Vidas (muy) oscuras, desde Maradona y el Chavo hasta Sinatra
Quizás el pan y circo que rige en el planeta tenga una de sus mejores evidencias cuando se conoce más a los ídolos de las multitudes. ¿Cuán manchados quedan los laureles cuando, por ejemplo, pedofilia o narcotráfico muestran la otra vida de quienes son admirados por cientos de millones de niños? ¿Sirve eso de que “no me interesa lo que haya hecho con su vida privada”? Lo cierto es que, a contracorriente, investigaciones y denuncias les cambiaron de equipo a personajes tan populares como, por ejemplo, Maradona o el Chavo del 8.
La lista no es corta y va más allá de los espectáculos de masas. Junto a los nombrados es posible citar a personalidades tan renombradas como Frank Sinatra y Albert Einstein. Eso como parte de una lista que ciertos iconoclastas engrosan frecuentemente con los pecados y hasta delitos que no cualquiera deja pasar.
La reciente partida de Diego Armando Maradona sumó un relegado espacio para las sombras que hicieron más polémica a su vida harto conocida también por sus excesos. Para muchos, sus adicciones y sus problemas de pareja pasaron al capítulo de la comprensión de las debilidades humanas y el libre albedrío personal. Pero fueron menos quienes callaron otro tipo de debilidades de quien recibió apelativos hasta divinales por decenas de miles de fanáticos.
Amigos mafiosos del 10
¿Se le podía también perdonar a Maradona sus relaciones con la mafia italiana, el narcotráfico colombiano y su dócil sumisión a una dictadura militar? Más aún, ¿su magia futbolera le daba el derecho de practicar la pedofilia? Para investigadores como Juan José Sebreli, no, ni mucho menos. En plenos días del luto maradoniano, el texto escrito por Sebreli en 2008 salió al paso a manera de singular epitafio.
“Hay un aspecto siniestro de su trayectoria en Nápoles, su relación con la Camorra —había escrito Sebrelli en su texto “Ensayo contra los mitos”—. Estaba destinado a vincular su carrera a los ámbitos más tenebrosos de la sociedad en la que actuaba. Si en Buenos Aires toleró que la dictadura militar (Rafael Videla, 1978) se sirviera de él, y ése fue su primer escalón hacia la fama, en Nápoles se vinculó a la mafia napolitana, la Camorra, que dominaba el mundo de la droga, el contrabando, la prostitución, el juego, los lugares de diversión nocturna y también el fútbol y el ‘totonero’, mercado negro de las apuestas sobre los resultados de los partidos. Sin el apoyo de la Camorra no le hubiera sido tan fácil convertirse en el rey de Nápoles”.
En su texto, Sebreli relata desde los hallazgos de fotografías del “10” o “d10s”, como lo nombraron decenas de periodistas, con los mafiosos, hasta las confesiones de matones arrepentidos sobre los pagos mafiosos al crack. También cita que uno de los hermanos Giuliano confesó que “su familia facilitaba cocaína a Maradona ‘siempre de primerísima calidad’ para evitar que recurriera a adulteraciones que perjudicaran su físico”.
“Su relación con las mafias internacionales del narcotráfico no cesó —cita en otra parte Sebreli—. En 2004, en Bogotá, fue allanada la casa de Diego Montoya, jefe del cártel del Norte del Valle. Como consecuencia de investigaciones de la DEA y el FBI, se encontró una foto del año anterior en la que aparecía Maradona junto a él y otros familiares”.
Más manchas muy oscuras. En 2019 salieron a la luz imágenes en las que se ve a Diego acompañado de mujeres en una de sus visitas a Cuba. Los físicos de las acompañantes hacen presumir, con escasos márgenes de dudas, que se trata de menores de edad. A ello se añade que sobre Cuba pesan insistentes versiones de prensa que la señalan como uno de los principales destinos para el turismo sexual infantil. Pero además suma el caso de Santiago Lara, uno de los supuestos hijos extramaritales de Maradona. El proceso se basó en que tuvo intimidad con la madre, Natalia Garat, quien era menor de edad en el momento de su concepción.
El Chavo en Medellín
En una de las entregas de la “La noche del 10”, serie televisiva, del año 2005, donde Maradona relató su vida, el futbolista entrevistó a otro ídolo: Roberto Gómez Bolaños. Ambos intercambiaron sucesivas frases de mutua admiración.
Probablemente, pocas personas habrían imaginado que también el creador de personajes como El Chavo del 8 y el Chapulín Colorado había tenido alguna vez vínculos con narcotraficantes. La gran duda la abrió, en agosto de 2020, Carlos Villagrán, uno de los personajes centrales del célebre elenco mexicano.
