Mesa: Democracia, el mejor sistema
La presente nota reproduce una entrevista con el periodista, historiador, político y expresidente constitucional de Bolivia, Carlos D. Mesa Gisbert, respecto de sus apreciaciones sobre su reciente incursión en las plataformas virtuales y la democratización consciente y necesaria de la información en la web.
¿Cuál es el objetivo de su incursión en plataformas virtuales?
Adecuarme a la realidad de hoy. He hecho periodismo por un cuarto de siglo en el contexto tecnológico que me tocó. Hoy esas plataformas son el modelo de comunicación interactiva y masiva con que contamos. Fui impulsado por mi hijo Borja Ignacio, en 2009, para crear un blog y, en 2011, para crear una cuenta de Twitter. Fue lo mejor que pude hacer para mantener mi conexión con la comunicación.
¿Cuál es propósito de su incursión en plataformas virtuales?
Creo que para quien ha sido periodista la mayor parte de su vida, comunicar es un propósito en sí mismo, pero más aún si te ha tocado la máxima responsabilidad como ciudadano. Expresar ideas, opiniones, hacer análisis, incorporar mi producción intelectual, etc., creo que contribuyen al pensamiento y al debate en una sociedad democrática, no sólo sobre temas políticos, sino sobre la amplia gama del devenir individual y colectivo.
¿Qué opina sobre la piratería y los derechos de autor con relación a la nueva tendencia del “Sharismo” y la información libre (a propósito de la difusión libre de su trabajo audiovisual en especial)?
La creación de mi Biblioteca Virtual (bibliotecavirtualcarlosdmesa.com) tiene que ver con dos aspectos. El primero, que la mayor parte de mi producción intelectual, escrita y audiovisual esté al alcance de todos aquellos que tengan interés en usarla. Por eso es de acceso gratuito y libre de contraseñas. La segunda, es aceptar que el nuevo soporte virtual sustituye, desde el punto de vista del acceso inmediato, al soporte físico que requiere ir a un lugar (un Archivo, una Biblioteca, una videoteca) y pedir el material físico.
Estamos entrando en un nuevo escenario en el que el control de la piratería es cada vez más difícil, pero a la vez en el que la tendencia es que tanto textos como audiovisuales y soporte virtual en multimedia podrán adquirirse a precios muy bajos. La idea de compartir un mismo material por parte de varias personas es una forma indirecta de piratería, pero es –a la vez– una forma de entender que por un pago mínimo varias personas se benefician de un material determinado. Me da la impresión de que vamos hacía una difusión universal de bienes culturales a precios muy bajos, a la vez que a la aceptación de que países pequeños y con mercados pequeños (Bolivia es un caso) seguirán más cerca de la piratería que de la legalidad, porque no son relevantes en el paquete global.
¿Es complicado esto de mezclar arte, la creación y producción intelectual, el mercado y la venta?
Es muy complicado. En el caso de Bolivia, como he dicho, la principal limitación es el mercado interesado en la cultura y, además, la parte de ese mercado que tiene el poder adquisitivo para acceder a ella. La cultura no subvencionada tiene alcances limitados, los esfuerzos individuales dependen mucho en el caso editorial del acceso a empresas que estén dispuestas a publicar, o exhibir las obras de artes plásticas en galerías, y en el caso de creaciones colectivas, cine, teatro, música, por ejemplo, el retorno de lo invertido, se recupera muy difícilmente. Las plataformas virtuales, de hecho, están cambiando el nivel cuantitativo de la llegada, pero no resuelven el tema de la venta que permita pagar y, como es legítimo, ganar.
¿Qué implica el cuidado en el manejo de la información por redes y plataformas virtuales, a propósito de “colocar lo que uno piensa cuando es figura pública”?
A mayor influencia, mayor responsabilidad. En cualquier actividad en que uno esté, uno debe administrar con seriedad lo que publica en las plataformas virtuales. Ese es, además, el secreto de la credibilidad, sin credibilidad nada de lo que digas tiene ni sentido ni valor.
¿Qué características tiene la identidad que está construyendo Carlos Mesa en las redes? ¿Por qué?
Busco poder posicionarme como una voz reflexiva en la sociedad boliviana, apoyado en mis convicciones democráticas. Libertad plena, libre pensamiento, libre conciencia, libre expresión. Defiendo la institucionalidad democrática y la vigencia de los derechos humanos.
Con respecto a la circulación de información en plataformas virtuales y redes, si el rastreo del origen de determinados mensajes amparados en el anonimato, resulta una forma inaceptable del ejercicio de un poder represor sobre un derecho fundamental de las personas y la sociedad ¿cuál sería el camino y por dónde comenzar? La democracia, el mejor sistema para vivir en comunidad, pero tiene inevitablemente precios que pagar. Las plataformas virtuales abren la posibilidad, y de hecho así ocurre, de que el anonimato sirva para cometer excesos de todo tipo. Los más graves se vinculan a la comisión de delitos (terrorismo, trata de personas, por ejemplo) en cuyo caso, los estados tienen derecho a actuar en consecuencia. Lo que me parece claro es que no se puede considerar un delito sujeto de persecución a cualquier expresión anónima que por dura que sea, no sea otra cosa que una opinión o un meme, o un agravio a una autoridad, porque entonces entramos en un escenario de caza de brujas inadmisible en democracia.
¿Cuál es su opinión sobre las repercusiones en la red respecto de la entrevista con Chile sobre la causa marítima, en especial los memes?
Es parte del juego, nada que se pueda considerar grave. La mayoría me hizo reír mucho. Los memes son una de las formas históricas de opinión, en el pasado eran caricaturas, chistes o ironías que aparecían en las paredes de las ciudades, o papeles que se dejaban pegados en las paredes. El humor es el mejor camino para la crítica.
“Uno debe administrar con seriedad lo que publica en las plataformas virtuales. Ese es, además, el secreto de la credibilidad, sin credibilidad nada de lo que digas tiene ni sentido ni valor”