Acusan al “zar de la belleza” en escándalo del Miss Venezuela
Patricia Velásquez, candidata a Miss Venezuela 1989, desvela en su libro autobiográfico “Sin tacones, sin reservas” que se prostituyó antes de alcanzar la fama. Fue una revelación que en su momento pasó casi desapercibida, pero que ha cobrado sentido tras la trama de escorts y corrupción en el famoso certamen de belleza de su país.
Ningún testimonio suena ahora aislado. Las exreinas han decidido ventilar sus experiencias de acoso en el concurso. Migbelis Castellanos, representante de Venezuela en Miss Universo 2014, ha señalado a Osmel Sousa, el exgerente de la organización del certamen, de haberle pedido que consiguiera el patrocinio de un empresario o funcionario del Gobierno a cambio de sexo para costear los gastos de su candidatura. En una entrevista a Telemundo recuerda que el “zar de la belleza” –como es conocido Sousa– le preguntó antes de competir con otras candidatas internacionales: “¿Tú no tienes a alguien que pague?”
Enchufado es un término peyorativo en Venezuela. Significa una persona que se vale de sus conexiones con figuras de poder para acceder a altos cargos, negocios o riquezas procedentes del erario público. Con esta palabra se han insultado muchas exmisses desde que reventó el escándalo. Anarella Bono, exesposa del actual director del Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela, y Debora Menicucci, esposa del presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno, ha admitido en un video ser “enchufadas” y ha amenazado con revelar a otras compañeras vinculadas con altos funcionarios. “Ya nosotras somos parte de la regleta”, asevera la pareja de Moreno.
Otras, sin embargo, han rechazado propuestas de patrocinios procedentes de poderosos. Vivian Sleiman, candidata del concurso en 2001, ha relatado que se había reunido con un “patrocinador” por petición de los organizadores de Miss Venezuela.