La vida de un emprendedor (I)
ALEJANDRO NÚÑEZ
Hay infinidad de motivos por los cuales una persona decide ser emprendedor y la mayor parte de la veces se piensa en lo bonito y satisfactorio que es tener un negocio propio. Sin embargo, no todo es bello. En esta primera parte nos enfocaremos en exponer la parte “fea” de ser un emprendedor y en la segunda explicaremos cómo evitar este tipo de situaciones:
1. Financieramente.
Si quieren poner un negocio y que sea exitoso más vale que tengan un buen colchón de dinero, pues no verán ni un centavo hasta dentro de mucho tiempo. Todas las proyecciones financieras que hiciste no servirán de nada, te darás cuenta que la realidad es otra a la que planeaste, la proyección sólo sirve para darte una idea de qué es lo que “podría” pasar, sin embargo, no es nada seguro que se cumpla. El dinero se irá como agua, los bancos no te prestarán dinero y tendrás que empezar a hacer maravillas, te volverás inclusive algo tacaño y no es porque no quieras comprarlo, sino por que piensas: “Eso podría gastarlo en otra cosa más importante como el sueldo de un empleado”.
2. Personalmente.
Si creías que siempre es bueno ser tu propio jefe, prepárate a lidiar con personal, decisiones, proveedores, clientes, bancos, contadores, impuestos, el seguro social y una infinidad de problemas que salen cada día y que muchas veces sobrepasan tu capacidad de liderazgo. En un punto llegarás a creer que todo mundo ha armado un complot para evitar que todo salga bien.
Te darás cuenta que la ineptitud de otra persona te estorba demasiado, vas a querer las cosas hechas en su momento y bien hechas. ¿Pensabas tener libertad de horario? Piénsalo de nuevo, los primeros años estarás desvelándote y madrugando todos los días, difícilmente tendrás tiempo para tener una comida caliente en un buen tiempo. No verás a tu familia ni amigos tan seguido como antes.
Tu cabeza estará tan saturada de pendientes que atender que empezarás a olvidar las cosas.
3. Operacionalmente.
Te darás cuenta que el plan de negocios que habías desarrollado es sólo los cimientos de lo que realmente se ha convertido tu negocio, la operación ha sido totalmente diferente. Empezaron a salir detalles que no tenias ni idea que existían, pero que son fundamentales para la operación del negocio.
En un nuevo negocio aplica exactamente la ley de Murphy en la que “si algo puede salir mal, saldrá mal”.
Consultor en gestión empresarial
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