Evo Morales, García Linera y otros nuevos barrios en la periferia de Cobija
Llueve. Doña Daría se apresura a lavar el tanque de plástico y colocarlo bajo la lluvia, junto al canal de desagüe del tejado. No cuenta con agua potable y ésta es la forma más habitual de abastecerse de agua. Su casa rústica de maderas y calamina de hojalata se encuentra a orillas de una calle sin pavimentado ni ripio al que la lluvia comienza a convertir en un río de barro. La zona no tiene alcantarillado. Teléfono, ni pensar. Lo que sí tiene es celular, que carga cada día con la batería de la moto de su hijo. El problema es el combustible, que en Pando es un tesoro debido al contrabando por la frontera con Brasil.
Doña Daría dice que antes vivía en el centro de Cobija en alquiler, pero desde hace dos años tiene un lote en el barrio marginal 6 de Agosto, un caserío que no tiene ni dos años de vida y que forma parte de los más de 20 barrios perirubanos de Cobija que hasta hace 10 años no existían, y que por tanto no figuraban en el anterior censo de 2001.
Así, aparecen los barrios Evo Morales, García Linera, Juan Ramón Quintana, San Juan, La Amistad, 6 de Enero, 6 de Agosto, Perla del Acre, El Cacique, Frontera, Eureka, Antofagasta, Juan Pablo I, Juan Pablo II y otros. Todos ellos tienen en común su reciente irrupción debido al crecimiento demográfico en la periferia de Cobija a no más de 15 minutos del centro en motocicleta.
Y como todo barrio nuevo, también presentan sus problemas recurrentes: falta de agua potable, alcantarillado, energía eléctrica y vías de transporte, sin contar con la inseguridad ciudadana y que muchos de los barrios se han constituido sobre la base de propiedades privadas con sus consecuentes problemas legales, tal el caso de Perla del Acre, cuyos vecinos sostienen una dura querella legal con una presunta propietaria de 39 hectáreas del lugar.
En estas circunstancias, después del agua potable, el sueño de los vecinos es comprarse un motorcito de energía eléctrica y una motocicleta.