Estudiantes de Challapata compiten con un proyecto de robótica en México
Los bolivianos Kevin Calani y José Cáceres, estudiantes del colegio Eduardo Avaroa de Challapata (Oruro), participan del concurso internacional en ciencia y tecnología “Infomatrix Latinoamérica” que se realiza en la Universidad Autónoma de Guadalajara, desde ayer hasta el sábado, en Guadalajara (México).
Para esta competencia fueron seleccionados 350 proyectos -de entre unos 1.500- que fueron elaborados por estudiantes de Bolivia, Brasil, Ecuador, Colombia y Estados Unidos, explica Mauricio Siles, tutor del equipo nacional.
“Infomatrix Latinoamérica” 2020, organizado por la Sociedad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (Solacyt), cuenta con siete áreas en competencia: Desarrollo de software, robótica, divulgación científica, arte digital, cuento científico, cortometraje y animación.
Este evento internacional “tiene el objetivo de apoyar a los jóvenes en llevar sus proyectos escolares a un siguiente nivel, presentarlos a la comunidad y buscar su aplicación en el entorno social para ser entonces entes de cambio, innovación y emprendimiento”, señalan los organizadores en su página web.
Los orureños Kevin (16 años) y José (17), de sexto de secundaria, fueron seleccionados para representar al país tras ganar el primer lugar en la competencia “Robomatrix Bolivia” que se realizó en agosto de 2019, en La Paz.
Los jóvenes estudiantes, junto a su tutor Mauricio Siles, participan en esta competencia internacional en el área de robótica con el proyecto HidroBot, con el cual también ganaron medalla de oro en la etapa departamental de la Olimpiada Científica Estudiantil Plurinacional Boliviana (Ocepb)del 2019.
“Estamos muy orgullosos de poder representar a nuestro país. Vamos a llevar siempre en alto el nombre de Bolivia, de Oruro, del municipio de Challapata y la unidad educativa Eduardo Avaroa”, dice Kevin, a quien le gustan las materias científicas.
José acota: “Tengan por seguro que vamos a ir a dar lo mejor de nosotros para competir”.
Confiesan que no pensaban ganar en el “Robomatrix Bolivia”, que fue una sorpresa escuchar sus nombres. Pero, también reconocen que el proyecto tiene un fuerte impacto social pues ayuda al medio ambiente y a su municipio.
HidroBot
Kevin y José, a quienes desde niños les gustó la robótica, explican que desarrollaron el proyecto HidroBot para competir en la Ocepb del 2019, cuya temática era el cuidado del agua. Pero para la etapa departamental y el “Robomatrix Bolivia” hicieron mejoras en el proyecto.
“La escasez del agua es un problema actual en Challapata, municipio agroganadero ubicado a 120 kilómetros de la ciudad de Oruro, donde hay agua solo hasta las 11 de la mañana y muchas veces no alcanza para toda la población”, dicen los jóvenes quienes piensan estudiar ingeniería mecatrónica.
“Sabemos que la escasez del agua es también un problema a nivel mundial y debemos cuidarla y aprovecharla de mejor manera”, explican.
Por ello, desarrollaron el proyecto HidroBot que consta de tres partes: un robot autónomo que recolecta agua, una planta purificadora de agua y un sistema de riego inteligente.
Para elaborar este proyecto los jóvenes orureños usaron conocimientos de electrónica e informática. Señalan que lo más complicado para ellos fue la parte de la programación, pero que no se rindieron a la primera y perseveraron hasta lograrlo.
Explican que el robot es autónomo, cuenta con un sensor de seguidor de líneas y sigue un trazo ya marcado y programado. Asimismo, puede ser manipulado mediante Bluetooth -con el celular.
El robot cuenta con un tanque de agua y una bomba sumergible que succiona el agua de ríos, pozos o lagos. Así, el robot automáticamente sigue un trazo y carga el agua a su tanque.
Posteriormente, el robot vuelve al lugar de donde partió y vierte el agua en la planta purificadora que cuenta con dos sistemas. Una de ellas es la destilación mecánica (piedras, arena, algodón y carbón activo) y la otra, por filtro UV que mata los microbios y vuelve el agua potable. Esta planta también es automática.
Asimismo, cuando se detecta que el terreno o sembradío está seco, tomando en cuenta la humedad, el sistema de riego empieza automáticamente a regar.
El desarrollo de este proyecto les llevó como seis meses y les costó unos dos mil bolivianos.
De los premios
Siles explica que en el “Infomatrix Latinoamérica” lo ganadores reciben diferentes premios de los auspiciadores. Además, son acreditados a mundiales de ciencia y tecnología donde representarán a todo el continente.