Matanza de delfines en Islas Feroe
Diversos movimientos de defensa del medio ambiente, entre ellos “Green Peace”, denuncian año tras año a través de Internet la brutal matanza de delfines calderones en la desarrollada Dinamarca.
Si bien el ser humano tiene la facilidad de realizar heroicos y benévolos actos por el bien de la humanidad y de todo ser vivo, empero esta capacidad muchas veces deja de ser un norte y cobra un accionar por demás sangriento y preocupante.
En Dinamarca, cada primavera el mar que baña las costas de las Islas Feroe se tiñe de sangre por la brutal matanza de delfines calderones, especie amenazada, según “Green Peace”.
En las Islas Feroe, un archipiélago situado en el Mar del Norte entre Escocia e Islandia con una población aproximada de 42 mil personas, forma parte de Dinamarca como territorio autónomo, cada año matan entre 2 y 3 mil de estos cetáceos.
Se trata de una tradición que data de 1.200 años, como una ceremonia de iniciación para los adolescentes que llegan a la adultez.
Según reportes de prensa, los adolescentes se adentran en el mar armados con todo tipo de pinchos, cuchillos y lanzas y aprovechando la natural curiosidad de estas ballenas, que van al encuentro del ser humano, las acuchillan salvajemente hasta la muerte.
“Esta matanza tradicional de todos los años desde luego es sangrienta y resulta ser un lamentable espectáculo al que nadie pone freno”, denuncia “Green Peace”.
La economía de las Islas Feroe por su geografía se basa principalmente en la exportación y uso de la carne de este cetáceo, pero esto no justifica la barbarie y brutalidad de la matanza ni a la libre explotación de un animal en riesgo de extinción.
Inofensivos
Según la enciclopedia Wikipedia, el calderón gris o delfín gris es una especie de cetáceo odontoceto de la familia Delphinidae. Su nombre significa, en latín, “pez grande y gris”.
Su tamaño puede fluctuar entre 3,2 y 4,3 metros y pesar 680 kilogramos. Su color es gris pero las numerosas marcas y cicatrices blancas pueden hacerlo parecer de este color en la distancia.
Estas cicatrices pueden deberse a luchas intraespecíficas o a marcas de calamares.
No existe ninguna característica externa que permita distinguir a los dos sexos.
Su cuerpo es robusto, particularmente en la base de la aleta dorsal y la cabeza presenta un melón prominente que en su zona frontal está dividido en dos por la presencia de un surco que termina sobre el pequeño morro, apenas visible.