<p> COCHABAMBA |</p> <p> Con el objetivo de incentivar a que la población boliviana se interese por la robótica, tres jóvenes se dedican a exponer diversos prototipos de robots en las calles de La Paz. <strong>Se trata de <a href="https://www.facebook.com/INVENTOR-940991972689482/?fref=ts">IN.VENTOR</a>, un equipo conformado por Roy Mamani y Douglas Condori, de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), junto a Érick Sirpa, de la Universidad Católica Boliviana (UCB).</strong></p> <p> Los jóvenes fusionaron sus habilidades para crear ideas y proyectos robóticos, que fueron expuestos a la población, en la plaza San Francisco de La Paz.</p> <p> “Hemos creado un grupo con el objetivo de innovar, desarrollar nuestros propios proyectos y ayudarnos entre sí. Por el momento solo hemos presentado prototipos, hemos hecho robots de competencia seguidores de línea, robots zumos y de pelea. Cada uno de nosotros también tiene sus propios emprendimientos”, explicó a Los Tiempos, Érick Sirpa.</p> <p> Es así que <strong>los fundadores de IN.VENTOR tienen distintos intereses dentro del área de robótica. </strong>Durante sus encuentros como grupo emprendedor, se colaboran entre sí para concretar ideas innovadoras que llaman la atención de la población.</p> <p> “Como yo soy director ejecutivo de BlueCircuits Electrónic, una empresa elaboradora de aplicaciones, el grupo se apoya en esta empresa ya que traemos diferente material para hacer nuestros propios proyectos”, señaló el estudiante.</p> <p> <strong>Roy Mamani junto a Douglas Condori son estudiantes de Ingeniería Electromecánica. Por su parte, Érick Sirpa cursa quinto semestre de Ingeniería Mecatrónica.</strong></p> <p> Ambos jóvenes de la UPEA tienen habilidades en electromedicina. Roy logró diseñar un exoesqueleto para dar movilidad a personas con discapacidad y trabaja en diferentes proyectos de prótesis médicas.</p> <p> “Roy está trabajando también, de manera personal, en una prótesis animal, se trata de una patita que busca adaptarse a las necesidades de una mascota afectada por cualquier accidente”, contó Sirpa.</p> <p> <strong>Por su parte, el estudiante de la UCB se dedica al desarrollo de aplicaciones y a explorar el mundo de la programación.</strong></p> <p> Es así que con las habilidades y fortalezas de cada uno de los integrantes de <strong><a href="https://www.facebook.com/INVENTOR-940991972689482/?fref=ts">IN.VENTOR</a></strong>, se complementa un equipo que busca perfeccionar sus proyectos robóticos para que la población boliviana elimine el miedo a esta tecnología y logre comprender la utilidad de esta área en diferentes situaciones.</p>

<p> COCHABAMBA |</p> <p> Con el objetivo de incentivar a que la población boliviana se interese por la robótica, tres jóvenes se dedican a exponer diversos prototipos de robots en las calles de La Paz. <strong>Se trata de <a href="https://www.facebook.com/INVENTOR-940991972689482/?fref=ts">IN.VENTOR</a>, un equipo conformado por Roy Mamani y Douglas Condori, de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), junto a Érick Sirpa, de la Universidad Católica Boliviana (UCB).</strong></p> <p> Los jóvenes fusionaron sus habilidades para crear ideas y proyectos robóticos, que fueron expuestos a la población, en la plaza San Francisco de La Paz.</p> <p> “Hemos creado un grupo con el objetivo de innovar, desarrollar nuestros propios proyectos y ayudarnos entre sí. Por el momento solo hemos presentado prototipos, hemos hecho robots de competencia seguidores de línea, robots zumos y de pelea. Cada uno de nosotros también tiene sus propios emprendimientos”, explicó a Los Tiempos, Érick Sirpa.</p> <p> Es así que <strong>los fundadores de IN.VENTOR tienen distintos intereses dentro del área de robótica. </strong>Durante sus encuentros como grupo emprendedor, se colaboran entre sí para concretar ideas innovadoras que llaman la atención de la población.</p> <p> “Como yo soy director ejecutivo de BlueCircuits Electrónic, una empresa elaboradora de aplicaciones, el grupo se apoya en esta empresa ya que traemos diferente material para hacer nuestros propios proyectos”, señaló el estudiante.</p> <p> <strong>Roy Mamani junto a Douglas Condori son estudiantes de Ingeniería Electromecánica. Por su parte, Érick Sirpa cursa quinto semestre de Ingeniería Mecatrónica.</strong></p> <p> Ambos jóvenes de la UPEA tienen habilidades en electromedicina. Roy logró diseñar un exoesqueleto para dar movilidad a personas con discapacidad y trabaja en diferentes proyectos de prótesis médicas.</p> <p> “Roy está trabajando también, de manera personal, en una prótesis animal, se trata de una patita que busca adaptarse a las necesidades de una mascota afectada por cualquier accidente”, contó Sirpa.</p> <p> <strong>Por su parte, el estudiante de la UCB se dedica al desarrollo de aplicaciones y a explorar el mundo de la programación.</strong></p> <p> Es así que con las habilidades y fortalezas de cada uno de los integrantes de <strong><a href="https://www.facebook.com/INVENTOR-940991972689482/?fref=ts">IN.VENTOR</a></strong>, se complementa un equipo que busca perfeccionar sus proyectos robóticos para que la población boliviana elimine el miedo a esta tecnología y logre comprender la utilidad de esta área en diferentes situaciones.</p>

