Inseminación artificial facilitó el acercamiento
Llevar unos espermas congelados hasta Panamá para lograr el embarazo por inseminación artificial de la esposa de uno de los espías cubanos presos en EEUU fue uno de los elementos que terminó facilitando las negociaciones dirigidas a “normalizar” las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana.
Según un artículo publicado el lunes pasado por el diario “The New York Times”, ésta fue una de las más altas prioridades durante las conversaciones entre altos funcionarios de Washington y La Habana.
Tramitar la obtención de los espermas, y la logística de llevarlos congelados hasta Panamá donde la esposa de Gerardo Hernández, un espía cubano preso en California, aguardaba desesperada por tener un bebé, estuvo en manos del senador Patrick Leahy, demócrata que jugó un papel importante.
Según el artículo, funcionarios cubanos comenzaron a presionar a EEUU para que gestionara el embarazo en 2010, cuando un diplomático cubano planteó el tema en una reunión de alto nivel.
Hernández, de 49 años, y su esposa, Adriana Pérez, de 44 años, llevaban separados desde que éste quedó preso en EEUU hace 16 años.
Cuando Patrick Leahy visitó La Habana en 2013, el Gobierno cubano le pidió que se reuniera con Pérez. Así lo hizo y según dijo al diario, a su regreso a Washington se convenció de que ayudar a la pareja era lo correcto no sólo en términos humanitarios, sino también para promover un acercamiento diplomático.
De común acuerdo con las autoridades estadounidenses, funcionarios cubanos recolectaron una muestra del esperma de Hernández y lo transportaron a Panamá para realizar un procedimiento de inseminación artificial.