¿Cómo es emprender en Bolivia?
Emprender en Bolivia es una travesía repleta de desafíos y oportunidades que reflejan la rica diversidad cultural y geográfica del país. Los emprendedores bolivianos atraviesan un entorno empresarial complejo, donde la creatividad y la resiliencia son esenciales para superar obstáculos y alcanzar el éxito. Sin embargo, este camino no está exento de dificultades que pueden desmotivar incluso a los más decididos.
Los emprendedores en Bolivia enfrentan varios desafíos. Uno de los más considerables es el acceso limitado a financiamiento. Las instituciones financieras suelen ser reacias a otorgar préstamos a nuevos emprendimientos, especialmente en sectores considerados de alto riesgo como las industrias creativas. Esto obliga a muchos emprendedores a depender de ahorros personales o financiamiento de familiares y amigos, lo que limita su capacidad para invertir en sus proyectos. Además, la burocracia es un obstáculo constante; el proceso para registrar un negocio puede ser moroso y complicado, desalentando a quienes desean iniciar su propio camino.
Daniela Rossana Gutiérrez Ayllon, asesora de responsabilidad social empresarial y marketing relacional de la Cámara de Industria, Comercio y Servicios (ICAM) de Cochabamba, subraya que “la falta de capacitación y habilidades empresariales en algunos sectores limita el desarrollo de ideas innovadoras y de modelos de negocio sostenibles a largo plazo”. En este contexto, la dificultad financiera y burocrática resalta la importancia de iniciativas innovadoras, menciona.
A través de su programa “Emprendedores 2024”, brindan capacitaciones gratuitas en habilidades empresariales a los emprendedores, entre ellas, la formación en liderazgo, comunicación, temas legales y oportunidades de networking. “Éste es un esfuerzo para que los emprendedores tengan las herramientas necesarias para prosperar en un entorno competitivo y para impulsar su crecimiento hacia el éxito empresarial”, señaló al respecto el gerente general de la ICAM, Alberto Arce, durante una conferencia de prensa.
Estas iniciativas no sólo ayudan a mitigar los efectos del acceso limitado a financiamiento, sino que también proporcionan el conocimiento y las conexiones necesarias para navegar el complejo panorama empresarial boliviano. “Adquirir estas habilidades y conocimientos son necesarios para seguir creciendo”, subraya una de las emprendedoras beneficiadas, Ximena Quique, quien confecciona ropa para cholitas.
Entre las actividades del programa se incluyen talleres y mentorías especializadas en diversas áreas, como la creación de modelos de negocio, análisis de mercados, diseño, comunicación efectiva, liderazgo y aspectos legales. Esto permite que los emprendedores conozcan los trámites necesarios para formalizar sus negocios y acceder al mercado de manera adecuada, informa la ICAM.
Asimismo, Gutiérrez indica que la cultura y la economía boliviana influyen considerablemente en el emprendimiento. Por un lado, explica que la resiliencia y la capacidad de adaptación son características que los emprendedores desarrollan en un entorno a menudo incierto.
Estas cualidades les permiten enfrentar desafíos y encontrar soluciones creativas. Por otro lado —añade—, las tradiciones locales se convierten en una fuente de inspiración para crear negocios que se alineen con la identidad cultural, lo que enriquece la oferta y fortalece el sentido de comunidad.
Un caso notable que cuenta Gutiérrez, según su experiencia, es el caso de Food XGood, fundado por Andrea Stambuck. Este emprendimiento comenzó como un blog de alimentación saludable y se transformó en una plataforma que promueve un ecosistema de alimentos conscientes. Food XGood conecta la nutrición con las emociones, creando un espacio donde la comida no sólo nutre el cuerpo, sino también el bienestar emocional de las personas, detalla.
Cada historia de éxito es un testimonio del poder del ingenio humano frente a la adversidad. Emprendedores como aquellos que lograron establecer negocios sostenibles en sectores como el turismo sostenible o la economía digital demuestran que es posible superar obstáculos con determinación y creatividad. “Sueñen y permitan que sus visiones guíen su futuro”, aconseja Gutiérrez.
Aunque el camino del emprendimiento en Bolivia está lleno de retos significativos, también está lleno de oportunidades esperando ser aprovechadas. Sin embargo, con cada paso hacia adelante, cada capacitación recibida y cada red construida, los emprendedores, sobre todo jóvenes y mujeres, no sólo están creando negocios; están tejiendo un futuro más prometedor para ellos mismos y para su comunidad.
EN 2023 “NACIERON” 3.928 EMPRESAS LIDERADAS POR JÓVENES EMPRENDEDORES DE ENTRE 18 Y 28 AÑOS
En 2023, un total de 3.928 nuevas empresas fueron inscritas a escala nacional por jóvenes emprendedores de entre 18 y 28 años, según revelaron los datos del Servicio Plurinacional de Registro de Comercio (Seprec).
De acuerdo a la entidad, ese año se registraron 16.471 nuevas empresas en toda Bolivia. Los meses con mayor cantidad de inscripciones por parte de jóvenes fueron noviembre, octubre y marzo, con 482, 422 y 346 inscripciones, respectivamente.
De estas empresas, el 85,8 por ciento corresponde a empresas unipersonales, seguidas por sociedades de responsabilidad limitada con un 13,7 por ciento y sociedades anónimas con un 0,4 por ciento.
En cuanto a la distribución por actividad económica, los rubros más destacados fueron venta por mayor y menor; reparación de vehículos automotores y motocicletas, con 1.123 unidades económicas (28,6 por ciento), seguido por transporte y almacenamiento con 967 unidades (24,6 por ciento) y construcción con 478 unidades (12.2 por ciento).
El Seprec facilita la inscripción de empresas para los emprendedores a través de trámites virtuales, contribuyendo a la reducción de costos de los mismos y a un proceso más ágil y eficiente.
La posibilidad de materializar sus proyectos, contribuir al desarrollo económico y generar impacto en la sociedad impulsa a los jóvenes a asumir el desafío de emprender con una combinación de acceso a la información, recursos tecnológicos y un espíritu emprendedor en alza.
Fuente: ABI