Nada detiene a caravana migrante
AFP y EFE
El frenético día de reuniones en Ciudad de México del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, con autoridades mexicanas para abordar el flujo migratorio de Centroamérica no disuadió la caravana de miles de hondureños que comenzó a entrar en México con destino a EEUU.
Pompeo aterrizó a México con un claro mensaje en Twitter dirigido a la caravana que partió hace siete días desde Honduras: “Espero discutir con el presidente (mexicano) Enrique Peña Nieto nuestros esfuerzos conjuntos para frenar la inmigración ilegal que entra en EEUU”.
Tras reunirse con su homólogo mexicano, Luis Videgaray, el funcionario estadounidense declaró que el mayor reto que afrontan ambos países es la “crisis por la cantidad récord de migrantes” provenientes de Guatemala, El Salvador y Honduras.
“El canciller Videgaray y yo hablamos acerca de la importancia de detener este flujo antes de que llegue a la frontera de EEUU y México”, declaró el secretario de EEUU, cuyo presidente, Donald Trump, ha amenazado con un cierre militar de la frontera con México si no se detiene la “arremetida” de inmigrantes.
Ni las declaraciones de Pompeo ni las de Trump —como tampoco las de distintas autoridades mexicanas, que en días recientes hablaron de deportar a los migrantes que no tengan la documentación requerida— sirvieron para evitar que miles de hondureños atravesaran la valla fronteriza en Guatemala, después de estar durante horas detenidos por las fuerzas de seguridad, y entraran en México.
El río de migrantes ingresó al país desde la guatemalteca ciudad de Tecún Umán después de forzar la valla fronteriza, donde resultaron heridos policías mexicanos a causa de la avalancha de gente, según denunció el Gobierno de México.
La masiva entrada de hondureños que huyen de la crisis e inseguridad de su país tuvo lugar poco antes de que Pompeo mantuviera un encuentro a puerta cerrada con Peña Nieto, con quien abordó la “cooperación de para frenar la inmigración ilegal”.
Previamente, se había reunido con Marcelo Ebrard, designado como próximo canciller mexicano por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, quien subrayó que va a “defender los derechos humanos” de los migrantes cuando asuma la Presidencia el 1 de diciembre.
La posición del Gobierno de México sobre la caravana la dejó clara el canciller Videgaray, quien señaló la importancia del “respeto a los derechos humanos, la dignidad de las personas y la protección a este grupo migrante”, especialmente los grupos vulnerables como niños, niñas, embarazadas y personas de la tercera edad.
“La política migratoria de México la define México, así como la política migratoria de EEUU la define EEUU”, sostuvo.
Videgaray y Pompeo coincidieron en la necesidad de fomentar el crecimiento económico y la lucha contra la inseguridad para frenar la migración forzada desde Guatemala, El Salvador y Honduras.
Pompeo también aprovechó la visita para pedir “profundizar la cooperación” entre su país y México para combatir el narcotráfico.
FURIA DE DONALD TRUMP
Esta marea migratoria desató la furia de Trump, quien amenazó con cortar la ayuda económica a Guatemala, El Salvador y Honduras si no contenían la caravana, so pena de cerrar con militares la frontera sur de EEUU.
Con una tasa de homicidios de 43 por cada 100 mil habitantes, Honduras es considerado uno de los países más violentos del mundo.
DATOS
En busca de trabajo. “Voy feliz, no vamos haciendo nada malo, sólo queremos trabajo”, dijo una mujer que llevaba de la mano a una pequeña niña en medio de la marcha masiva que ingresó por el puente internacional que cruza el río Suchiate, que separa a Guatemala de México.
Gritos generalizados:“¡Sí se puede”!. Los hondureños, que intentan escapar de la violencia y pobreza en su país, superaron al grito de “¡Sí se puede!” una barrera de decenas de policías y militares que se apostaron con vehículos blindados. También lograron, entre gritos y empujones, derribar una valla metálica que les impedía el paso hacia la frontera.
Masiva caravana. Se trata de cerca de 4 mil hondureños que salieron en caravana el sábado pasado de la ciudad de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, tras una convocatoria divulgada por redes sociales.
Tensión y enfrentamientos. La llegada del éxodo masivo a México estuvo marcada por momentos de tensión entre las familias hondureñas y las fuerzas de seguridad. Gases lacrimógenos y disparos de balas de goma fueron lanzados por los policías contra los migrantes que estaban en la orilla del río.