Maduro no está maduro
En Bolivia los cubanos son simpáticos, sobre todo porque no se los ve. Dan clases de baile, hasta de tango. Son médicos, espiritistas o cosas semejantes.
Es que los cubanos en Bolivia tienen como consigna apoyar la democracia
El presidente venezolano Nicolás Maduro no está maduro para caer del árbol. Lo mantienen tres fuerzas. En primer lugar está una masa popular que siente que en el pasado ha sido marginada de los beneficios de las regalías petroleras, así que prefiere el actual Gobierno y que revienten los demás.
De paso revienta la sociedad venezolana. Tradicionalmente es un país de economía neocolonial y el Gobierno chavista es neocolonial por excelencia. Todo se importa. Se exporta petróleo y ¡se importa gasolina! Tras la retórica anticolonialista, está que no se instalan refinerías en Venezuela. Ahora hay racionamiento de electricidad, porque no hay combustible. Diga el lector si estoy exagerando.
El segundo soporte del régimen de Maduro es el ejército. Buenos salarios, ejército comprado. Pero los ejércitos tienden a navegar conforme sople el viento. El tercer soporte es el firme y ése se compone de milicias populares.
El secreto. Las tales milicias populares chavistas son entrenadas y dirigidas por cubanos. Y el Gobierno cubano no está para macanas. Necesita que perdure el régimen chavista, porque si se cae, le cortan el petróleo. Desde el punto de vista cubano, es de enorme importancia el petróleo barato y mejor si al fiado. Antes de quedarse sin petróleo, las milicias darán guerra.
En Bolivia los cubanos son simpáticos, sobre todo porque no se los ve. Dan clases de baile, hasta de tango. Son médicos, espiritistas o cosas semejantes.
Es que los cubanos en Bolivia tienen como consigna apoyar la democracia. Con un Gobierno de derecha en Bolivia, quizá digitado en algún grado por la Embajada Americana, el Gobierno cubano puede tener un régimen hostil en las relaciones internacionales. No hallan nada mejor que un Gobierno centrista, no hostil a Cuba. Por eso están quietos; no se meten con armas, ni hacen barullos que los malquisten con el pueblo. Sí, como con los alteños que derribaron la estatua del Che Guevara.
El compromiso tácito, que no se dice pero que se entiende, es que cualquiera que sea el Gobierno en Bolivia, los cubanos no sean echados del país y no se rompan las relaciones. Nada más piden los cubanos. Me parece razonable. Apoyemos esta transacción tan favorable y civilizada.
El autor es escritor.
Columnas de BERNARDO ELLEFSEN