Celebran aniversario del AK-47
Moscú | Ap
Sesenta años después de que el AK-47 entró en producción, Mijail Kalashnikov dice que no siente remordimientos por la sangre que ha derramado el fusil más popular del mundo.
"Duermo bien. Son los políticos los culpables de no llegar a un acuerdo y apelar a la violencia", dijo Kalashnikov ayer en una ceremonia que conmemoró el nacimiento del fusil, cuyas iniciales significan "Kalashnikov automático".
Fue antes de empezar a diseñar el arma que dormía mal, preocupado por las armas superiores que los soldados nazis usaban efectivamente contra el Ejército Rojo en la Segunda Guerra Mundial.
Hospitalizado después que una bomba nazi hizo impacto en su tanque en 1941 en Bryansk, Kalashnikov decidió diseñar un fusil automático que combinara las mejores características del M1 estadounidense y el StG44 alemán.
"Culpen a los nazis alemanes por haberme convertido en diseñador de armas", dijo Kalashnikov, frágil pero lúcido a los 87 años.
"Siempre quise construir maquinarias agrícolas", acotó.
Desde que empezó su producción se han fabricado más de 100 millones de AK-47, ya sea en la fábrica central en la ciudad rusa de Izhevsk, con licencia en docenas de países, o ilegalmente.
Sergei Chemezov, director del monopolio ruso Rosoboronexport de exportación de armas, dijo que se produce casi un millón de copias sin licencia cada año.
El AK-47 se ha utilizado extensamente en guerras, golpes, ataques terroristas, robos y otras situaciones. Su popularidad se debe a que es resistente y fácil de mantener, aunque no tiene gran precisión. Se demostró ideal y confiable para la guerra en la selva o el desierto por ser de fácil armado y capaz de seguir disparando en condiciones arenosas o húmedas que trabarían un M-16 estadounidense.
La simplicidad y confiabilidad del arma la convirtieron en favorita de movimientos rebeldes en el mundo, e incluso está representada en la bandera de Mozambique. Los soviéticos distribuyeron el fusil, a veces gratuitamente, a regímenes prosoviéticos o insurgentes.
En 2005 el presidente venezolano Hugo Chávez ordenó 100 mil para el Ejército.