¿Surrealismo trágico?
Ignore y sea feliz. Y como cambia todo cambia, la “ciudad jardín” no escapa a tal condición, aquí crece todo crece y ese incremento se traduce, por ejemplo, en que hay un automóvil por cada ocho personas, según el último estudio de la Unidad de Movilidad Urbana del municipio de Cercado. Según esta unidad, el 33 por ciento de los automóviles que circulan en el centro de la ciudad pertenecen al servicio público y el 67 por ciento al particular. También según el Registro Único para la Administración Tributaria Municipal de Bolivia (RUAT) de 2016, informa que del total de motorizados registrados en dicho periodo, las regiones del eje troncal a ser Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, concentran el 78,8% del parque nacional.
Caminar por las calles céntricas de la ciudad es toda una experiencia y consiste en respirar los gases tóxicos que emanan los trufis, automóviles privados, taxis y micros. Menudo panorama de contaminación sonora y ambiental. Bocinazos, humo negro y en las horas pico un escenario digno de purgatorio. En contraposición a la cotidianidad en la que los citadinos se mueven, los días del peatón que se dan algunas veces al año, nos brindan un respiro breve, donde se puede observar el cielo azul y se respira un aire límpido que desparece en cuanto ese paréntesis termina, el problema residual es otro cuando en ese día, la basura que se genera es tal que bien podría denominarse el día del “ensuciatón masivo”.
Ante esta realidad podemos constatar in situ que tampoco la restricción vehicular ha modificado la situación de forma considerable. Recordemos que el informe de la Red de Monitoreo de la Calidad del Aire (MoniCA) informa que en Cochabamba, el 90 por ciento de la contaminación en el aire se debe al parque automotor, tanto del servicio público como particular. Bien, este dato nos dice que somos unos democráticos absolutos al contribuir con nuestro granito de contaminación diaria y las instancias departamentales de control no logran planes sostenibles que incidan de forma efectiva.
Soñar no cuesta nada dicen, soñar vivir como en Copenhague en Dinamarca, ciudad sostenible por una cultura ciclista. Sostenibilidad para todos tomando datos de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, informa que la mitad de su población usa la bicicleta como medio de transporte, es la primera ciudad de la bicicleta oficial del mundo, un paraíso con más de 390 kilómetros de carriles bici. Claro, todo el sistema ha trabajado para lograr que sea una ciudad neutra en emisiones de dióxido de carbono en el año 2025. El informe data que Costa Rica, Uruguay y Ecuador se encuentran entre los países con mejor calidad de aire de la región.
A nosotros nos queda esperar que nuestros pulmones resistan los embates contaminantes diarios. Demandar mayores controles parece casi una quimera, en términos reales un medio de transporte público es una inversión importante para generar empleo, de eso no cabe duda, pero la responsabilidad está también en asumir una conciencia ambiental colectiva. En lo concreto la felicidad está en la ignorancia, mientras, los datos dicen claramente que esta ciudad es la más contaminada de Bolivia. Lo real es que nos queda este valle digno de una novela de surrealismo trágico.
Columnas de CECILIA ROMERO