso que este es el escrito más triste de toda mi vida de escritora y al mismo tiempo el que me impregna de mayor gozo al hacerlo pues me da la oportunidad de presentar a una mujer – mi mamá- que no tuvo una vida ordinaria, ella tuvo una vida extraordinaria.
“El extra me habla de añadidura, de hacer mejor algo que los demás, de ser superior que la media, de salir de lo normal, de ser diferente, de dar más de lo que se espera o simplemente de hacer las cosas ordinarias tan bien que supere las expectativas. Ella supo hacer las cosas básicas muy bien.
Ella no sólo sonreía, como lo hacemos la mayoría de las personas….ella irradiaba amor con su sonrisa (ahí está el extra).
Ella no solo miraba a los ojos cuando hablaba, sino que dejaba que el Espíritu que habitaba en ella hable por ella (ahí está el extra).
Ella no solo cocinaba muy rico para comer, sino para juntar y para unir (ahí está el extra).
Ella no solo perdonaba, sino que literalmente olvidaba (ahí está el extra).
Ella no solo era de temple tranquilo, sino que también ejercía dominio propio para no salir de control en tantas situaciones difíciles que vivió….la última, cuando enterró en paz a su hermana menor días antes de su propia muerte, estaba quebrada por dentro pero entera por fuera (ahí está el extra)
Ella no solo veía lo malo en las personas, siempre se esforzaba por ver lo bueno en ellas (ahí está el extra)
Ella no solo vivía porque respiraba, ella amaba la vida (ahí está el extra).
Ella no solo tuvo una familia, sino que la convirtió en un ejército que donde está uno estamos todos (ahí está el extra).
Ella no solo tuvo un Dios porque tenía que tenerlo, muchos oran sin tener certeza a quien lo están haciendo…. ella sabía quién era su Dios y vivió para conocerlo y honrarlo (ahí está el extra). Ella nos dio lecciones de vida hasta el último día de su vida y esas lecciones permanecerán en mis generaciones hasta los últimos días de nuestras vidas (y ahí está el extra).”
Comparto con ustedes mis fieles lectores el mensaje con el cual despedí a esa señora que merece ser honrada públicamente, no por ser “casualmente” mamá de quien escribe, sino porque ella conquistó un lugar en cuanto corazón la conoció y estoy segura que Dios se glorificó en ella con cada palabra que salía de su boca, con cada sonrisa que acompañaba a su saludo, con cada mirada de amor a quien estaba al lado. La mayor tristeza es su ausencia y el mayor gozo es saber que ella está donde siempre soñó estar y ese gozo hoy me desafía a tener una vida significativamente extraordinaria y expreso el compromiso de esforzarme en llegar a ser como ella y ahí estará mí extra… (Me dejaste la vara alta Gordita amada).