¿Volcanes? No, son sólo aguas termales
Las aguas calientes y vapores que emanan de la población de Cóndor Pata, en Pojo, no pueden deberse en absoluto a la existencia de volcanes, y lo más probable es que sean aguas termales internas, así lo sentenció el ingeniero geólogo y experto en estos fenómenos, Ramiro Suárez. En cuanto al grado de toxicidad, Suárez dijo que eso depende de la cantidad de azufre que emane esta agua, para lo cual serán necesarias pruebas de laboratorio.
Hace días, los comunarios de Pojo hicieron conocer la situación de este fenómeno natural y pidieron a la Prefectura la presencia de expertos que analicen si se trata de volcanes o de aguas tóxicas, pues, según contó el director de Desarrollo Productivo de la Alcaldía de Pojo, Raúl García., el olor les provoca irritaciones en la cara y los cultivos han sido afectados en unos 30 metros aproximadamente.
Hasta ayer, sin embargo, ninguna comisión había ido al lugar y las 300 familias de la comunidad aguardaban noticias.
El experto Ramiro Suárez, dijo que para saber si son o no volcanes no hay ninguna necesidad de ir hasta el lugar. "Pojo está situada en una falla sísmica, pero no volcánica. Los volcanes sólo están en la cordillera occidental, no en la oriental", explicó.
Agregó que la placa de Nazca (bajo el Pacífico) es la que empuja por debajo a la placa sudamericana, provocando la cordillera Occidental y, al ser esta última placa delgada en la costa, la irrupción de volcanes. "Pojo, en cambio, está demasiado lejos", y el grosor de la placa en este punto debe ser demasiado amplio, explicó.
La hipótesis más probable es que se traten de aguas que, por alguna razón, se calentaron y salieron a la superficie por alguna fractura, un fenómeno muy común en la cordillera Oriental, tal cual ocurre con La Cabaña y Liriuni. "No olvidemos que cada 30 metros de profundidad bajo tierra, la temperatura aumenta un grado, y esto se puede ver perfectamente en las minas", dijo.
En cuanto a la toxicidad, "hay que ver la cantidad de azufre que contienen" estos vapores y aguas, dijo. Los agricultores de la zona se percataron del cráter el 21 de marzo, al respirar un aroma similar al azufre. Al asomar a la fuente encontraron que el cráter ardía. El mal olor les provocó náuseas y dolores de cabeza, por lo que reportaron el hecho a la Alcaldía.
La zona, conocida por sus fuentes de aguas termales, está atravesada por el río Pojo. El caudal, que se halla próximo a uno de los dos cráteres detectados es utilizado para regar los cultivos de 10 comunidades aledañas, dedicadas a la producción de hortalizas y frutillas.