Luego de la trata y el tráfico, las víctimas y la desprotección estatal

AUSENCIA |EL ESTADO NO TIENE LAS FACULTADES NECESARIAS PARA AYUDAR A LAS VÍCTIMAS DE TRATA Y TRÁFICO A REINTEGRARSE A LA SOCIEDAD, AL CONTRARIO, UNA VEZ QUE PUEDEN ESCAPAR, DEBEN SUFRIR NUEVAMENTE POR LA VIOLENCIA ESTATAL.

Paola Andrea M.P., tiene hoy 20 años. Es menuda, bonita, de cabello claro y tez morena; su hija de tres años ha heredado los rasgos de la mamá, y cargada a su espalda cuando nos conocimos y ahora caminando con pasos cortitos al lado de su madre y de su abuela, la pequeña está aprendiendo que la justicia en Bolivia no es fácil, tampoco clara y menos efectiva. Y que cuando sea grande tiene que ser muy cuidadosa, desconfiar de todos y todas, para que no le pase lo mismo que a su mamá, una ex víctima de trata que busca justicia desde hace muchos años sin lograr que la mujer que la embaucó con la promesa de un trabajo como niñera, para luego obligarla a prostituirse, y de la que pudo escapar con la ayuda de una amiga, vaya a la cárcel.

“Está en la calle, la sigo viendo por la (plaza) San Francisco, sigue buscando a otras chicas, pero no sé qué más hacer”, dice la muchacha.

Paola Andrea no sólo quiere que la delincuente pague por lo que le hizo a ella y a muchas chicas como ella, sino que se llame la atención acerca de las pésimas condiciones en las que trabajan los llamados “Hogares de acogida”, donde las víctimas vuelven a sufrir un calvario, esta vez en manos de las autoridades.

Este mes, septiembre de 2014, se ha dedicado especialmente a alertar a la ciudadanía sobre la tremenda problemática de la trata y el tráfico de personas en Bolivia, convertida en noticia mundial por estos delitos. Las redes sociales, los postes en la calle, las ventanas de los negocios, ni qué decir las oficinas de la Policía, están llenos de carteles con fotografías de personas desaparecidas en el país. El patrón es más o menos el mismo, gente joven, sobre todo mujeres, aunque también hay hombres desaparecidos.

Se está haciendo campaña para alertar acerca de la forma en que operan los tratantes y traficantes de personas, se está enseñando a la gente a desconfiar, a estar temerosa, a saber que esto, lo que vivimos hoy, son los riesgos de un mundo globalizado donde no sólo son las redes sociales a través del Internet hacen más cercana pero también más vulnerable a la población, sino que en las calles, en los avisos de los periódicos, hasta entre el círculo más cercano, puede existir riesgo.

Aun con las campañas, los casos siguen sumando. Bolivia no sólo se ha convertido en noticia en el extranjero, sino que ha puesto la alerta de que la violencia contra la mujer (entre la que se incluyen los delitos de trata y tráfico), sólo es menor que la que tiene Haití, pese a que Bolivia cuenta con normas puntuales como la Ley Integral 263 contra la Trata y Tráfico de Personas para revertir esas cifras, promulgada en julio de 2012.

Sin embargo no todas las personas que son víctimas de estos delitos desaparecen, muchas (aunque no las suficientes) son recuperadas, y cuando regresan comienzan a vivir otra pesadilla.

El Estado no tiene lo necesario para atender a esas personas, en su mayoría jóvenes mujeres, que están traumadas por lo que han sufrido y que generalmente son maltratadas nuevamente, esta vez por quienes deberían ayudarlas. Este reportaje pretende dar otra mirada al problema de la trata y tráfico de personas en Bolivia, para saber qué pasa después con aquellas víctimas que logran zafar de este peligroso negocio que expande sus tentáculos en nuestro país.

DEFINIENDO  

La trata y tráfico es un problema mundial, no sólo de Bolivia, porque la explotación sexual se ha convertido en el tercer negocio más rentable a nivel mundial. La trata de personas o comercio de personas es el comercio ilegal de personas con propósitos de esclavitud reproductiva, explotación sexual, trabajos forzados, extracción de órganos, o cualquier forma moderna de esclavitud.

