Jordi Surkin: “El modelo actual no genera riqueza y afecta la biodiversidad”
El último informe difundido por World Wildlife Funda (WWF) sobre el estado de la biodiversidad en el mundo, denominado Informe Planeta Vivo, es alarmante. Desde 1970 a la fecha, el planeta ha perdido el 69 por ciento de poblaciones de aves, mamíferos, anfibios, reptiles y peces. La situación es mucho más preocupante en Latinoamérica y el Caribe, donde la disminución de estas poblaciones monitoreadas llega al 94 por ciento.
El director de conservación de WWF Bolivia, Jordi Surkin, dijo que para revertir esta tendencia se requiere la participación de todos, no solo del Gobierno central, sino también de los gobiernos locales, las empresas y la ciudadanía en general.
Además, señaló que el modelo extractivista no genera riqueza para el país, sino que contribuye a la destrucción de la biodiversidad.
- ¿Se sabe cuánto perdió Bolivia en biodiversidad en los últimos años?
No tenemos ese dato porque el estudio evalúa datos globales y regionales, no desagrega por país. Pero sabemos que en Bolivia hace ya muchos años que los niveles de deforestación son bastante altos. En 2019 se afectó 6 millones de hectáreas.
Pero al mismo tiempo, Bolivia es un ejemplo del mensaje esperanzador que se tiene en el informe, que todavía estamos a tiempo. En América Latina todavía tenemos mucho bosque en buen estado de conservación. Tenemos más del 90 por ciento de la Amazonía en buen estado de conservación. Entonces el mensaje es que tomemos acción ahora porque todavía estamos a tiempo de revertir esta crisis.
- ¿Cómo ve el modelo de Bolivia?
Consideramos que en Bolivia, como en todos los países del mundo, se necesita hacer mucho más a nivel del Gobierno, de las empresas y de cada individuo.
Las empresas todavía no están sumándose a ciertas tendencias globales enfocadas en la producción con sostenibilidad, eso está lento en Bolivia. Entonces, creemos que todos los sectores podemos hacer más.
- En el informe se habla de los jóvenes, ¿cree que es necesario un cambio a partir de las nuevas generaciones?
La respuesta rápida es sí. En mi experiencia veo muy difícil cambiar de mentalidad de la gente mayor. Si no existe conciencia ambiental en una persona de 50 años, es difícil cambiar eso. También vi que los jóvenes en Bolivia están muy preocupados, porque si seguimos dañando el medioabiente quienes sufrirán las consecuencias no son las generaciones pasadas, sino las nuevas.
En un trabajo que hicimos, que se llama “Mi planeta, mi negocio”, se ve que los jóvenes consideran que una empresa tiene que tener un fin social y ambiental. En mi generación eso no era así. Eso quiere decir que los jóvenes ven el mundo de una forma diferente. En Bolivia representan el 35 por ciento, son clave para el futuro y el cambio que requiere nuestro planeta.
- ¿Cómo ve el balance de poderes y responsabilidades del sector público y privado en Bolivia para con el medioambiente?
El cambio requiere el esfuerzo de todos. Tenemos ejemplos de que la sostenibilidad es rentable, que puede producir trabajos y desarrollo económico. Creo que hay mucho por hacer todavía en el sector privado.
Una cosa que quiero resaltar es que el gran causante de la pérdida de biodiversidad y naturaleza es la producción de alimentos y el cambio de uso de suelo. Y lastimosamente de todos los alimentos que producimos en el mundo el 40 por ciento se desperdicia. Alguna vez vi que en Bolivia solamente eliminando desperdicios podríamos cumplir con algunas metas del milenio en cuanto a pobreza y nutrición. Entonces, la empresa privada puede empezar a reducir desperdicios y dar a gente que necesita comer o tomar acciones positivas desde el punto de vista del medioambiente.
- ¿Cómo ve el impulso que se da a la economía del bosque y sostenible en el país en comparación, por ejemplo, con la minería?
