Los germinados o brotes tienen muchas propiedades terapéuticas
Un germinado es cualquier semilla que ha brotado gracias al contacto con el agua, el aire y el calor, con lo que comienza a crecer. La germinación es una intensa actividad metabólica; en ella tienen lugar varias reacciones químicas, entre las cuales destaca la síntesis de enzimas.
La germinación representa la técnica más efectiva para aportar a nuestro organismo energía vital concentrada. Los procesos industriales de refinamiento de los alimentos ocasionan carencias en los mismos, que, a la larga, pueden acabar afectando a nuestro organismo; la adición de los germinados a nuestra dieta puede prevenir estas ausencias. Así como las plantas verdes regeneran el aire que nos rodea, los germinados sanean nuestro cuerpo por dentro.
Son en sí mismos un concentrado de sustancias generadoras de salud, elementos que la vida elabora de forma mucho más perfecta que un complejo laboratorio. Y son los alimentos menos contaminados que se puedan encontrar. Si un grano germina, tiene calidad suficiente para hacerlo porque a cierto nivel de degeneración, las plantas dejan de ser capaces de reproducirse. Su riqueza enzimática facilita la absorción y no ocasiona leucocitosis postpandrial (aumento de la cantidad de leucocitos en la sangre).