Padres, seres que aman sin condiciones
Hoy se celebra el Día del Padre, muchas unidades educativas e instituciones realizan actividades especiales para conmemorar a los papás. En muchos hogares el rol de padre lo cumplen los tíos, abuelos, primos, hermanos e incluso las madres. Sin embargo, también hay padres que hacen de padre y madre. Conozca los testimonios y experiencias de tres papás de la ciudad que educan a sus hijos cumpliendo dobles roles.
Los papás entrevistados coinciden en que asumir un doble rol es una tarea muy difícil y es aún más complicada cuando no se cuenta con el apoyo de toda la familia.
“Llegamos a Cochabamba con el deseo de empezar una nueva vida. Lo triste fue que en esa nueva vida también inició con la muerte de mi esposa y no había otra que enfrentar ese desafío. Mis hijos tenían 11 y 10 años en ese momento, tuve que seguir con el mismo ritmo de trabajo, sacando tiempo de donde sea para no descuidar a mis hijos”, recuerda Fernando Andrade, padre de dos hijos Fidel y María José, quienes ya son profesionales y empezaron a formar sus propios hogares. Fidel ya es padre de dos niños e hizo a Fernando en abuelo.
Del mismo modo, Giovann Arzabe padre de Fernanda (8) y Sofia (6) asegura que el reto más grande fue cuando enfrentó la muerte de su esposa.
“El proceso de enfermedad que tuvo mi primera esposa fue de aproximadamente tres años, fue una temporada muy complicada porque mis hijas se apoyaban mucho en su mamá y en algún punto tuve que cumplir con ambos roles. Pero también fue un tiempo en el que tuve más complicidad y unión con mis hijas”, cuenta Arzabe, que después de una larga etapa de recuperación volvió a contraer matrimonio.
“Me volví a casar con Natalia Rodríguez, quien ya tenía su hija Rafaela (7) y conformamos una familia. Hoy por hoy ya somos una familia de cinco”, explica contento.
Así como hay papás que asumen ambos roles por la ausencia de su pareja, también hay otros que deciden hacerlo por decisión propia, tal es el caso de Leonardo Terán, padre de Agustina (13).
“Cuando me dieron la noticia de la llegada de mi hija sentí la alegría más grande. Ser padre soltero no es fácil, pero es el mejor regalo que Dios pudo haberme dado”, cuenta.
Los tres papás aseguran que el tener hijos implica un cambió total en la vida, porque ya no se piensa sólo en uno mismo si no en el bienestar de toda la familia.
“El ser padre o madre es el mayor acto de amor que Dios pudo dejar en el ser humano y ese amor se debe disfrutar, cultivar y mantenerlo”, manifiesta Andrade.
A su vez, Arzabe asegura que el rol de padre conlleva una gran responsabilidad. “Tenemos que velar qué hijos vamos dejar en este mundo y no qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos. Tenemos que dejarles muchos valores”.
El disfrutar de cada etapa de los hijos es algo que aconsejan los papás entrevistados.
“No hay libros ni clases para ser padres, sólo debemos usar nuestro amor incondicional y nuestra intuición. Creo que debemos reforzar todo lo que nuestros padres nos dieron y corregir lo que consideramos no fue bueno... Nada mas”, recomienda Terán.
Consideran que el ser papá es una de las mejores experiencias que se puede vivir y de las bendiciones más grandes que se puede tener, por lo que recomiendan cuidar y amar a los hijos incondicionalmente.