Adela Zamudio fue castigada por decir lo que hoy afirma Francisco
“Allí está Pedro. El pescador que un día, predicó la pobreza y la humildad, cubierto de lujosa pedrería, ostenta su poder y majestad…”, escribió en 1903 la poetisa cochabambina, Adela Zamudio, en su pieza Quo Vadis en el que criticaba duramente la actitud del sucesor del apóstol que fue la piedra fundamental en la construcción de la Iglesia Católica. Nada menos que 110 años después la máxima autoridad de esta religión, el papa Francisco, aseguró que en el pasado “los jefes de la Iglesia han sido a menudo narcisistas” y agregó que “la Corte es la lepra del papado”.
El primer día de este mes, el Papa dijo que la función de la iglesia consiste “en escuchar las necesidades, las desilusiones, la desesperación (...) abrir al futuro y difundir el amor. Ser pobres entre los pobres”.
Hace más de un siglo atrás, las frases, tan similares a las empleadas en este octubre por el sucesor del apóstol Pedro, le costaron a la poetisa cochabambina la amenaza de una excomunión, vertida por el obispo (coincidente en el nombre del actual papa)Francisco Pierini.
Según concuerdan tres historiadores, un sacerdote experto en derecho canónico y la familia de Adela representada en la Fundación Torrico Zamudio, no existen pruebas de que la sanción llegara a concretarse.
El sacerdote experto en derecho canónico, Miguel Manzaneda, explicó que tras la revisión de una serie de documentos referentes al conflicto existente entre Pierini y Zamudio, se estableció que el obispó “exigió la excomunión, pero no se sabe ante quien la exigió, porque si no hizo un proceso, él tenía que acudir a la santa sede, a Roma, pero parece que no lo hizo, o sea, que yo pienso, mientras no se pruebe lo contrario, que no se llegó a excomulgar a Adela Zamudio”.
Manzaneda también reconoció la coincidencia entre Adela Zamudio y el actual papa Francisco, pues explicó que “Quo Vadis realmente es una crítica fuerte que hace a la Iglesia y en concreto al Papa porque viene a decir que Pedro que fue el apóstol que Jesús nombró como la piedra, era un pescador sencillo que no tenía riqueza, en cambio ahora... dice, dónde está el Papa, cubierto de lujosa pedrería...”, y reconoce que “es cierto que la Iglesia en el afán de resaltar al Papa tenía que ir con joyas, con una cruz de oro y eso es lo que ella critica”.
El sacerdote explicó que “lo que ella decía, lo está diciendo el Papa ahora. Ayer (por el martes) ha hecho unas declaraciones en las que dice lo mismo, que en la curia romana hay gente ambiciosa y los pone como lepra... ”.
Como experto en legislación eclesiástica, Manzaneda concluye que “todo lo que ella dijo, ahora lo está diciendo el Papa, entonces no tiene sentido esta excomunión (...) pero a pesar de eso, ella fue sometida a una situación muy dolorosa, porque la pusieron en una especie de lista negra, la convirtieron en una persona no grata en la ciudad y se formó una liga católica que la atacaba y la hacía sufrir, fue terrible su situación”.
Manzaneda explicó que las excomuniones podían ser revocadas, sólo en caso de que la persona que sufrió este castigo se arrepintiera de sus actos y le pidiera perdón a la Iglesia Católica, pero aclaró que entre los documentos que él conoce dentro del archivo de la Arquidiócesis tampoco encontró alguno que hiciera referencia a una tramitación de ese tipo.
Esta posibilidad se contempló por la afirmación realizada por uno de los principales historiadores de los documentos católicos, como es Raimundo Grigoriu, quien aseguró que Adela Zamudio murió con todos los sacramentos de la Iglesia Católica, situación que no habría ocurrido si se habría concretado la excomunión. “Me consta que murió con todos los sacramentos, porque llamaron a un padre del Hospicio, que era un italiano, que fue quien le dio todos los sacramentos”.
La familia de la poetisa, que creó la Fundación Torrico Zamudio, a través de Valeria Torrico, descartó esta posibilidad, pues aseguraron que a pesar de que ella era católica criticaba a los principales representantes de esta religión, por lo que no habría buscado su aprobación, en caso de hacer sido excomulgada.
Grigoriu coincide con esta posición, pero aclara que la crítica planteada por Adela Zamudio a la Iglesia Católica, sólo duró un tiempo de su vida. “Pienso yo que después del Concilio Vaticano II habría sido una católica ferviente, porque habría sido justamente de la iglesia renovada, porque ella estaba en esa línea”, sostuvo y recordó las críticas que la poetiza hizo a la Liga de Señoras Católicas “que hicieron bailar a un grupo de chiquitas con una canción que era en francés y cuya letra no era apta para niñas, entonces doña Adela salió a reclamar y como esa obra estaba patrocinada por el señor obispo de entonces...”.
El historiador religioso también destacó la figura de Pierini pues dijo que era “un italiano muy valioso que ha producido nada menos que 27 libros. Monseñor Pierini y Adela Zamudio tenían sus choques pero eran de esos que pasan. Él era italiano, pero en realidad era mas boliviano porque desde estudiante estuvo en Tarata. Él murió después de Adela Zamudio más o menos el año 40. Era arzobispo en Sucre y está enterrado en esa catedral”.
