“Pequeña gran vida”: La felicidad, ¿cuestión de tamaño?
A lo largo del tiempo, el cine jugó con las diferencias de tamaños y escalas para transformar lo cotidiano en pesadillesco. Basta recordar “Los viajes de Gulliver” (1960), “Viaje fantástico” (1966) y “Querida, encogí a los niños” (1989). La nueva película de Alexander Payne utiliza estos recursos visuales con moderación y va más allá al plasmar una sátira social sobre la posibilidad de una “vida mejor” en Leisureland, una suerte de paraíso que termina siendo más inquietante que el mundo que conocemos.
En “Pequeña gran vida”, la tecnología da la posibilidad de reducir el tamaño de las personas a partir del invento de un científico noruego que sirve para paliar la crisis de superpoblación y la falta de recursos que afectan al planeta.
El terapeuta Paul Safranek (Matt Damon) y su esposa Audrey (Kristen Wiig) sueñan con una vida de lujos y alejada de las presiones de los bancos y de la complicada situación financiera que atraviesan. Cuando deciden aceptar el polémico procedimiento de miniaturización (que es irreversible), se encontrarán con sorpresas y problemas que surgirán en el camino.
La película propone una mirada humanizadora sobre los problemas que afronta el hombre en la actualidad y la difícil toma de decisiones. En ese sentido, el filme tiene dos partes bien diferenciadas: una en la que prima la ciencia-ficción y en la que se ve el proceso al que se somete sólo un 3 por ciento de la población, que los transforma en personas de 13 centímetros de altura. Y un segundo tramo, que ofrece un análisis profundo, crítico y emocionante que empuja a Paul hacia caminos insospechados.
“PEQUEÑA GRAN VIDA”
Género: Comedia dramática
País: Estados Unidos, 2017
Duración: 90 minutos
Director: Alexander Payne
Reparto: Matt Damon, Christoph Waltz, Hong Chau. Salas: Hoyts Abasto, Showcase Belgrano.