El negocio de la trata mueve más de 32.000 millones de dólares por año en el mundo. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más de 12,3 millones de personas sufren situaciones laborales similares a la esclavitud. Cuatro millones son víctimas de la trata cada año. La mayor parte de las víctimas son niñas, niños y mujeres. Entre el 10 y el 30 % de mujeres víctimas de la trata son menores de edad. En América Latina, 2 millones de niñas, niños y adolescentes son víctimas de explotación sexual, comercial o laboral.

El delito de trata de personas consiste en el traslado forzoso o por engaño de una o varias personas de su lugar de origen (ya sea a nivel interno del país o transnacional), la privación total o parcial de su libertad y la explotación laboral, sexual o similar. Es diferente del tráfico ilegal de migrantes, por varios motivos:

-Consentimiento: en el caso de tráfico ilegal de migrantes, que suele realizarse en condiciones peligrosas o degradantes, los migrantes consienten en ese tráfico. Las víctimas de la trata, por el contrario, nunca han consentido o, si lo hicieron inicialmente, ese consentimiento ha perdido todo su valor por la coacción, el engaño o el abuso de los traficantes.

-Explotación: el tráfico ilegal termina con la llegada de los migrantes a su destino, en tanto que la trata implica la explotación persistente de las víctimas de alguna manera para generar ganancias ilegales para los traficantes. Desde un punto de vista práctico, las víctimas de la trata también suelen resultar más gravemente afectadas y tener más necesidad de protección frente a una nueva victimización y otras formas de abuso que los migrantes clandestinos.

-Transnacionalidad: el tráfico ilegal es siempre transnacional, mientras que la trata puede no serlo. Ésta puede tener lugar independientemente de si las víctimas son trasladadas a otro Estado o sólo desplazadas de un lugar a otro dentro del mismo Estado.

¿QUÉ PASA EN EL PAÍS?

La diputada Marianela Paco (MAS), miembro de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Baja, informó hace poco que la trata y tráfico de personas en el país se incrementó en un 92,2 por ciento en los últimos 10 años. "El índice de Trata y Tráfico de personas en Bolivia se incrementó en un 92,2 por ciento en los últimos 10 años. El 70 por ciento de las víctimas son niños, niñas, adolescentes y mujeres jóvenes de 12 a 22 años de edad", señaló la legisladora.

Según ANNI Bolivia, un estudio realizado por la Organización de los Estados Americanos (OEA) señala que Bolivia es uno de los cinco países de Sudamérica con más casos de Trata y Tráfico de Personas.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Bolivia es principalmente un país de origen donde hombres, mujeres y niños son objeto de trata y tráfico para ser explotados laboral y sexualmente. Los ciudadanos bolivianos son objeto de trata y tráfico principalmente para ser trasladados a Argentina, Brasil, Perú, Chile, España y Estados Unidos, con el fin de realizar trabajos forzados en establecimientos que explotan a los trabajadores, fábricas y en la agricultura. Mujeres jóvenes y niñas bolivianas son objeto de trata y tráfico dentro del país desde áreas rurales hacia las ciudades con fines de explotación sexual comercial. Integrantes de las comunidades indígenas están en riesgo de caer en explotación laboral interna, particularmente en las plantaciones de caña de azúcar y de castaña. Niños bolivianos son objeto de trata internamente para trabajos forzados en la minería, agricultura y como sirvientes domésticos. Algunos informes indican que padres de familia han vendido o alquilado a sus hijos para ser explotados en labores agrícolas en áreas cercanas a la frontera con Perú. Inmigrantes indocumentados provenientes de Asia presuntamente transitan por Bolivia; algunos podrían ser víctimas de tráfico de personas.

“Al ser esta una actividad delictiva muy lucrativa, estos delincuentes trabajan asociados a nivel nacional e internacional, son redes de tratantes que tienen nexos en diferentes ámbitos regionales. La trata interna tiene una dinámica propia, son los centros urbanos y los polos de desarrollo los focos de atracción para los tratantes. En cuanto a la trata internacional, los países vecinos y los países industrializados son los lugares de destino del tráfico de migrantes bolivianos/as, con diferentes fines de explotación, entre los más comunes la explotación sexual comercial y laboral”, explica Walter Arce, Jefe de Misión de la OIM.

