La corrupción fomenta los delitos medioambientales en América Latina, denuncia TI
La corrupción es una de las principales causas que alimentan los delitos medioambientales y frenan la lucha contra el cambio climático en América Latina, donde todos los países, salvo tres, obtienen una puntuación inferior a 50 sobre 100 en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) presentado ayer por Transparencia Internacional (TI).
Los países latinoamericanos cuyos sus ciudadanos perciben como más limpios son Uruguay, Chile y Costa Rica, con 76, 63 y 58 puntos, respectivamente, con 100 puntos como la mejor puntuación posible.
Son los únicos tres países de América Latina por encima de los 50 puntos, según el IPC correspondiente a 2024.
Uruguay y Costa Rica consiguen además sumar tres puntos respecto al informe del año anterior, mientras Chile pierde otros tantos
A la cola como los más corruptos se sitúan Venezuela, con 10 puntos —antepenúltima sólo por delante de Sudán del Sur y Somalia— y Nicaragua, con 14 —en el puesto 172 de 180 países—. Ambos países pierden tres puntos.
Por debajo de los 50 puntos se colocan, además, Honduras (22, un punto menos), Paraguay (24, cuatro menos), Guatemala (25, dos más), México (26, cinco menos) Bolivia (28, uno menos), El Salvador (30, uno menos), Perú (31, dos menos), Ecuador (32, dos menos), Panamá (33, dos menos), Brasil (34, dos menos), República Dominicana (36, uno más), Argentina (37, sin cambios), Colombia (39, uno menos) y Cuba (41, uno menos).
El informe constata debilidad institucional
Según el informe de TI, la debilidad de las instituciones y la falta de transparencia permiten que el crimen organizado controle vastas áreas de la región de las Américas —que incluye 32 países—, donde explota recursos naturales sin tener en cuenta las consecuencias para el medioambiente, y lo hace con total libertad de acción e impunidad.
Esto facilita los delitos ambientales, como la tala ilegal en Ecuador, la minería ilegal en Chile y Colombia, y el tráfico de flora y fauna silvestres en Brasil, agrega la ONG con sede en Berlín.