El Papa reconoce que en el interior del Vaticano existe un lobby gay
Ciudad del Vaticano |
En los casi tres meses que lleva como papa, Francisco ha dedicado numerosos discursos y homilías a condenar la corrupción, incluida la corrupción que reina en el interior de la Iglesia, pero ahora ha dado un paso mucho más allá. El pontífice, por primera vez, ha reconocido abiertamente la existencia de un “lobby gay” en el interior del Vaticano.
Fue el pasado jueves, durante el encuentro que el papa mantuvo con la directiva de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR). En ese encuentro, y según recoge la web chilena Reflexión y Liberación, el papa admitió la existencia de un “lobby gay” en el Vaticano, de una red de corrupción homosexual.
“En la curia hay gente santa, de verdad, hay gente santa. Pero también hay una corriente de corrupción, también la hay, es verdad… Se habla del ‘lobby gay’, y es verdad, está ahí. Hay que ver qué podemos hacer”, habría dicho. Hace ya tiempo que se venía hablando de luchas de poder, malversaciones económicas y relaciones homosexuales dentro de la curia romana.
De hecho, la histórica dimisión de Benedicto XVI como papa ha sido atribuida por varios medios de comunicación al espanto y pesadumbre que para Ratzinger habría supuesto el enterarse fehacientemente de la existencia de ese grupo de poder homosexual y de sus posibles chantajes a importantes miembros de la curia. Pero, hasta ahora, la Santa Sede había siempre rechazado que en el Vaticano hubiera un “lobby gay”.
Federico Lombardi, el portavoz de la Santa Sede, no ha querido hacer comentarios sobre las palabras que la web Reflexión y Liberación atribuye al papa en relación a la existencia de un lobby gay dentro del Vaticano. Sin embargo, varios vaticanistas consultados por elmundo.es consideran que es perfectamente plausible que Francisco las haya pronunciado, visto que el Pontífice es capaz de abordar sin tapujos cualquier tema, por muy espinoso que sea.
“La reforma de la Curia romana es algo que pedimos casi todos los cardenales en las congregaciones previas al Cónclave. Yo también la pedí”, habría confesado Francisco.