Polémiks: exponiendo semillas de obras en incubación
Jorge Luna Ortuño. Curador e Investigador
Convertir una sala de exposición en el aliado de un depósito que muestra los proyectos artísticos fallidos que reposan encajonados en su interior. Esto lo que se ha propuesto la curaduría de Pierre Valls en la muestra colectiva Polémiks, todavía vigente en Nube Gallery, ubicada dentro del casco viejo en Santa Cruz de la Sierra. “Las obras presentadas en Polemiks debían, desde sus inicios, ser proyectos que nunca fueron realizados, propuestas encajonadas y arrinconadas en el olvido, o bien que quedaron truncadas por la censura” (Del texto curatorial de Valls).
La exposición no muestra obras de arte, sino que es mucho más una sala de lectura de proyectos de intervención artística: desde bocetos y planos, pasando por abundante material fotográfico, hasta fotocopias de recortes de periódicos, dibujos y textos con sugerentes títulos. Son proyectos de artistas de distintas partes del mundo, la boliviana Alejandra Delgado entre ellos. Los proyectos no están del todo a la vista, sino que se encuentran dentro de cajas negras tapadas sobre una mesa circular. Son quince proyectos en doce cajas. La idea es que cada espectador puede ir abriéndolas una a una en su recorrido bordeando la mesa. Las paredes de la sala han sido relegadas para mostrar una muestra de cada uno de los proyectos.
Por supuesto, dada la abundante cantidad de material en cada caja, la exposición presupone que los visitantes disponen de una buena cantidad de tiempo para quedarse ahí a leer. En mi caso revisé a grandes rasgos cada uno de los proyectos, tomando 3 a 7 minutos para cada caja. La experiencia es lo más cercano a visitar un archivo de ideas, pero hay algo que perturba la experiencia en sala: la música de una obra de videoarte. Este fuerte sonido repetitivo proviene de un video en loop que se proyecta en un ambiente oscuro sólo para mayores de 18 años; la letra versa, en ritmo reguetón, sobre el miembro erecto del hombre. Pierre me comenta que efectivamente concibió dos polos de observación: el video y la lectura de los proyectos.
Cada caja contiene un texto central del proyecto que viene acompañado de diferentes anexos. Algunos de los temas que tratan los proyectos son “Covid-19 en la vida de las mujeres”; “Fronteras y conceptos fronterizos”; “Los murales de la Estación Callao: una experiencia de arte público en los 80”; “Vigilando la frontera”; “Postcriptum. Una línea de polvo”; “La realidad de la siembra de nubes con yoduro de plata”, entre otros.
Si bien se ha dicho que el nexo entre todos estos proyectos es el haber quedado truncados, la exposición Polémiks no los presenta como curiosidades de un gabinete de utopías fallidas meramente. El curador señala: “Los proyectos que mostramos se van a realizar, tal vez no todos, dependiendo de la complejidad de cada uno, pero estamos gestionándolo”. Consultado sobre cuáles son los apoyos institucionales que recibe, indicó: “Este proyecto en su producción gozó del apoyo de Kiosko Galery en una parte de su financiación”.
La intención del curador es que las cajas de la exposición no sean estáticas, sino que irán creciendo a medida que los proyectos vayan avanzando; se irán cargando más materiales. Polémiks es por ello una exposición móvil e itinerante, que tiene como meta este año exhibirse en Colombia y después en México. Una exposición viva, en definitiva, cuya singularidad recae en el hecho de que está exhibiendo un trabajo en curso. Fantástico modelo para investigadores en arte, dicho sea de paso. Con ese nuevo dato, la mesa circular donde se apoyan las cajas debe concebirse como una rueda de gérmenes, un semillero de posibilidades. Las cajas incuban potencialidades, no se trata de algo que podemos ver, sino de lo que podría ser: el reino mismo de la ficción. Una exposición donde se han acomodado virtualidades, todavía no efectuadas, que apuntan a actualizarse. De visita obligatoria para estudiantes de universidades y escolares de promoción.