
El mundo ve con nerviosismo las amenzas de un conflicto bélico
José Romero
Como si se tratase de una broma cruel, la pasada semana el mundo se enteró que la anunciada intervención militar de Estados Unidos a Corea del Norte a través del envío de un portaviones a la península de Corea nunca sucedió. El régimen norcoreano no tomó de buena manera el incidente y fuera de calmar la tensión, el país asiático difundió un vídeo mostrando una simulación de cómo sería un ataque con misiles sobre una ciudad norteamericana.
Este tipo de escenas provocó que en las últimas semanas el mundo esté al borde del nerviosismo viendo cómo la tensión entre ambas naciones se incrementaba frente a las amenazas directas de uso armas nucleares, intervenciones militares y el inicio de un conflicto bélico mundial.

La histeria global no es ficticia. Cada vez más gente busca en Google “tercera guerra mundial”, tras la creciente tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte y la crisis en Siria. En abril, a nivel global, las búsquedas de estas tres palabras rompieron récords.
Corea del Norte prueba la paciencia del nuevo presidente de Estados Unidos
Desde la asunción de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en enero pasado, la relación del país norteamericano con Corea del Norte fue una vorágine de cruce de acusaciones, amenazas y lanzamiento de misiles.
Inclusive antes que el magnate llegue a la Casa Blanca, el candidato ya había dado muestras de su política de cero tolerancia con el régimen asiático. Durante su campaña presidencial calificó al líder norcoreano de Kim Joung-un como un “maniaco”.
Las agresiones comenzaron el pasado 2 de enero, cuando el gobierno de Corea del Norte anunciaba que ese país estaba cerca de realizar un ensayo nuclear de tecnología balística transcontinental, que en teoría, podría llegar a territorio estadounidense. La respuesta de Trump en su cuenta de Twitter fue tajante: “¡Eso no pasara!”.
Las reiteradas pruebas armamentistas del país asiático se deben en primer lugar al malestar de décadas de Corea del Norte sobre los ejercicios militares que periódicamente llevan a cabo los países de Corea del Sur y Estados Unidos en la península asiática. También es una desafío a la comunidad internacional que mantiene fuertes sanciones contra el régimen por sus actitudes bélicas.

El 12 de febrero, Pyonyang dio inicio con la etapa de pruebas de misiles en la era Trump. Corea del Sur denunció que su vecino realizó el lanzamiento de un misil con dirección al mar de Japón.
El lanzamiento se realizó en el marco de la reunión del presidente Trump y el primer ministro japonés Shinzo Abe.
El líder norcoreano estuvo presente en el lanzamiento y afirmó que la industria misilística de su país tiene un desarrollo confiable.
Según Abe, “esto claramente muestra” que el gobierno de Pyongyang “ha entrado en una nueva etapa de amenaza”.
Por su parte, el presidente interino de Corea del Sur, Hwang Kyo-Ahn, llamó al hecho “una seria provocación” y urgió a un rápido despliegue de un sistema de defensa antimisiles -fabricado por Estados Unidos- que se espera será instalado a fines de este año.
A continuación se detalla las características de defensa antimisiles:

El portavoz interino del departamento de Estado, Mark Toner, dijo en una declaración: “Estados Unidos condena fuertemente los lanzamientos de la RPDC (República Popular Democrática de Corea) de misiles balísticos esta noche, que violan las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que explícitamente prohíben los lanzamientos que utilizan tecnología de misiles balísticos”.
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó por unanimidad la acción de Corea del Norte, denunció la infracción de seis de sus resoluciones y advirtió con tomar medidas “significativas” contra el régimen.
Sin embargo Corea del Norte no dio el brazo a torcer. El 6 de marzo el régimen disparó varios misiles, tres de los cuales cayeron en el mar de Japón. Se trató de misiles de “unos 1.000 kilómetros” de alcance, precisó el Ministerio de Defensa de Corea del Sur.
El 5 de abril el ministerio de Defensa de Corea del Sur y el ejército norteamericano indicaron que Corea del Norte lanzó otro misil de medio alcance en dirección a Japón como nuevo ataque a EEUU y China, justo en vísperas de un significativo encuentro que mantuvieron Donald Trump y su homólogo Xi Jinping.
El Ejército estadounidense confirmó el fracaso diciendo que el misil había estallado poco después de su lanzamiento.
Trump, dijo haber enviado el 8 abril una “armada” a la península de Corea, aunque ahora se supo que en ese momento dicha flota -formada por el portaaviones Carl Vinson y otros buques- navegaba en dirección contraria hacia Australia para realizar ejercicios militares.
El 16 de abril se confirmó la noticia que Corea del Norte realizó un nuevo ensayo fallido del lanzamiento de un misil “que estalló casi de forma inmediata”, a sólo horas del espectacular desfile que realizó en Pyongyang exhibiendo toda su parafernalia militar en un claro gesto de desafío a la administración estadounidense de Donald Trump.
En tan solo cuatro meses Corea del Norte realizó cuatro lanzamientos de misiles, los que representa una actividad bélica que parece no da señales de frenar. A continuación, una cronología de estos incidentes.

Cruce de amenazas
Las declaraciones entre Corea del Norte y Estados Unidos se han enfrascado las últimas semanas, en un enésimo cruce de amenazas. Van desde advertencias con un tono más moderado a fuertes advertencias sobre intervenciones y ataques militares.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, es es el funcionario estadounidense más incisivo. Advirtió a Pyongyang sobre “una respuesta apabullante” ante un eventual ataque. Pence fue duro con sus palabras en las últimas semanas mientras sostenía reuniones diplomáticas en Asia.

El país asiático advirtió que “una guerra nuclear podría estallar en cualquier momento” si Estados Unidos continúa con provocaciones.
El principal portavoz del régimen fue el embajador alterno de Corea del Norte ante la ONU, Kim In-Ryong, quien ofreció varias declaraciones a los medios de comunicación.
Ryong acusó a Estados Unidos de perturbar la paz y la estabilidad en todo el mundo, y afirmó que era “totalmente claro” que este país estaba empeñado en provocar una guerra contra el régimen de Pyongyang.