Vladimir Suárez: “Como bolivianos debemos creer en nuestro talento”
La música tiene el poder de trascender fronteras y conectar culturas. Vladimir Suárez, el talentoso productor musical e ingeniero de sonido nacido en Santa Cruz y que actualmente reside en México, es la representación de esta afirmación.
Desde temprana edad, Suárez demostró un profundo interés por la música, alimentado por el entorno artístico en el que se crió. Siempre supo que su destino estaba ligado a este arte. Esta certeza lo llevó a emprender un viaje para convertirse en un galardonado productor musical: el año pasado, se alzó con un Latin Grammy, un logro que no solo enalteció su carrera, sino que también marcó un hito en la historia musical de Bolivia.
Recientemente, tuvo la oportunidad de volver al país para compartir sus experiencias y conocimientos en un par de conferencias que se realizaron, la pasada semana, en Cochabamba y Santa Cruz. Su objetivo al regresar a Bolivia no solo era inspirar a través de sus palabras, sino también transmitir el mensaje de que los bolivianos tienen el potencial de lograr grandes cosas cuando se esfuerzan y se proponen metas ambiciosas.
En un encuentro lleno de anécdotas, pasión y visión, tuvimos la oportunidad de conversar con él.
- ¿Cómo comenzó su carrera en la música y qué lo motivó a convertirse en productor?
- Mi historia musical se remonta a mi niñez, un tiempo en el que el folclore boliviano resonaba en cada rincón de mi hogar debido a la pasión musical de mis padres, ellos siempre cantaban un taquirari, un carnaval, una chovena... Esta conexión temprana con la música despertó en mí un amor profundo por este arte. Con el tiempo, formalicé mi educación musical en el Instituto de Bellas Artes en Bolivia. Sin embargo, mi anhelo por crear y dar vida a arreglos únicos me llevó a convertirme en productor musical. Así llegué a México, donde encontré el espacio para desarrollar mi pasión por la producción.
- Ganar un Latin Grammy es un hito increíble. ¿Cómo se sintió al recibir ese reconocimiento y qué significó para usted y su carrera?
- La alegría es indescriptible. Representó el cumplimiento de una meta que perseguimos, junto a mi familia, durante mucho tiempo, y también un reconocimiento de dedicación y esfuerzo después de años de trabajo: tres nominaciones en las cuales el primero se lo llevó Marc Anthony, el segundo Tina Kids y llegar a esta tercera, que fue la vencida, fue increíble y se lo pudimos dedicar a nuestro hermoso país. Más allá de mi satisfacción personal, este logro tuvo un impacto histórico al convertirme en el primer boliviano en recibir este prestigioso premio. Fue un recordatorio de que los sueños pueden hacerse realidad y de que, como bolivianos, también podemos dejar una huella en la música internacional. Recordemos que el Premio Grammy ya lo obtuvo un boliviano: Jaime Laredo, él ganó como mejor interpretación de música de cámara el año 1997. Pero la versión del Latin Grammy se celebra desde el año 2000.
- Bolivia es su país natal, pero se ha establecido en México. ¿Qué le atrajo de ese país como destino para vivir y continuar su carrera musical? ¿Cómo ha influido la cultura mexicana en su música?
- México es un capítulo importante en mi trayectoria. Me atrajo su rica tradición musical y la posibilidad de desarrollarme en términos tecnológicos. Le debo mucho a ese país, también agradezco tener una familia hermosa, mi esposa es mexicana, mi hijo es también mexicano, pero le decimos “mexicamba” (ríe). México ha marcado un proceso muy grande en mi vida, pero fue la continuación de lo que aprendí en Bolivia.
- La familia desempeña un papel fundamental en la vida de muchas personas. Cuéntenos sobre la importancia de su familia en su viaje artístico y cómo han apoyado su carrera a lo largo de los años.
- Mi familia ha sido una fuente constante de apoyo y motivación en mi camino musical. Mi esposa, también artista, y mi hijo comparten mi pasión por la música, lo que ha fortalecido nuestra conexión. Su apoyo incondicional me ha dado la confianza necesaria para superar obstáculos y seguir adelante en momentos desafiantes. La familia ha sido mi mayor inspiración y mi razón para perseverar en mi carrera.
- A pesar de residir en México, sigue manteniendo fuertes vínculos con la cultura musical boliviana. ¿Cómo logra incorporar elementos de Bolivia en su música y producción?
- Eso es muy importante, porque yo crecí con el folclore boliviano. Aprendí a amar un caporal, una cueca, una chovena, un taquirari, un tinku, una cacharpaya, en fin, crecí con esto. Cuando uno no olvida sus raíces logra hacer cosas importantes en la vida y en mi caso yo nunca me he separado de mis instrumentos, aunque a veces me ha gustado fusionar ritmos populares y modernos con estos instrumentos. Creo que la raíz está presente y a pesar de estar en México esto no se me va a acabar nunca.
- La industria musical está en constante evolución. ¿Cómo se mantiene al día con las últimas tendencias y cómo encuentra un equilibrio entre la innovación y la preservación de su estilo?
