El gato mochilero se despide de la Llajta con la proyección de “Un gato callejero llamado Bob”
Una amistad incondicional, sincera, única y, sobre todo, aventurera une a estos dos seres. Se nota desde el primer momento.
Jhon Galviz (36), el mochilero colombiano y su gato, Bella Criatura (9 meses), recorren Sudamérica y no hay un día en que se separen. De hecho, son tan afectuosos que “ninguno de los dos se imagina estar sin el otro”.
Hoy es su último día en la Llajta (su estadía aquí fue de aproximadamente dos semanas) y, antes de partir, decidieron despedirse de una forma muy especial. Este dúo de amigos estará en Novecento (calle Chuquisaca No. 608) para compartir la proyección de “Un gato callejero llamado Bob”, una película que guarda mucha similitud con la historia de Jhon y Bella.
La cita es a las 18:00. La proyección, además de las caricias y fotos con Bella, es gratuita, pero se solicita el consumo mínimo de un café o un jugo. Los aportes para que Bella y Jhon continúen con su viaje son voluntarios.
“El calor humano con el que nos han recibido es inigualable, nosotros nos vamos, pero nuestro corazón queda aquí en Cochabamba. De verdad estamos muy agradecidos con todas las atenciones y el cariño”, expresó Jhon haciendo énfasis en la colaboración de “dos ángeles cochabambinos”, Ayrton Vargas y Maya, de la plaza de comidas Lincoln, que lo ayudaron en todo momento.
“Para mi son ángeles, Ayrton es como mi hermano. Estoy muy agradecido”, dijo.
“Bella no es un gato como cualquiera”
Esta historia comienza hace aproximadamente un año. Jhon inició su viaje el mes de agosto en Bogotá, Colombia. Luego de 12 días de viaje, a pie, llegó a Barranquilla y estando allí pensó en quedarse, consiguió trabajo, pero después de algunos meses le dieron las ganas de continuar su aventura.
“Yo soy mochilero. Pensé, si ya llegué hasta acá puedo llegar mucho más lejos”.
Inmediatamente averiguó que tan sólo portando su carnet de identidad podía visitar los países miembros de la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
Antes de continuar con su aventura y mientras comía en un restaurante, Jhon, conoció a Bella.
“Le pregunté a la dueña del restaurante por los gatos y me dijo ‘si quiere lléveselos todos’, yo no podía llevarme a todos y la doña me dijo que me escoja el que quiera. Puse mi mano debajo de la mesa y todos se echaron a correr, pero Bella se quedó en un rinconcito, lo alcé y supe que era el menor porque tenía el hocico maltratado, sus hermanos lo lastimaron.
Enseguida lo monté en mi mochila”, cuenta Jhon.
Y así, desde el 3 de enero de este año, Bella y Galviz no dejan de caminar con el objetivo de conocer Sudamérica.
“Yo le dije, vamos nosotros dos a caminar, vamos a ‘mochilear’ Sudamérica”.
Jhon y Bella ya conocieron parte de Colombia, Ecuador, Perú y ahora pasean por Bolivia. Hoy parten hacia Santa Cruz.
Una historia que contar
Jhon afirma con cariño que los gatos son “seres muy especiales, una gran compañía” que pueden sacar a cualquier persona de “un cuadro depresivo impresionante”.
“Yo sufrí de depresión. Tuve una relación, la cual después de nueve años rompimos y pues yo caí en ese cuadro depresivo. Ya no quería nada de mi vida hasta que lo conocí a él y me curó totalmente. Ahora yo vivo feliz, no necesito tener a nadie más si lo tengo a él”, cuenta emocionado Jhon.
“Y sé también que ellos, al igual que nosotros, están de paso en este mundo. Pero mientras podamos vivir, viviremos contentos los dos y el día que se vaya, pues me va a doler mucho, pero sé que desde el más allá él me va a estar esperando para seguir ‘mochileando”, añadió.
¿Por qué el nombre?
Cuando Jhon adoptó al gato, cuando apenas era un bebé, le puso el nombre de Bella pensando que era hembra. Luego de un tiempo se dio cuenta que era macho. Decidió no cambiarle el nombre, pero le añadió un apellido: Bella Criatura.
“Un gato callejero llamado Bob”
Un gato anaranjado perdido cambia la vida de James Bowen, un músico sin techo de Londres que se está recuperando de su adicción a las drogas.
