Bicentenario: asi hablan los cochabambinos
COCHABAMBA |
“Nomás ya, auritita, ch'aqui, aquisito”, son algunas expresiones del habla cotidiano del cochabambino, que según los expertos no son criterios totalmente compartidos en la sociedad local, sino mas bien, negociaciones calculadas de acuerdo al contexto y la necesidad del hablante.
Diferentes escritores que estudiaron las expresiones de la identidad del cochabambino en la historia, como Gustavo Rodríguez, José Gordillo, Inge Sichra, Alejandra Ramírez entre otros, identifican a la lengua como un elemento de adhesión secundario, no tan relevante como la gastronomía y que, más bien, se ha caracterizado por tener superposiciones, como del quechua con el castellano y viceversa; hibridaciones de acuerdo a un determinado tiempo, por ejemplo antes, durante y posterior a la revolución de 1952.
La identidad, según el sociólogo y antropólogo francés Pierre Bourdieu, es una construcción social, no heredada y en constante dinamismo. Tiene una connotación interna de similitud y otra externa de diferenciación con otros grupos. La lengua por ejemplo en muchas regiones del oriente boliviano es un elemento unificador primordial: el escuchar a alguien expresar la "j" en vez de la "s" se distingue al conjunto. Algo similar pasa con el ritmo del habla en los tarijeños, o del "yaaaa" como muletilla característica de los paceños.
"Nuestra identidad se negocia en base a sistemas clasificatorios y de acuerdo a las relaciones de poder. Si en una época me conviene hablar quechua o castellano lo retomo pero si no me conviene lo dejo. En Cochabamba por ejemplo después del 52 se dio un proceso de españolización del quechua, pero a partir de 1982 con el SENALEP (Servicio Nacional de Alfabetización y Educación Popular) se vuelve a retomar al quechua desde lo académico con las poesías de Emma Paz por ejemplo, a mediados de los años 90 se lo incluye en la educación y ya desde el 2006 es casi una obligación principalmente para acceder a un cargo público" afirmó Ramírez.
Según datos del Censo de población y vivienda realizado el año 2001, la población en Cochabamba se caracteriza por ser bilingüe: el 52 % de las personas mayores de 6 años habla castellano y también una lengua nativa, siendo el quechua dominante (42%), aimara (7%) y otras como el inglés y francés, de menor porcentaje.
Ahora, este bilingüismo no se lo ve en todo los espacios. Por ejemplo es casi cotidiano escuchar conversaciones en "quechuañol” en La Cancha o en los buses que van ya sea a Quillacollo, Sacaba, Punata u otras regiones de habla quechua. Pero las mismas personas pueden también hablar un claro castellano al comprar un helado en algún comercial de la ciudad o al entrar a un banco y “negociar” su habla de acuerdo a la necesidad.
¿Hay un habla particular del cochabambino?
El habla según Xavier Albó, es el uso particular que hace una persona de un sistema de sonido creado por una comunidad lingüística particular para relacionarse entre sí y para intercambiar significados. En Cochabamba, debido a procesos internos y externos como la migración, el bilingüismo, el comercio entre otros, este sistema de sonido es difuso y poco perceptible.
Inge Sichra, en el ensayo “De eso no se habla pero se escucha: conociendo el bilingüismo urbano en Cochabamba” resalta la tensión histórica que hay del quechua con el castellano, incluso relacionado con las disputas económicas, y que esto provocó que no se genere un habla compartido por todos.
“Existen palabras y modismos que hablan los cochabambinos como los diminutivos aquisito, allasito, o palabras del “quechuañol” como pasarime, comprarime, sin embargo, por diferentes factores económicos y de identidad, las nuevas generaciones desconocen de muchas de estas palabras a pesar de vivir en un hogar bilingüe y cortan la tradición oral del habla. Aquí se ve un proceso de diglosa que hoy se quiere romper” afirmó Sichra.
En cuanto al ritmo y la fonética del habla castellana del cochabambino, éste se caracteriza por tener un ritmo normal, ni muy acelerado ni muy lento, con clara entonación de las letras y palabras, con expresiva influencia de la lengua materna y el uso notorio de monosílabos y onomatopeyas sobre todo en las respuestas cortas.
Esta realidad es un reflejo de que el cochabambino es versátil en el habla y en su “habitus” de vida. Puede adaptarse a otros códigos lingüísticos con facilidad y adoptar o combinar con el habla de origen. Es por eso que, la migración es parte de la identidad del cochabambino, la búsqueda de nuevas tierras, principalmente por motivos económicos y académicos no le causa temor.
Así, llegan noticias de cochabambinos en países de poca referencia para los bolivianos como India, Noruega, Tailandia entre otros y desde ahí, sea cual sea la actividad que realizan, rememoran las festividades como Urkupiña, se reúnen también entorno a un plato de comida criolla, recuerdan prácticas familiares de antaño, están al tanto de la realidad política de su región de origen y la recuerdan con nostalgia entremezclada de alegria.

