Villagrán reveló que Gómez Bolaños aceptó realizar shows para el narcotraficante colombiano Pablo Escobar. Incluso reconoció haber participado en una presentación para la primera comunión de la hija del narco colombiano. Sin embargo, aclaró que en aquella oportunidad nadie en el elenco sabía de quién se trataba. El protagonista de Quico añadió que luego la oferta del mafioso llegó formalmente y que Roberto aceptó.
“Yo no fui y tengo ese orgullo, el de haber dicho que no iba —declaró Villagrán a la colombiana América de Televisión—. Pero Roberto sí fue. No sé qué otros compañeros de la tira habrán aceptado trabajar para esta gente. Llegaron a ofrecerme hasta un millón de dólares y eso me causó escalofríos, pero dije que tenía otros compromisos profesionales y me dejaron en paz”. Gómez Bolaños falleció en 2014 y durante décadas mantuvo una ácida enemistad con Villagrán, tras romper su relación en 1980.
“My way”
Frecuentemente, dos canciones enmarcan el perdón social a los delitos, errores y pecados de los ídolos: “May Way” (A mi manera) y “That’s Life” (Así es la vida). Así como a Maradona se le apodó “El 10”, al intérprete de esas canciones incombustibles se le ha llamado “La Voz”. Francis Albert Sinatra, más conocido como Frank Sinatra, ha despertado la admiración de varias generaciones. Curiosamente, junto a su singular brillo, tuvo una mayor y más constante relación con el mundo del hampa que probablemente el resto de este “Club de los Execrables”, como los ha definido un libro también iconoclasta, escrito por los españoles Malcolm Otero y Santi Gimenez.
Ya el destino fue demasiado directo con Sinatra. Su madre, Natalina “Dolly” Garaventa, regentaba una taberna “speakeasy” y una rumoreada clínica de aborto ilegal, en plena época de la Ley Seca. De ahí que sus relaciones con mafiosos fueron prácticamente naturales. Los Giancana, los Luciano o los Moretti le hicieron diversos favores que potenciaron el éxito de su privilegiada voz. Aunque también se ha revelado que Sinatra correspondió generosamente a esos favores.
Su singular vida inspiró a uno de los personajes de “El Padrino”: el cantante Johnny Fontane. Se cuenta que la prensa nunca informó de sus presuntos malos tratos a sus múltiples mujeres. Así, Nancy Barbato, Ava Gardner, Mia Farrow o Barbara Marx padecían golpes derivados de su alcoholismo. Algo que no se conoció hasta los años 70 debido a su amplio poder en el hampa neoyorquino y a que pistolas como las de Lucky Luciano tenían amenazado a cualquier periodista con ganas de hablar.
Una larga lista
Otra de las famosas amistades de “La Voz” era John Fitzgerald Kennedy y se asegura que sin Sinatra éste no hubiera logrado ser presidente. Por ejemplo, los 120 mil votos que permitieron su estrecha victoria sobre Richard Nixon, en 1960, pertenecían al sindicato de mineros del carbón de Virginia Occidental, controlado por Sam Giacana, amigo mafioso. También múltiples fuentes han señalado que Sinatra era una especie de responsable de conseguir compañías femeninas para aquel presidente, asesinado en noviembre de 1963.
La lista, mejor dicho, las listas de las vidas oscuras de las celebridades suman, con características también de drogas, pedofilia y violencia contra la mujer al llamado “Rey del Rock”, Elvis Presley. Y las acusaciones de pedofilia resultaron aún más abundantes contra el “Rey de Pop”, Michael Jackson.
Más allá de las canchas y los escenarios, la violencia contra la mujer ha sido revelada como el delito que se le encubrió nada menos que a Albert Einstein. Las listas trasuntadas en libros y amplios reportajes suman a escritores y hasta alguna célebre beata católica así como a pastores protestantes. Y, claro, a incontables políticos.
Pero el mundo pareciera tener una extraña “consciencia” selectiva para preservar sus altares en medio de marcadas contradicciones. Baste señalar que Maradona llegó a encabezar una campaña contra la droga y fue nombrado embajador de buena voluntad de la Unicef mientras sostenía, con todo desparpajo, que su hijo natural italiano había sido “una equivocación” y se negaba a reconocerlo. Recibió además de The Imago Bank una oferta para la creación del personaje Dieguito “ideal para la promoción en los niños de la vida sana y el cuidado del cuerpo”.