Tips: bizcochos regulares y sin grietas
1. El bizcocho ha crecido de forma irregular
A veces los bizcochos tienen una forma irregular, más altos del centro y más bajos de los bordes, como un volcán o joroba en el centro. Esto puede deberse a dos motivos:
La masa tiene exceso de harina: deberás comprobar que hayas puesto la cantidad correcta que indicaba la receta. Si lo has hecho y aún así no te ha salido bien, quizás deberías probar otra receta.
El horno tiene la temperatura muy alta: deberás revisar que tu horno esté bien calibrado, o si no, utilizar un termómetro de horno para asegurarte que la temperatura en su interior sea de 180ºC (o en su defecto, lo que te marque la receta). Tampoco vale ponerlo muy fuerte porque te olvidaste de precalentarlo, y al meter el bizcocho bajar la temperatura, este es un gran error.
La temperatura tiene que ser constante durante toda la cocción, desde el primer segundo, así que enciende siempre el horno cuando empieces con la receta, para darle tiempo de ponerse a punto.
2. El bizcocho tiene grietas profundas
En ocasiones, podemos sacar un bizcocho del horno y encontrar que se ha abierto o que tiene grietas enormes en la superficie. Esto, además de ser estéticamente muy feo, puede derivar en que el bizcocho se rompa al desmoldarlo. Puede deberse a dos factores:
La temperatura del horno es muy alta: Si hemos horneado a mayor temperatura de la debida, es posible que la levadura haya subido muy rápido sin dar tiempo a formar la miga, por eso ha provocado roturas en el bizcocho. Recuerda controlar la temperatura de tu horno con un termómetro externo para evitarlo. Como más despacito se hornee el bizcocho, menos opción le damos a romperse en grietas.
Nos hemos excedido con el tiempo de horneado: Si el bizcocho está en el horno más tiempo del debido, también puede resquebrajarse y hacer grietas. Asegúrate de sacar el bizcocho en el momento que esté listo, ni antes, ni después.