Conservar control en sur del país es prioridad para el Ejército ucraniano
Ucrania intentaba ayer con todas sus fuerzas retener el control sobre el sur del país, donde se encuentran sus principales puertos marítimos, claves para el abastecimiento de su población.
“Putin perdió la guerra. El mundo está con Ucrania”, rezaba un cartel en la capital ucraniana.
Rusia negocia con una mano un alto el fuego en Ucrania y con la otra sigue al pie de la letra su plan de “desmilitarización” de Ucrania y el tendido de un corredor terrestre entre el Dombás y la anexionada península de Crimea.
El mar de Azov
Ucrania logró mantener un día más su bandera en Mariúpol, principal puerto en el Azov, que Moscú quiere convertir en un mar interior para garantizar la seguridad de la base naval de Sebastópol, en Crimea.
“Los soldados de la horda de Putin martillean constantemente la ciudad y no nos permiten evacuar a heridos, mujeres y niños. Esa escoria no encuentra otra forma de doblegarnos”, aseguró Vadym Boychenko, alcalde de la ciudad.
Acusó también a las tropas rusas de impedir el restablecimiento de los suministros de electricidad, agua y calefacción, dañar la red ferroviaria y bloquear la llegada de alimentos para su medio millón de habitantes.
“Están haciendo un bloqueo como en la antigua Leningrado. Deliberadamente destruyeron la infraestructura vital para el funcionamiento de la ciudad”, subrayó.
Exitismo ruso
El mando ruso insiste, por su parte, que sus fuerzas y las milicias separatistas prorrusas han tomado numerosas poblaciones en los alrededores de esa irreductible ciudad que los rebeldes ya fueron incapaces de tomar en 2014.
“Las unidades de la república popular de Donetsk estrecharon el cerco alrededor de la ciudad de Mariúpol”, afirmó el portavoz de Defensa ruso, Ígor Konashénkov.
El Ejército ucraniano espera que ahora el enemigo golpee con toda la fuerza de su puño militar el puerto de Berdiansk y las ciudades de Zaporozhie y Melitopol.
Odesa en la mira
Si las tropas rusas logran enlazar esas ciudades con Jersón, urbe controlada desde hace días por Moscú, entonces el próximo objetivo sería Odesa, el puerto ucraniano más importante en el mar Negro y la base de su Armada.
“Quieren destruir nuestra Odesa, pero lo único que verán será el fondo del mar Negro”, dijo ayer el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Cuatro buques de desembarco rusos se desplazan en dirección a Odesa, mientras un avión enemigo fue derribado cuando atacaba una guarnición militar ucraniana de la región homónima.
Según el Ministerio de Defensa de Ucrania, la Armada enemiga también hundió un mercante estonio, “Helt”, con bandera panameña y con seis tripulantes a bordo, dos de ellos rusos.
El tiempo ayuda
“Hasta el tiempo está de nuestro lado. Hace días que en el mar hay tormenta, que, da la casualidad, también combate por Odesa al impedir el desembarco de los marines rusos”, comentó a Efe Inga Kordinóvskaya, voluntaria que distribuye ayuda a los defensores de la ciudad.
Mientras, la aviación rusa mató en un barrio residencial de la ciudad septentrional de Chernígov al menos a 33 personas y destruyó completamente Yakovlivka, un pueblo de 600 habitantes en la región de Járkov.
Licencia para matar
El Parlamento de Ucrania retiró ayer todas las restricciones al uso de armas de fuego por parte de civiles, que han recibido autorización para disparar contra los ocupantes.
Kiev refuerza sus defensas. La plaza de la Independencia fue tomada por los militares, que apostaron soldados y barreras antitanques. “Sabíamos que Putin estaba loco, pero no que era un completo psicópata”, comenta a Efe una kievita.
Putin califica de éxito lo que expertos llaman un desastre
Mientras que el Presidente ruso asegura que en sus primeros ocho días la campaña militar rusa en Ucrania marcha exitosamente, expertos militares de EEUU la califican como un desastre estratégico.
“La operación especial militar avanza en estricta correspondencia con el cronograma, según los planes. Todas las misiones planteadas se cumplen exitosamente”, afirmó ayer Putin en una reunión del Consejo de Seguridad ruso, según imágenes difundidas en televisión.
“Fue un fallo colosal de la inteligencia, que subestimó enormemente la resistencia ucraniana, y la ejecución militar fue terrible”, dijo Michael Vickers, exsubsecretario de Defensa de EEUU para la inteligencia.
Los especialistas están sorprendidos por la mala gestión de la campaña, con columnas de convoyes empantanadas, cientos de vehículos blindados rusos perdidos y su fuerza aérea del neutralizada por las defensas ucranianas.
El Pentágono y expertos del sector privado preveían que el ejército de Putin, acabara rápidamente con las defensas de misiles y la fuerza aérea ucraniana, cercenando la capacidad de contraataque del mando militar, de unos 200 mil efectivos. Pero nada de esto ocurrió aún.