Bolivia se encuentra ante un posible fracaso de las elecciones judiciales de 2023, proceso que significó un millonario gasto en sus primeras ediciones (225 millones de bolivianos), en las que se impusieron los votos blancos y en las que sólo dos candidatos superaron los 400 mil votos. Los analistas consideran que este proceso, que buscaba cambiar el sistema de justicia, lo único que hizo fue empeorarlo, por lo que destinar otros 183 millones de bolivianos es cuestionable.