Con el único objetivo de incentivar a que la población boliviana se interese por la robótica, tres jóvenes se dedican a exponer diversos prototipos de robots en las calles de La Paz. Se trata de IN.VENTOR, un equipo conformado por Roy Mamani y Douglas Condori, de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), junto a Érick Sirpa, de la Universidad Católica Boliviana (UCB).

Con el único objetivo de incentivar a que la población boliviana se interese por la robótica, tres jóvenes se dedican a exponer diversos prototipos de robots en las calles de La Paz. Se trata de IN.VENTOR, un equipo conformado por Roy Mamani y Douglas Condori, de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), junto a Érick Sirpa, de la Universidad Católica Boliviana (UCB).

<p> Un grupo de investigadores presentó en la revista Science un pez raya robótico nadador que fue fabricado con los más inesperados componentes: oro, células cardíacas de rata sensibles a la luz y un polímero utilizado comúnmente en implantes mamarios. Curiosamente, estas células genéticamente alteradas permiten a la “criatura” detectar la luz y nadar hacia ella. Esto abre una nueva puerta a la investigación en la ingeniería de tejidos.</p> <p> El equipo de ingenieros médicos que creó al pez raya robótico está integrado por investigadores de la Universidad de Harvard y de Standford, en Estados Unidos y de la Universidad de Stan Sogang, en Seúl.</p> <p> Las rayas se caracterizan por tener cuerpos planos y aletas largas similares a alas que se extienden desde su cabeza. Dichas aletas realizan movimientos ondulatorios que consumen poca energía y que se replican desde la parte delantera hasta la parte posterior de la aleta, lo cual permite a estos animales deslizarse por el agua elegantemente.</p> <p> <strong>Tejidos blandos</strong></p> <p> Inspirados por dicho mecanismo, el equipo del investigador Sung-Jin Park emprendió la construcción de un robot en miniatura hecho de tejidos blandos con cualidades y eficacia similares a las de la raya.</p> <p> De esta forma, crearon esqueletos de oro cargados neutralmente que imitan la forma de una raya, los cuales fueron recubiertos con una fina capa de polímero elástico. Sobre la parte superior de la raya robótica, alinearon cardiomiocitos (células musculares) de rata de forma estratégica. Cuando los cardiomiocitos se estimulan, contraen las aletas hacia abajo.</p> <p> El prototipo constituye un logro de la ingeniería de tejidos. Cuenta con 200.000 células cardíacas de rata, mide 16 milímetros de largo y pesa 10 gramos.</p> <p> <strong>Eficiencia energética</strong></p> <p> Más allá de la morfología, el robot-raya tiene una eficiencia energética igual a la del animal original, ya que emula la forma de deslizarse a través del agua.</p> <p> El núcleo del robot está hecho de partículas de oro, recubiertas de una capa elástica de polietileno y con células de corazón de rata que son fotosensibles, es decir, que responden a la estimulación de la luz.</p> <p> <strong>Sigue la luz</strong></p> <p> Estimular las aletas para que vuelvan hacia arriba requeriría una segunda capa de cardiomiocitos, pero en vez de eso, los investigadores diseñaron el esqueleto de oro de forma que almacena una parte de la energía que empuja la aleta hacia abajo cuando los cardiomiocitos reciben la primera estimulación; dicha energía se libera cuando las células se relajan, lo que permite que las aletas suban.</p> <p> El diseño genético de los cardiomiocitos —en total utilizaron unos 200.000— permite responder a la luz, por lo que los investigadores pueden controlar los movimientos del robot utilizando pulsos de luz. Los pulsos asimétricos pueden utilizarse para que el robot se dirija hacia la izquierda o hacia la derecha, y diferentes frecuencias de luz pueden usarse para controlar la velocidad. Este método funciona lo suficientemente bien como para guiar al robot en una pista de obstáculos sencilla.</p>

