Pensemos lo que pensamos
Jean Carla Saba de Aliss
Pedagoga Social /Life Coaching
ethos.capacitaciones@gmail.com
Está amaneciendo, abrimos nuestros ojos y empieza el desafío diario .para algunos serán temas triviales decidir cómo vestirse o qué cocinar, para otros es casi una cuestión de vida o muerte; nuestro sistema de creencias y de valores está en juego constante y porqué no decirlo, en pugilato.
Todos pensamos, si .todos pensamos ..(por lo menos se espera eso) y alrededor de esta afirmación surge una incógnita ¿pensamos lo que pensamos? Las respuestas pueden oscilar entre un si rotundo, un no mecánico, un a veces, dependiendo los temas, un nunca con tono de autosuficiencia, o un sencillo jamás lo había pensado.
Si este fuera el caso, regalémonos la oportunidad de empezar a hacerlo
De manera consciente o inconsciente, voluntaria o involuntariamente, estamos sujetos a procesos dentro nuestro y uno de ellos es la evaluación constante de los acontecimientos vividos por nosotros o por otros. Evaluamos de manera permanente emitiendo por supuesto juicios de valor y no siempre nos esforzamos por cerciorarnos si esa valoración está bien hecha; entonces, nuestra vida merma en su calidad porque nos enredamos en una serie de inciertos que en la mayoría de los casos son mentiras que nos mantienen atrapados.
Mentiras que en nuestra infancia hemos escuchado como eres fea ó eres malo; y mientras crecíamos no sólo en cuerpo sino también en comparaciones con nuestros hermanos algunas de ellas (hablamos de las mentiras) se consolidaban en nuestra mente; al hacernos adultos y al haberles permitido enraizarse en nosotros, prácticamente las defendemos como verdades indiscutibles y lo que es peor incambiables.
Nuestro sistema de creencias engendra pensamientos y estos a su vez dan a luz sentimientos que no siempre son los mejores consejeros entonces, cuestionar nuestras creencias determinará nuestros pensamientos y estos a su vez determinarán nuestro destino pues sencillamente las decisiones que tomemos en función de lo que creamos, serán nuestra responsabilidad.
Aprender a pensar de manera positiva no es un consejo nuevo, son miles de años que lleva escrito, poco leído y algo menos vivido y textualmente dice todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad (Fil.4:8). Es decir, implica esfuerzo y concentración, nuestros sentimientos (o emociones) empezarán a cambiar para bien o para mal de acuerdo al tipo de valoración que hayamos incorporado.
Estar alertas a lo que sentimos y a lo que pensamos, es un buen ejercicio pues nos permite por lo menos parcialmente empezar a conocernos; ya que como bien alguien dijo: lo más importante de toda decisión que realizamos no es la decisión en sí misma, sino volver a tomar esa decisión a cada instante. Entonces, si queremos llegar a vivir cosas que nunca antes sentimos, debemos hacer cosas que nunca antes hicimos (creo que Albert Einstein nos quiso decir esto).