Unas 60 mil personas, cada año, se quitan la vida en las Américas
Washington | OPS/OMS
Con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que tiene lugar el 10 de septiembre, la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) llama a terminar con el estigma que sufren las personas con trastornos mentales o comportamiento suicida, una de las principales barreras para prevenir el suicidio. En las Américas, más de 60 mil personas terminan con su vida cada año.
“El suicidio constituye un serio problema de salud pública en las Américas. Debemos cambiar las actitudes de la sociedad hacia las enfermedades mentales y el comportamiento suicida para que las personas en riesgo o sus familias no sientan temor, vergüenza o discriminación a la hora de pedir o buscar ayuda”, señaló la Directora de la OPS/OMS, Carissa F. Etienne, y agregó que este cambio “podría salvar miles de vidas”.
El tema elegido este año para el Día Mundial para la Prevención del Suicidio es “El estigma: una barrera importante para la prevención del suicidio”. La observación de esta fecha es una iniciativa de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP, por sus siglas en inglés) y la OMS que apunta a mejorar la educación en el tema, distribuir información, reducir el estigma y aumentar la conciencia de que el suicidio es prevenible.
Una gran proporción de las personas que mueren por suicidio sufren de enfermedades mentales. Más del 90 por ciento de los casos de suicidio se asocian con trastornos psiquiátricos, aunque también existen otros factores sociales, económicos y culturales que influyen en este comportamiento. Sin embargo, muchas de estas personas no entran en contacto con los servicios de salud o sociales. Por otro lado, en muchos casos no hay servicios suficientes disponibles para ayudarlos en momentos de crisis.
Esta falta de acceso a la atención adecuada es uno de los factores que aumentan el estigma asociado con la enfermedad mental y con el comportamiento suicida. El estigma puede surgir por diversas razones, entre ellas, la falta de conocimiento sobre el tema. Una de las formas de abordarlo es mediante programas educativos basados en la comunidad y dirigidos a subgrupos específicos de riesgo.
Pero el conocimiento no es suficiente para combatir el estigma. Muchos profesionales de la salud que se sienten incómodos tratando a personas con enfermedades mentales o ideas de suicidio, a menudo tienen actitudes negativas sobre este tipo de pacientes. Esto puede resultar en una falla a la hora de brindar una atención óptima y apoyo en situaciones de crisis. Cambiar tales actitudes requiere de un esfuerzo a largo plazo.