La trata de personas es un crimen que no deja estadísticas fiables, por lo tanto se hace difícil saber el grado de incidencia de la captación de víctimas. Si bien en el área urbana los casos de personas desaparecidas se hacen evidentes por las redes sociales, medios de comunicación, etc., en el área rural se hace difícil realizar un seguimiento o tener una cuantificación precisa de este tipo de casos sucedidos. Se tiene noticia que las áreas rurales se suceden casos de personas que desaparecen (niños/as, adolescentes), y que no se llega a tener noticia de estas personas nunca más, son casos de los cuales se conoce muy poco.

Sin embargo, en la medida en que la población de Bolivia ahora es más urbana, sin duda incide en que la mayor cantidad de casos de reclutamiento o captación de víctimas se registre en esta área, explica Arce.

LA PESADILLA DEL DESPUÉS

En los últimos nueve años, las denuncias de casos de trata y tráfico de personas en Bolivia se multiplicaron por diez. Si en 2005 hubo 35 denuncias, en 2013 éstas llegaron a 363, informó el Viceministerio de Seguridad Ciudadana, con datos provistos por la Policía Boliviana.

Sin embargo, de casi 700 casos que han llegado a denunciarse, sólo 7 han tenido sentencia, uno de ellos absolutoria.

Freddy Cayo, director general de Trata y Tráfico explica que la preocupación es el vacío y los baches que existen “entre la Policía, la Fiscalía y los jueces. De los 255 casos que hay solamente en La Paz, muchos ni siquiera tienen avances. Los informes policiales señalan que la edad de la mayoría de las víctimas oscila entre 12 y 24 años, y las divisiones de trata y tráfico de personas, instaladas, están prácticamente abandonadas por la falta de equipamiento, de materiales y de recursos humanos especializados en el tema”.

De acuerdo a Rolando Villena, Defensor de Pueblo, lo que sucede después con las víctimas de trata y tráfico es uno de los problemas más graves que tiene Bolivia. “Pese a que la ley es muy específica respecto a la necesidad de implementar mecanismos para la atención física y psicológica, y la reintegración, social, económica y cultural de víctimas, además de crear Centros de Acogida especializados para su atención y la reintegración, ni las instancias nacionales, ni las locales han implementado aún estas medidas. Las víctimas no son protegidas ni ayudadas luego de los profundos traumas que le causa esta experiencia y tampoco hay centros de acogida. Tan sólo las ONGs que trabajan en el tema o las acciones privadas cuando las familias tienen posibilidades, recurren a mecanismos de ayuda sicológica”, explica Villena

Mientras que Walter Arce afirma que no se cuentan con centros especializados de acogida o reintegración de victimas de trata, por lo que se hace necesaria la implementación no solo de infraestructura sino también de personal especializado para la reintegración.

“Los medios de comunicación, así como de los periodistas, que sustentan su accionar en principios axiológicos, éticos y morales, deben precautelar la identidad de las víctimas o posibles víctimas de trata, ya que lo contrario supondría la re-victimización de las mismas, por lo que se debe respetar la confidencialidad de cada caso evitando mostrar imágenes de las víctimas. A fin de apoyar el trabajo de los medios de comunicación, el Ministerio de Gobierno, junto a la OIM y la sociedad civil han organizado una serie de conversatorios con los medios para sensibilizarlos en el respeto a los derechos de las víctimas. Para la OIM es importante destacar el compromiso de algunos medios de comunicación que han implementado una serie de acciones de prevención a través de campañas de difusión, bajo el concepto de responsabilidad social, sin costo alguno, difundiendo spots y cuñas radiales de prevención.”

ROLANDO VILLENA: “EL PROBLEMA ES LA IMPLEMENTACIÓN DE LAS LEYES”

OH! De acuerdo a la Defensoría ¿Por qué se ha incrementado los casos de trata y tráfico de personas en Bolivia? ¿Cómo sucede actualmente la trata y tráfico de personas en el país?

La trata y tráfico de personas es en la actualidad uno de los negocios ilícitos más rentables, lo que hace que se haya incrementado en la mayoría de los países del mundo que tienen poblaciones vulnerables. En el caso de Bolivia, creo que debemos considerar dos ámbitos de estos delitos, el que tiene que ver con la salida de personas, especialmente niñas, niños, adolescentes y mujeres hacia el exterior del país, y el que se practica dentro de nuestro territorio. En el primer caso, las condiciones económicas de muchas poblaciones fronterizas, el control migratorio aún insuficiente, la inexistente información y la corrupción, han permitido que los casos se sucedan de manera permanente.

