Músicos honran a muertos con cantos y oraciones
Las restricciones por la pandemia de la Covid-19 motivaron a decenas de familiares a celebrar la festividad de Todos Santos de forma distinta con música y canto.
Si bien la tradición de honrar con canciones a sus seres queridos que ya partieron de esta vida no es nueva, este año es más utilizada por las restricciones para armar el mast’aku en los camposantos.
En su afán de evitar aglomeraciones y vigilar que los visitantes cumplan con todas las medidas de bioseguridad la administración del Cementerio General de Quillacollo hizo una alianza con músicos y rezadores para que colaboren en el control de las tareas preventivas mientras trabajan.
“Hay que cuidarse, la salud es siempre primero”, indica Raúl Alfonso Flores, un músico que desde el 2011 interpreta cuecas, morenadas y baladas para consolar a los dolientes que visitan los nichos de sus familiares en el Día de los Difuntos.
Flores recomendó a los visitantes que respeten el distanciamiento social, usen barbijo y se desinfecten las manos cada que terminen de cantar.
Relató que por interpretar con guitarra diferentes melodías no tiene una tarifa establecida y recibe “el cariño” de la gente.
“Estos días han estado flacos, las personas no están viniendo como antes por miedo a contagiarse. No hay afluencia pero lo poco que hay sirve para sobrevivir; más aún si no tienes salario fijo y vives sólo de la música”, afirmó.
Alonso asegura que en el cementerio uno debe cantar y tocar “con cariño y respeto”.
“Los temas alegres lo dedican generalmente a jóvenes; en cambio, cuando dicen cuequitas son para personas mayores”, subrayó.
En otro sector del camposanto, se encuentra don Milton, un experimentado cantante que afina las cuerdas de su guitarra para interpretar uno de los temas más solicitados “A la sombra de mi madre”.
“Yo le pido Dios rezando que mi mamá no se muera que viva dentro de mi casa como estampita si quiera”, es parte de la letra que canta Milton.
Sus 12 años de experiencia cantando en las calles y otros espacios se demuestran en el talento que tiene para conmover hasta las lágrimas a los dolientes que le solicitan el tema.
“Las penas con música duelen menos. Lamentablemente este año muchas personas se nos fueron por la pandemia, pero nos queda la tradición para recordarlos”, aseveró.
El artista sostuvo que prefiere compartir su talento con la población de Quillacollo, porque en Cochabamba se vería limitado porque los músicos que practican la tradición de cantarle a las “almas” tienen un sindicato.
Puntualizó que otra canción que solicitan bastante es “Viejo, mi querido viejo” y agregó que también que reza plegarias para que el alma del difunto descanse en paz.
Cualquier persona interesada en el servicio de los músicos lo único que hace es guiarse por la melodía de la guitarra o zampoñas para encontrarlos en el camposanto.
Otra costumbre que pasó a cobrar más relevancia por la prohibición de que niños ingresen a los cementerios son los rezadores.
Don Eulogio, de 50 años, hábil rezador no vidente, comentó que ante la restricción de ingresar alimentos varios creyentes optan por colocar un responso.
“Un responso son oraciones en el que se pide bienestar, tranquilidad y bendiciones para el hogar de los familiares y se ora para que el difunto esté gozando de la compañía de Dios”, explicó.
Dijo que a veces los visitantes piden que ore para ahuyentar malos presagios.
Si bien en Cochabamba no existe una alianza para que los cantantes cooperen con los trabajadores del cementerio, la tradición de recordar con música a los difuntos está latente.
Se prevé que entre el 1 y 2 de noviembre las solicitudes de músicos aumente, porque este 2020 se controlará de forma rigurosa que los dolientes no ingresen masitas ni contraten mariachis o grupos musicales.
SEPA MÁS
- Cementerios abrirán por ocho horas
En los municipios del eje metropolitano se autorizó el funcionamiento de los camposantos de 8:00 a 16:00 horas el 1y 2 de noviembre.
- Quillacollo permite visita a difuntos con Covid-19
Familiares de 92 víctimas del Covid-19 pueden ingresar a limpiar y poner flores.
- Tiempo limitado
Los dolientes pueden permanecer de 20 minutos a 1 hora.