- Mantenerme actualizado con las tendencias musicales es esencial en esta industria en constante cambio. Colaboro con jóvenes talentosos, muchos de ellos fueron mis alumnos, que me brindan perspectivas frescas y actuales. El equilibrio entre la innovación y la preservación de mi estilo se logra al infundir elementos modernos en mis producciones sin perder la esencia que define mi música. Es un proceso de evolución constante.
- A lo largo de su carrera, seguramente ha enfrentado desafíos. ¿Podría compartir alguno de los desafíos más significativos que ha superado y cómo lo logró?
- Uno de los desafíos más significativos fue quedarme sin trabajo en un momento crucial. A pesar de la adversidad, decidí establecer mi propio estudio de grabación, NB Music, con la ayuda de mi familia. Esta experiencia nos enseñó a ser autosuficientes y a superar obstáculos con determinación. Otro desafío, después de 10 años, fue enfrentar el robo de todo mi equipo de estudio, en Ciudad de México, lo que nos obligó a reconstruir desde cero. Aunque fue desalentador, no me di por vencido y perseveré. Fue un desafío muy grande que demuestra que cuando uno quiere, sí se puede seguir hacia adelante.
- Como productor, seguramente ha trabajado con una variedad de artistas. ¿Tiene alguna colaboración favorita o alguna experiencia memorable que le gustaría compartir?
- He tenido el privilegio de colaborar con varios artistas talentosos a lo largo de mi carrera. Trabajar con Marciano Cantero (+), exmiembro de Enanitos Verdes, y con Sin Bandera fue una experiencia memorable. No podría hablar de una en especial, aunque si es por cuestiones sentimentales, hice un álbum para mis papás (el dúo Guajojo) al que bautizamos “El Camba”.
- La música tiene el poder de transmitir emociones y mensajes poderosos. ¿Cuál es el mensaje o la emoción que más le gusta transmitir a través de su música?
- El año pasado saqué un álbum que se llama “Emotions” (Emociones) y quise con este trabajo transmitir todos los sentimientos que la música puede hacer: el amor, la nostalgia, la tristeza, la alegría, la felicidad, el optimismo. Creo que la música es un elemento que está presente en la vida diaria. Mi idea es transmitir esas emociones, no importa la que sea, según el estado de ánimo la música es una compañera para poder transmitir esto.
- Además de la producción musical, ¿tiene otros proyectos o intereses en los que esté trabajando actualmente?
- Lo que estoy haciendo últimamente es brindar charlas inspiracionales sobre superación. Cuando uno se dedica a algo y lo hace con amor, cariño y pasión puede tener grandes frutos. También tengo la ambición de incursionar en la música cinematográfica y continuar apoyando a jóvenes artistas.
- Para los jóvenes músicos y productores que aspiran a seguir sus pasos, ¿qué consejo les daría basado en su experiencia?
- Creo que todo se resume en aprender a tener una meta, que es lo principal, practicar y tener conocimiento del tema de nuestro interés. Algo muy importante es ser obstinado y terco, en el buen sentido de la palabra, para no darnos por vencidos jamás porque a veces el éxito puede estar a centímetros de cuando nosotros queremos tirar la toalla. Mi consejo es que jamás se den por vencidos y que siempre sigan hacia adelante.
Un mensaje a nuestra patria: por favor, debemos creer en nuestro talento y en lo que somos capaces, porque vamos a lograr cosas grandes, primero, si creemos, practicamos y tenemos metas y, segundo, si nos unimos. La moneda de Bolivia, en la parte de atrás, dice “La unión hace la fuerza” y si nosotros logramos poner en práctica ese mensaje, vamos a crecer como país, como comunidad y como artistas.
- ¿Qué podemos esperar ver en el futuro de Vladimir Suárez? ¿Algún adelanto de próximos proyectos o metas que tenga en mente?
- Estamos trabajando en varios proyectos para inscribirlos también al Latin Grammy, pero una de mis metas es hacer música para películas. Hay también una posibilidad de brindar unas clases de producción musical en Estados Unidos, pero creo que por el momento mi pasión va a seguir siendo la música como siempre me ha gustado. Y sobre todo quiero ayudar a mi gente, quiero ayudar a mi país natal y a todos aquellos artistas emergentes que están buscando un camino.
Tenemos varios proyectos que han salido, uno que se llama “Acuérdate y cantemos”, del Grupo Sofía, que ganó el Latin Grammy el año pasado, y tengo otro que acaba de salir de mi hijo menor el cual se llama “Aprendiendo idiomas de América”, en el que tratamos de rescatar la raíz de nuestros idiomas. Él canta canciones en náhuatl, en maya, en aimara, en quechua, en guaraní, en inglés, en portugués, en mapudungun, y queremos que los niños también reconozcan, aprecien y estén orgullosos de sus raíces.
En mi caso, hice un álbum de piano que se llama “Libertimento 432”, que es un trabajo con canciones folclóricas de América, solo que son variaciones a mi manera, es decir, canciones que he arreglado para darle una nueva forma. Esas canciones están grabadas en la afinación de 432hz, que es una generación diferente a la de 440 que, generalmente, la música lleva adelante.