Candle, un videojuego artesanal en base a dibujos con acuarelas saldrá a la venta
Madrid |
Tras casi cuatro años de trabajo y miles de dibujos, el videojuego “Candle” saldrá al mercado este verano para sorprender en el mundo digital con su factura artesanal, al ser el único desarrollado íntegramente a partir de dibujos en acuarelas.
Detrás de este videojuego está un joven equipo que en su mayoría no llega a los 30 años, que ha creado una “aventura gráfica dinámica”, ha explicado a Efe el director de arte, José Antonio Gutiérrez, uno de los fundadores de Teku Estudios en Teruel.
Esta aventura comenzó antes de acabar la carrera de Bellas Artes, al conocer a Miguel Vallés, quien estudiaba Ingeniería Informática, y convenir ambos que podían ser un buen tándem para dar vida a Teku, el protagonista del videojuego.
Su propuesta combina los juegos de aventuras con los de enigmas y acertijos. “Hemos cogido lo que más nos gusta de nuestros juegos favoritos” para este trabajo, ha explicado en su estudio José Antonio, que atesora en carpetas los cientos de dibujos que han servido para dar vida a Teku y a otra veintena de personajes.
En el mundo de los videojuegos, que nació digital, estos jóvenes han apostado por darle carácter artesanal, combinando técnicas de animación tradicionales con las nuevas tecnologías.
Cada escenario y cada animación han sido dibujados y pintados en acuarela antes de digitalizarse para unirlos en el ordenador, en un trabajo que ha puesto a prueba la paciencia de los desarrolladores, que en su mayoría se estrenaban como creadores de videojuegos.
El juego está inspirado en el arte africano y precolombino para crear un ambiente tribal en el que el protagonista, Teku, es un ayudante de chamán que en lugar de mano tiene una vela.
Este aprendiz de brujo protagoniza una aventura en la que se verá amenazado por “malos”, que pueden hacerlo morir de muchas maneras y a los que tendrá que esquivar mediante su ingenio, aprovechando las herramientas que encontrará por el camino.
La idea del juego es de Gutiérrez y Vallés, que con ella ganaron un concurso de emprendedores que les sirvió para montar la empresa cuando ni siquiera habían acabado las carreras.
“Pero el dinero sólo sirvió para fundar la empresa y poco más”, han reconocido, así que para empezar a desarrollar el videojuego echaron mano de una campaña de “crowdfunding” con la que recaudaron más de 50.000 euros.