EEUU y los talibanes, inmersos en una batalla que no tiene final
Después de que el presidente estadounidense Donald Trump cancelara una reunión secreta con representantes de los talibanes en Camp David, éste prometió golpear duramente a la guerrilla afgana; en tanto, los talibanes prometieron hacer sufrir a EEUU con un sinfín de ataques contra intereses norteamericanos en el mundo.
El pasado miércoles, cuando EEUU rememoró los 18 años de los atentados terroristas del 11 de septiembre, el presidente Trump prometió asestar golpes “más duros” a los talibanes.
El mandatario no dio detalles sobre la ofensiva, pero precisó que fue decretada luego de que canceló conversaciones de paz secretas con los talibanes que debían tener lugar el fin de semana pasado en Camp David, a causa de un ataque con bomba que mató a un soldado estadounidense la semana pasada en Afganistán.
Las beligerantes declaraciones tienen lugar en momentos en que Al Qaeda, que llevó a cabo los ataques, difundió un video llamando a atentados contra intereses de EEUU, Europa, Rusia e Israel.
“América va a sufrir más que nadie”, manifestó Zabihullah Mujahid, portavoz de esa milicia, que constituye el principal grupo insurgente de Afganistán, según el Site Intelligence Group, que monitorea sus mensajes.
El portavoz reiteraba el compromiso de los rebeldes de “continuar la yihad (guerra santa) hasta que termine la ocupación”.
Dejando de lado las amenazas de ambos bandos, un posible acuerdo de paz traería consecuencias funestas para la política interna de Trump.
El analista político César Choque manifestó que el presidente Trump tuvo que dar un paso atrás porque necesita de los votos del sector más duro del electorado estadounidense para su reelección del próximo año.
“Los miembros del ‘tea party’ jamás le perdonarían a Trump pactar con los directos intelectuales de los ataques del 11 de septiembre de 2001”.
Para el analista, cualquier acuerdo de paz con los terroristas del talibán sería un golpe bajo para el patriotismo de los estadounidenses, ya sean demócratas o republicanos.
Guerra civil
Con el acuerdo entre EEUU y los talibanes crece el temor en Afganistán de que un pacto apresurado de Washington y los insurgentes pueda empujar al país a una guerra civil, si no se garantiza una retirada escalonada de las tropas o la reconciliación nacional.
Analistas políticos ven similitudes en este proceso con lo que sucedió en la década de 1990, cuando, tras la rápida retirada de las tropas soviéticas del país, comenzó una guerra civil que dejó a su paso ciudades arrasadas y miles de muertos, contienda que concluyó con la invasión estadounidense en 2001.
“Será un acuerdo inestable y deficiente. No creo que con él finalice la guerra, sino que dará comienzo otra”, afirmó a Efe el general Atiqullah Amarkhil, analista político afgano.
En su opinión, será importante ver “si después del acuerdo de paz los talibanes estarán listos para aceptar la democracia, la libertad (…) o simplemente esperarán a que los estadounidenses se vayan para tomar el país por la fuerza”.
“Si es así, nos enfrentaríamos a la situación de guerra civil a la que nos enfrentamos en los años 90 tras la retirada soviética, cuando las grandes ciudades acabaron convertidas en cenizas”, remarcó Amarkhil, que era comandante de las Fuerzas Aéreas afganas antes de que empezara el conflicto en 1992.
Al analista le preocupa que el Gobierno afgano y la comunidad internacional no hayan participado en las negociaciones, lo que, a su juicio, disminuye la credibilidad de un posible acuerdo.
Datos: Agencias e Internet
MILLONARIO GASTO MILITAR
Según el Departamento de Defensa de EEUU, el gasto militar total desde que comenzó la guerra en octubre de 2001 en Afganistán hasta marzo de 2019 fue de 760 mil millones de dólares.
Entre 2010 y 2012, Washington tenía a 100 mil soldados en ese país. En ese período el costo de la guerra creció al menos 100 mil millones de dólares por año, según cifras de EEUU.
Luego, el Ejército estadounidense cambió su enfoque sobre las operaciones ofensivas y se concentró más en entrenar a las fuerzas afganas.
ALTO COSTO HUMANO
Desde que comenzó la guerra contra los talibanes en 2001, las fuerzas estadounidenses han sufrido 2.300 muertes en sus filas y alrededor de 20.500 soldados fueron heridos.
Según las cifras oficiales, 14 mil militares de EEUU estaban en Afganistán en junio de 2018. A eso se suman los casi 11 mil civiles estadounidenses trabajando como contratistas.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, dijo este año que más de 45.000 miembros de las fuerzas de seguridad de su país habían sido asesinados desde que se llegó al poder en 2014.
ANÁLISIS
Baber Khan Sahel. Corresponsal de Efe en Kabul
Los talibanes no reducirán la violencia
La abrupta decisión del presidente Donald Trump de poner fin a las negociaciones de paz con los talibanes es vista en Afganistán como una táctica que no conseguirá reducir la violencia.
La decisión de Trump no es una estrategia a largo plazo; se trata de una táctica para presionar a los talibanes para que acepten las peticiones de EEUU y el Gobierno afgano.
El grupo controla más territorio que en cualquier otro momento desde la invasión de EEUU en 2001, y está dispuesto a continuar su “yihad sagrada” hasta el final. Lo cierto es que los talibanes se han negado en todo momento a anunciar un alto el fuego antes de la firma del acuerdo, una petición recurrente de los Gobiernos afgano y estadounidense.