Vecinos del río Taquiña se quedan pese a riesgos
Los vecinos del río Taquiña, al norte de Tiquipaya, viven con el miedo de que el episodio del aluvión del año pasado se repita y aunque ayer volvieron a revivir recuerdos dolorosos por la avalancha de mazamorra que bajó del Tunari no se moverán del lugar.
El deslizamiento ocurrió en la parte alta apenas con una lluvia suave de 2,5 milímetros, mínima frente a los 8 que se registraron en 2018 cuando se registró el alud. Sin embargo, el terreno en la serranía de Linkupata está muy erosionado.
La Alcaldía informó que descendieron 50 mil metros cúbicos (m3) de material. En tanto que durante el aluvión se acumularon 500 mil m3. El momento de mayor zozobra entre los vecinos fue entre las 22:00 y 22:30 del jueves porque se activó la alarma para evacuar con petardos.
“Con esta cantidad de lluvia no debía haber deslizamiento. Bajó rápido la mazamorra porque arriba nada la detiene”, explicó el secretario de la Madre Tierra de la Alcaldía, Aurelio Ayala.
La población alertó a gritos y con petardos para que todos salieran de sus casas. De manera inmediata se trasladaron hasta la avenida Ecológica, donde se quedaron hasta la madrugada pese a la llovizna. “Estuvimos hasta las cuatro de la madrugada despiertos y alertas. Yo fui reubicada más allá, pero tenía miedo”, contó Leticia Condori.
Sin embargo, observó que si el riesgo sigue es por la falta de limpieza del río. “Pido a las autoridades que de una vez retiren todo este material para que el río pueda ir por su cauce normal”, repitió varias veces.
El alcalde de Tiquipaya, Juan Carlos Angulo, informó que antes del aluvión se tenían entre 189 y 240 casas en la zona de riesgo, entre la cota 2.750 del Parque Nacional Tunari y la avenida Ecológica, pero luego del desastre la cantidad de casas disminuyó.
Sin tranquilidad
Los que decidieron quedarse no viven tranquilos, especialmente cuando llueve. Los vecinos contaron que tienen temor a una nueva mazamorra. Sin embargo, ante la pregunta de por qué no dejan la zona, la respuesta es la misma: “Es mi esfuerzo de toda la vida”. Otros dicen: “El terreno que me ofrecen (para la reubicación) no es ni la mitad de lo que tengo aquí”.
Además, están convencidos de que el riesgo desaparecerá con la canalización del río.
Después del último episodio, el Alcalde volvió a presentar un informe al Concejo Municipal para que reconsidere ampliar la franja de seguridad del río. El límite actualmente es de 10 metros, el mínimo y el mismo que existía antes del aluvión. La propuesta técnica de la Alcaldía y la Gobernación es que se amplíe a 60, 45, 25 y 12 metros.
El jueves, los tres disipadores frenaron el impacto de la mazamorra en la parte baja y más poblada. Sin embargo, el recuerdo del desastre de 2018 permanece en la memoria de quienes decidieron quedarse.
Varias instancias advirtieron constantemente que una situación así podía volver a ocurrir, dado a que no se hizo ningún trabajo en la parte alta de la cuenca ni en la franja. Hoy, el riesgo aún es latente y la época de lluvias continúa.
6 de febrero de 2018 casi medio millón de metros cúbicos descendieron por el río Taquiña cobrando la vida de cinco personas, entre ellas un niño, Gamaliel.
OPINIONES
"Pedimos una limpieza. Tenemos temor, no he dormido toda la noche. Nos dicen que va a venir otro más fuerte y no sabemos qué hacer. Que limpien y lo hagan bien, no a los lados, porque lo dejan así". Leticia Condori. Vecina del río Taquiña
"Hemos desplegado todo el personal de la Secretaría y maquinaria, pero con esa cantidad de lluvia no debería haber ocurrido algo así. Vamos a continuar con la limpieza del río". Aurelio Ayala. Stario. Madre Tierra