El escritor Luis Antezana, quien realizó una de las mas completas investigaciones sobre la vida de la mas famosa poetisa cochabambina para escribir su libro en formato multimedia La Ausencia de Adela Zamudio presentado en 2012, también coincide en que ella no fue excomulgada. “Lo que pasa es que ella se peleó con algún jerarca (de la Iglesia Católica) que no era todavía obispo. Era Pierini, quien sólo la amenazó, pero no tenía jerarquía, entonces no hay nada de eso, nunca fue excomulgada según lo que se conoce”, dijo y agregó que ni en su libro “ni en las otras tres biografías que hay sobre ella no hay nada de eso, no hay ese tipo de reacción de la Iglesia porque no la atacó la Iglesia, en realidad sólo fue una sociedad de mujeres católicas y ellas no tenían ninguna autoridad”, concluyó.
Continúa la búsqueda de la sentencia de excomunión
Esta investigación fue motivada por el conductor del programa Granizo Blanco, Jaime Ponce, quien consideró que por la coincidencia del pensamiento entre Adela Zamudio y el papa Francisco se debía motivar una acción para levantar la excomunión, que muchos aseguraron que se ejerció sobre la escritora.
Sin embargo, tras revisar los libros de historia Datos, Apuntes y Referencias para una historia de la Arquidiocesis de Cochabamba, escrito por Raimundo Grigoriu, además de 200 personajes cochabambinos y Mujeres, Madres y Heroínas, ambos de Ramón Rocha Monrroy y La Ausencia de Adela Zamudio, elaborado por Luis Antezana y Virginia Ayllón, se descubrió que todos coinciden en que la excomunión fue solicitada por monseñor Fray Francisco Pierini, pero no existe ninguna documentación que ratifique que la misma habría sido concedida tras la realización de un juicio eclesial basado en el derecho canónico.
A pesar de estas coincidencias, todavía se investiga, dentro de los archivos de la Arquidiocesis cochabambina de los años que están entre 1903 y 1914, si la sentencia de excomunión existe además de contrastar esta información también con los datos registrados en los archivos de la Santa Sede en el Vaticano.
EL ORIGEN DE LOS CONFLICTOS
Los problemas entre Zamudio y Pierini se desataron por tres causas: la fundación de la primera escuela laica para niñas, las críticas de Zamudio a una obra de teatro de la Liga de Señoras Católicas y una denuncia periodística por el maltrato a una monja que enloqueció dentro de un convento.
“El Gobierno de Ismael Montes le encomendó a ella (Zamudio) un plan de educación laica y ahí fundó y dirigió la Escuela Fiscal de Señoritas y monseñor Pierini quería hacer de contrapeso un establecimiento con la liga de señoras católicas, pero no prosperó”, informó el padre Miguel Manzaneda.
Desde la Fundación Torrico–Zamudio, Valeria Torrico informó que “para reunir fondos para su escuela la liga presenta en el teatro Achá una obra de teatro titulada “La viuda alegre” actuada por niños, a raíz de lo cual Adela escribe una crítica, y bueno ese artículo es el que desata la guerra en los periódicos”, entre ella y el obispo Pierini.
Otra guerra mediática se desató entre ambas personalidades por una denuncia periodística efectuada por Adela Zamudio en El Heraldo de 1914, que complicó más la tensa situación que existía entre ella y la Iglesia Católica. En el artículo informaba sobre el emparedamiento de una monja por sufrir problemas mentales. A continuación parte de su texto.
“Todos sabemos que la mujer honesta y desdichada que le dio el ser, próxima a morir, en hora aciaga, espantada ante el espectro de la miseria que amenazaba a sus tiernas hijas, imploró la caridad de una amiga, la cual, temerosa de los peligros del mundo, indujo a la pobre niña de 17 años a tomar el velo, y que ésta se decidió por no disgustar a la protectora de sus hermanitas. Hoy tiene apenas 31 años; le quedan muchos aún, sin otra esperanza que la calma indolente de la demencia.
En momentos de crisis, figurándose que mascaba sus cadenas, ha mascado furiosa cuanto objeto duro o cortante tenía a su alcance, y hoy, desgranadas las perlas de su boca, ésta no es más que un agujero sangriento. Nada más horripilante que el presente que hizo a una hermana suya que consiguió hace poco despedirse de ella al ausentarse del país. Muchas personas lo han visto. Los dedos estremecidos se niegan a tomarlo. ¿Qué es? Un velo. Un finísimo velo de color sombrío. Arrancando una por una las fibras de su cabellera ha tejido un velo… ¡Cuántas lágrimas de amargura insondable habrán vertido sobre ese trabajo!”, decía la denuncia de Adela Zamudio.
VERSIONES COINCIDENTES SOBRE LA FALTA DE PRUEBAS DE UNA EXCOMUNIÓN
RAIMUNDO GRIGORIU HISTORIADOR
Nunca he sabido ni he visto documento alguno. Sé que ella murió con los sacramentos, perfectamente. De manera que si hubo excomunión, hubo después reconciliación perfecta también. Ella murió en una casa frente a San Francisco, me parece que es en la calle 25 de Mayo, donde vivía don Luis Taborga, cuya esposa era la sobrina de doña Adela. Tengo seguridad de que ella murió allí. Pudiera haber sido que en un momento de euforia que hubieran pedido su excomunión, pero pienso que después eso se arregló.
FUNDACIÓN TORRICO ZAMUDIO
La Fundación Torrico Zamudio, a través de Valeria Torrico, informó que entre los documentos de Adela Zamudio no figura ninguna sentencia eclesial en la que se le notificara sobre una excomunión. También explicó que cuentan con recortes de la prensa de esa época en los que se reflejan las posiciones encontradas de Pierini y Zamudio, además de la amenaza de excomunión, pero no hay ninguna noticia sobre la concresión de esta advertencia. También tienen una invitación que Pierini hizo a Adela antes de los líos.