Yo creo que una economía más diversa, que se basa más en el uso sostenible de los recursos, es posible. El modelo que tenemos no genera muchos empleos y no genera una distribución equitativa de la riqueza, incluso gran parte de la riqueza y del beneficio del oro está yendo fuera del país, a India o China.
La minería del oro además tiene prácticas dañinas, como el uso de mercurio que deja un gran impacto en la población indígena y en todo el país.
Costa Rica es un país cuyo desarrollo está vinculado al ecoturismo, por ejemplo, es un país que en unas décadas aumentó su cobertura forestal de 25 por ciento a 50 por ciento del país. Es un país donde hay un impuesto a la emisión de carbono, y esos ingresos se usan para apoyar a áreas protegidas y conservar su biodiversidad. Es un país donde el 99 por ciento de la energía proviene de fuentes limpias, y Costa Rica es un país con un nivel de vida mayor al nuestro.
Entonces, es un modelo que puede generar mayor riqueza y mayores beneficios.
- ¿De qué sector vio mayor apertura al cambio, de los privados, el sector público, la ciudadanía?
Creemos que todos son parte de la solución. Vemos mucha apertura en los gobiernos municipales y las comunidades indígenas que luchan por conservar sus territorios, que han conservado sus recursos naturales por muchos años y quieren seguir haciéndolo. También vemos iniciativas del sector privado que busca una mayor sostenibilidad.
Diría que mi esperanza en Bolivia está en los jóvenes, que aquí son un 35 por ciento de la población. Si levanta su voz puede hacer un cambio importante. Creo que los jóvenes tienen que articularse, levantar su voz y pedir al Gobierno mayores compromisos, mayor justicia y equidad.
- La construcción de caminos también daña el medioambiente, ¿cuál sería el panorama ideal considerando que en las poblaciones también se requiere infraestructura?
Por supuesto que necesitamos todas estas cosas, pero creemos que si los caminos se planifican, si se implementan buenas prácticas, se puede limitar el daño ambiental.
Lo que pasa en muchos países de América Latina es que se promueven procesos acelerados de expansión hacia el bosque y frecuentemente esa gente no tiene verdadera posibilidad de sobrevivir y generar ingresos justos en el bosque, y después terminan vendiendo sus tierras a un propietario grande.
Por supuesto, todos necesitamos infraestructura, y si la infraestructura se planifica bien es posible delimitar el daño ambiental, y, por otro lado, buscar que los procesos que acompañan esa infraestructura estén bien planificados y que realmente den oportunidad a la gente de tener condiciones económicas viables y positivas.
- ¿Hay algo que quisiera añadir?
Mi mensaje es que nos sumemos todos: Gobierno nacional, gobiernos locales, empresas, sector privado, ciudadanos, porque como WWF creemos que juntos podemos lograr un cambio.
Eso requiere que a nivel individual también evaluemos y analicemos patrones de consumo que tenemos. Por ejemplo, lo que decía, en los restaurantes se desperdicia una gran cantidad de comida, y eso es desperdicio de dinero para las empresas. Se podría repartir esos alimentos a la gente de bajos recursos para generar mejores condiciones para estos sectores de la población.
Debemos pensar qué cambios queremos hacer, en cuanto a comida, en cuanto al transporte que utilizamos, si queremos reducir nuestra dependencia de utilizar un auto y caminar más, si queremos utilizar bicicleta o transporte público. Así también concientizar sobre los alimentos que consumimos, si queremos cambiar de dieta para que la producción de estos alimentos sea más sostenible y de mayor beneficio para nuestra gente. Mucho de eso dependerá de las nuevas generaciones.
El cambio de uso de suelo destruye
Los principales factores directos identificados como responsables de la degradación de los sistemas terrestres, marinos y de agua dulce son los cambios de uso del suelo, la sobreexplotación de plantas y animales, el cambio climático, la contaminación y las especies exóticas invasoras.
El informe sostiene que esto se puede mitigar con el aumento de los esfuerzos de conservación y restauración, la producción y el consumo de alimentos de forma más sostenible.