La discriminación que aún persiste
Según el censo de 2012, en Bolivia existen más de 11 mil periodistas, 7.956 son hombres y 3.507 son mujeres. Pero por mi experiencia sé que, por lo menos en Cochabamba, hay más mujeres que hombres trabajando en el ámbito informativo.
Tengo el privilegio de formar parte de un equipo en el que se impone la presencia femenina, tanto en redacción como en puestos de liderazgo.
Se avanzó mucho desde que las primeras mujeres periodistas tenían que usar seudónimos para poder publicar sus notas y no ser discriminadas, pero aún persiste el machismo.
Ser mujer y joven, a veces, suele ser un combo para que algunas personas presupongan que no se tiene experiencia o que el trabajo que realiza no es serio ni profesional.
Puede que el machismo esté camuflado con palabras como “niñita” o “mamita”, que pueden sonar inofensivas, pero suelen esconder desvalorización, en comparación al trato que dan a los colegas varones.
En otros casos, como el resto de las mujeres en todos los ámbitos, se debe lidiar con el acoso y las expectativas sobre el rol que se tiene en la sociedad.
A veces, uno se encuentra con fuentes que hacen diferencias entre hombres y mujeres a la hora de responder las entrevistas. Cuestionan tu trabajo, y eso estaría bien si el trato fuera a todos por igual, pero no es así.
Una tiene que demostrar que es capaz de hacer lo que está haciendo porque, de un principio la capacidad no se te supone, sólo por ser mujer y joven.
Periodista de Los Tiempos
Columnas de Yvonne León