En el medio de la ciudad de Cochabamba, en la plaza de las Banderas, hay dos altos cipreses. Verdes y lustrosos, los dos árboles forman ya parte del imaginario de la ciudad. Nadie los mira directamente o les presta mucha atención, pero todos sabemos que están ahí. En la avenida Ecológica, a la altura del colegio Tiquipaya, los viejos eucaliptos del patio central forman un largo pasillo de sombras y colores, una postal perfecta del valle cochabambino. Subiendo hacia el Tunari, nos encontramos a cada paso con bellos y fuertes molles, con sus ramas bailando en la suave brisa valluna, guiándonos por los caminos empinados de nuestra montaña. Y, en la plaza 14 de Septiembre, en los meses de primavera, los jacarandás se visten de morado y blanco, decorando la ciudad con su encanto.