Un equipo de biólogos investiga si una biotoxina generada por las altas temperaturas en la región amazónica de Brasil provocó en las últimas semanas la muerte de hasta 120 delfines de dos especies en peligro de extinción, el peor suceso de este tipo que se recuerda en al menos tres décadas.
Después del hallazgo de ocho armadillos muertos, conocidos también como “tatús”, en un puesto de pescados del mercado del Arco, varios biólogos piden a las autoridades reforzar los controles de comercialización de animales silvestres.