La querella por la sigla
Desde el congreso de Lauca Ñ —punto de inflexión organizado a medida para que Evo Morales se constituya en el único dueño del Movimiento al Socialismo (MAS), y con eso, en su único candidato presidencial— la división y pelea, al interior de las filas del partido de gobierno no ha tenido tregua. Como anticipamos, se tornará más visceral. La lucha, ahora, por el control de la sigla es encarnizada.
En un primer momento, luego del congreso de Lauca Ñ, reducto inexpugnable del excaudillo, todo parecía indicar que la sigla jamás podría serle arrebatado. Tal como habían concebido políticamente, ese congreso ratifico “su propiedad”. Nadie podría arrebatarle. Además, se “proclama” como único candidato.
Antes de continuar analizando los episodios que siguen, es importante detenernos un poco para conocer, en su verdadera magnitud, lo que significa el control de la sigla y todas sus implicaciones.
De acuerdo con la Ley de Organizaciones Políticas, Nº 1096, que regula la constitución, funcionamiento y democracia interna de las organizaciones políticas, solo las dirigencias de los partidos y/o agrupaciones oficialmente reconocidas, pueden inscribir a los candidatos a presidente, vicepresidente, diputados, senadores, alcaldes y otros cargos electivos. Ahí radica, precisamente, el conflicto de intereses en esta intestina disputa de cara a las elecciones de 2025. En un sentido amplio, la “propiedad” de la sigla determina el control del partido.
Ahora bien, más allá de la disputa por el control de los movimientos sociales que debe ser analizada en capítulo aparte, la querella por la sigla tiene después un hito muy importante: la resolución de Sala Plena del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que anula el congreso y la elección de Morales como presidente del MAS. Con esta resolución, eventualmente, se le arrebata a Morales la sigla y la “propiedad del partido”. Se anula todo el “plan de Lauca Ñ”. Es como volver a fojas cero. Pues ahora, de acuerdo también con la misma decisión, deben convocar a un nuevo congreso en los próximos 180 días.
En este nuevo escenario, la batalla por la sigla discurrirá en dos ámbitos: el jurídico y el político. Morales anunció dura pelea en estas dos dimensiones En el plano jurídico, recusaron la resolución del TSE. Tienen, empero, pocas posibilidades de revertir la decisión. Todo indica que, en la composición de los siete vocales del TSE, el ala “arcista” cuenta con mayoría absoluta.
Con las actuales decisiones del TSE, Morales está probando amargamente de “su propia medicina”. Todas las tropelías que cometió a través del Órgano Electoral en las elecciones de 2014 y 2019 las sufre ahora en piel propia. Y, como carece de moral, orondo, acusa al TSE de estar “sometido” al Poder Ejecutivo.
Conscientes de las escasas posibilidades jurídico-legales, la opción política que manejan está en las calles. Los bloqueos y las calles, en tanto estrategia política, casi siempre le han generado réditos a Morales. Ese es, dicen, su fuerte y su campo de lucha. Incluso puede dar “cursos y seminarios” de cómo organizarse y bloquear sin “pititas”. Sin embargo, los tiempos han cambiado radicalmente. Ya no cuenta con los “movimientos sociales” para movilizarlos a su antojo, incluso como carne de cañón. Tendrá que movilizar grupos con recursos propios. En otras palabras, en el devenir político, en las calles también, el excaudillo perdió fuerzas sustancialmente.
Aunque la realización de vigilias y “tomas” de los Tribunales Electorales es el inicio de la lucha en las calles, en la estrategia, luego, están previstas medidas extremas como el bloqueo general e indefinido.
Cuando la política es incapaz de fluir por los mecanismos formales, se traslada a las calles. Y, en las calles, el principal recurso de fuerza es la violencia. En las calles buscarían, entonces, la violencia de Sacaba y Senkata, para usar a sus víctimas de “bandera política”. Ese es el estilo de Morales. En esta disputa, en consecuencia, las calles podrían tomar un protagonismo de primer orden.
Como se observa, la querella, no se dilucidará en ningún tribunal. El desenlace será esencialmente político, como resultado de los “recursos de fuerza”. El bloque “radical”, gracias a la traición de la oposición tradicional, tiene la directiva del Senado. Desde ahí también podrían, bloqueando todo lo que el Ejecutivo envía al Legislativo, dejar ingobernable al país, procurando un acortamiento de mandato. Lo que tanto desean.
Columnas de ROLANDO TELLERÍA A.