<p> Un grupo de investigadores presentó en la revista Science un pez raya robótico nadador que fue fabricado con los más inesperados componentes: oro, células cardíacas de rata sensibles a la luz y un polímero utilizado comúnmente en implantes mamarios. Curiosamente, estas células genéticamente alteradas permiten a la “criatura” detectar la luz y nadar hacia ella. Esto abre una nueva puerta a la investigación en la ingeniería de tejidos.</p> <p> El equipo de ingenieros médicos que creó al pez raya robótico está integrado por investigadores de la Universidad de Harvard y de Standford, en Estados Unidos y de la Universidad de Stan Sogang, en Seúl.</p> <p> Las rayas se caracterizan por tener cuerpos planos y aletas largas similares a alas que se extienden desde su cabeza. Dichas aletas realizan movimientos ondulatorios que consumen poca energía y que se replican desde la parte delantera hasta la parte posterior de la aleta, lo cual permite a estos animales deslizarse por el agua elegantemente.</p> <p> <strong>Tejidos blandos</strong></p> <p> Inspirados por dicho mecanismo, el equipo del investigador Sung-Jin Park emprendió la construcción de un robot en miniatura hecho de tejidos blandos con cualidades y eficacia similares a las de la raya.</p> <p> De esta forma, crearon esqueletos de oro cargados neutralmente que imitan la forma de una raya, los cuales fueron recubiertos con una fina capa de polímero elástico. Sobre la parte superior de la raya robótica, alinearon cardiomiocitos (células musculares) de rata de forma estratégica. Cuando los cardiomiocitos se estimulan, contraen las aletas hacia abajo.</p> <p> El prototipo constituye un logro de la ingeniería de tejidos. Cuenta con 200.000 células cardíacas de rata, mide 16 milímetros de largo y pesa 10 gramos.</p> <p> <strong>Eficiencia energética</strong></p> <p> Más allá de la morfología, el robot-raya tiene una eficiencia energética igual a la del animal original, ya que emula la forma de deslizarse a través del agua.</p> <p> El núcleo del robot está hecho de partículas de oro, recubiertas de una capa elástica de polietileno y con células de corazón de rata que son fotosensibles, es decir, que responden a la estimulación de la luz.</p> <p> <strong>Sigue la luz</strong></p> <p> Estimular las aletas para que vuelvan hacia arriba requeriría una segunda capa de cardiomiocitos, pero en vez de eso, los investigadores diseñaron el esqueleto de oro de forma que almacena una parte de la energía que empuja la aleta hacia abajo cuando los cardiomiocitos reciben la primera estimulación; dicha energía se libera cuando las células se relajan, lo que permite que las aletas suban.</p> <p> El diseño genético de los cardiomiocitos —en total utilizaron unos 200.000— permite responder a la luz, por lo que los investigadores pueden controlar los movimientos del robot utilizando pulsos de luz. Los pulsos asimétricos pueden utilizarse para que el robot se dirija hacia la izquierda o hacia la derecha, y diferentes frecuencias de luz pueden usarse para controlar la velocidad. Este método funciona lo suficientemente bien como para guiar al robot en una pista de obstáculos sencilla.</p>

Un grupo de investigadores presentó en la revista Science un pez raya robótico nadador que fue fabricado con los más inesperados componentes: oro, células cardíacas de rata sensibles a la luz y un polímero utilizado comúnmente en implantes mamarios

Un grupo de investigadores presentó en la revista Science un pez raya robótico nadador que fue fabricado con los más inesperados componentes: oro, células cardíacas de rata sensibles a la luz y un polímero utilizado comúnmente en implantes mamarios

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