El Papa recuerda a quienes huyen de los “Herodes de turno”
AFP y EFE
El papa Francisco recordó ayer a los millones de personas que se ven obligadas a dejar su tierra y a sobrevivir a los “Herodes de turno” que “no tienen problemas en cobrar sangre inocente”, en la tradicional misa del Gallo que celebró en la basílica de San Pedro.
En la misa de Nochebuena, en la que los católicos conmemoran el nacimiento de Dios, Jorge Bergoglio comparó la situación que vivieron José y María, obligados a dejar su tierra, pero “llenos de esperanza y de futuro por el niño que vendría” con los millones de personas que huyen en la actualidad de sus países.
Ante las cerca 10.000 personas que llenaron la basílica, el Papa explicó en su homilía que José y María “luego se tuvieron que enfrentar quizás a lo más difícil: llegar a Belén y experimentar que era una tierra que no los esperaba, una tierra en la que para ellos no había lugar”.
En su historia, agrego, “vemos las huellas de familias enteras que hoy se ven obligadas a marchar. Vemos las huellas de millones de personas que no eligen irse sino que son obligados a separarse de los suyos, que son expulsados de su tierra”.
En muchos de los casos esa marcha está cargada de esperanza, cargada de futuro; en muchos otros, esa marcha tiene solo un nombre: supervivencia”.
LLAMADO A LA PAZ Y LIBERACIÓN DE REHENES
Horas antes, al final de Angelus, el Papa lanzó un llamado a la paz y a la liberación de los rehenes en el mundo y dijo que oraba por los filipinos afectados por una tormenta tropical que dejó más de 200 muertos en el país.
Francisco invocó “el don de la paz para todo el mundo, especialmente para los poblaciones que más sufren por culpa de los conflictos”.
“Renuevo mi llamado para que en ocasión de Navidad las personas secuestradas —sacerdotes, religiosos y religiosas y fieles laicos— sean liberadas y puedan volver a sus casas”, agregó Francisco.
TENSIONES POR JERUSALÉN ENSOMBRECEN NAVIDAD
Millones de cristianos en todo el mundo se preparan para celebrar la Navidad, como en Belén, donde según la tradición cristiana nació Jesucristo, pero las tensiones seguían latentes en la región tras la ola de indignación causada por la decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.
El controvertido anuncio efectuado el 6 de diciembre por el presidente estadounidense, Donald Trump, desató manifestaciones y enfrentamientos en varios países y también en Belén, donde los cristianos celebran el nacimiento de Jesucristo con una misa a medianoche.
El Papa lanzó ayer un llamado a la “paz para todo el mundo, especialmente para los poblaciones que más sufren por los conflictos”.
Belén, situada en Cisjordania, suele estar llena de turistas, pero la localidad parece vacía debido a los temores de que haya enfrentamientos entre manifestantes palestinos y el ejército israelí.