Tenemos datos que señalan que, hay muchos adolescentes e incluso niños en condición de explotación en Argentina y Brasil en las tareas agrícolas y las fábricas textiles, mientras que, el comercio sexual que afecta a mujeres y adolescentes tiene como destino países como Perú principalmente. En relación a la trata y tráfico interno, hay muchos casos relacionados con la explotación sexual de adolescentes y jóvenes en las ciudades capitales, especialmente del eje troncal, pero también subsiste la práctica de llevar niñas y niños del campo a las ciudades para servir en tareas domésticas y trabajos insalubres, lo que se considera como explotación y en la mayoría de los casos, tiene que ver con la trata y el tráfico.

No tenemos cifras reales de los casos, pero es evidente que, la mayor concientización e información sobre la desaparición de personas y la presión sobre los órganos de seguridad encargados de dar información, nos muestra un incremento permanente. Aunque se ha informado que, la mayoría de las personas perdidas aparece, no podemos minimizar los casos en que no son encontrados e incluso los casos que, no se denuncian por tratarse de personas que no tienen familiares, están en condición de abandono o viven en la indigencia, esta población es precisamente la más vulnerable.

OH! ¿Cuáles son los principales vacíos legales que permiten este delito?

Yo creo que como país hemos avanzado mucho en términos de normativa. Hemos aprobado una Ley específica, además se ha creado un Consejo y hay redes interinstitucionales que trabajan la temática, además de una gran gestión de información y sensibilización sobre el tema. El problema de nuevo, es la implementación de las leyes y los reglamentos, es decir la distancia cada vez mayor, entre la promulgación de leyes y su cumplimiento.

La Ley contra la trata y tráfico identifica tipos penales como la servidumbre, el trabajo forzoso, el turismo sexual o la mendicidad forzada que, no forman parte del discurso preventivo y aparentemente tampoco de las investigaciones. Ese vacío legal, está dando lugar a que la opinión pública este entendiendo que la trata y tráfico solo tiene que ver con temas como la explotación sexual, la esclavitud o incluso el tráfico de órganos.

Por otro lado, creo que ahora es tiempo de la normativa local, es decir que, las Gobernaciones Departamentales, y Municipales que, deben implementar políticas efectivas, pero también se debe potenciar las capacidades, la sensibilidad y los esfuerzos de la Policía Nacional y del Ministerio Público para hacer realidad la normativa. Es importante que se realice un seguimiento más acucioso sobre la actuación de la policía y el Ministerio Público en este tema. Pero no olvidemos que la trata y tráfico es un delito altamente lucrativo y sus tentáculos pueden estar permeando incluso a los propios órganos de seguridad como sucede en otros países. El Estado y la sociedad deben crear estos mecanismos para que quienes investigan, procesan y sancionan los delitos tengan altos niveles de probidad y comprensión plena de la problemática.

OH! ¿Cuál sería el panorama ideal para evitar la trata y el tráfico?

Creo que no podemos hablar de medidas únicas. El tema debe ser integral, coordinado y oportuno. Hay muchas acciones e iniciativas aisladas y sin la coordinación adecuada, sin embargo estas actividades no son suficientes, ya que apenas sirven para informar y sensibilizar sin herramientas comunicacionales sostenibles, por lo que estas no aportan a la solución de un tema que es estructural. En ese sentido considero que es importante que se definan políticas nacionales en los ámbitos de la educación, la información, la sensibilización, la prevención y el seguimiento y que estas políticas dirijan las acciones de las ONGs, las instituciones y los organismos que operan en esta línea.

Las actuales iniciativas de sensibilización están dirigidas a las ciudades y no así a las fronteras o el área rural, que son espacios propicios para la captación. Creo que se debe potenciar al Consejo Nacional de Trata y Tráfico de Personas, potenciar a los Concejos departamentales y especializar a la policía y el Ministerio Público a través de la capacitación y la dotación de recursos suficientes. El trabajo con los organismos de seguridad de otros países, especialmente los fronterizos es fundamental, pero también es importante incidir en las políticas locales, en los municipios llamados “expulsores”, fortaleciendo especialmente las Defensorías de la Niñez y la adolescencia.