Día de la FFAA, una celebración de gratitud
Hoy se celebra el Día de las Fuerzas Armadas (FFAA) y, a diferencia de otros años en los que la principal actividad conmemorativa era una parada militar, los homenajes a la “institución tutelar de la patria” serán reducidos al mínimo permitido por las precauciones sanitarias que impone la pandemia del coronavirus.
No habrá el espectacular acto cívico del que usualmente participan tropas y oficiales de las tres armas que componen las FFAA, eso, debido a los riesgos mencionados y también porque sus efectivos están, desde hace cinco meses, desplegados en tareas que tiene que ver con la lucha contra la Covid-19.
Esa labor que despierta sin duda una gratitud silenciosa de la ciudadanía reemplazará los aplausos a la gallardía de los militares en sus paradas de otros años. Y existe también un agradecimiento, que pervive desde hace 10 meses, porque las FFAA contribuyeron con su presencia en las calles al fin de los temores e incertidumbres de la convulsión poselectoral de octubre y noviembre del año pasado.
Sin embargo, existe desde hace lustros la necesidad de definir con claridad el papel que deben cumplir las FFAA bolivianas en un sistema democrático que se declara pacifista. Adicionalmente, en una realidad en la que así se realizaran sistemáticos esfuerzos educativos y económicos, difícilmente podrían parangonarse a las de los países que nos rodean (salvo, probablemente, uno).
Hasta ahora se ha impuesto la retórica que varía según la ideología de quienes ocupan transitoriamente el Órgano Ejecutivo, hecho que da cuenta de que estamos ante una de las deudas de la democracia, pues, desde su recuperación, en 1982, el país no ha sido capaz de diseñar una política de Estado sobre el papel del estamento militar y éste desarrolla sus actividades bajo una lógica inercial.
En el transcurso de los casi 14 años del gobierno de Evo Morales, estuvo vigente la idea de unas FFAA que deben alinearse detrás de programas revolucionarios, antiimperialistas y socialistas. Ese gobierno intentó otorgarles un rol de productivo creando empresas militares que terminaron en el fracaso.
Ahora, la ausencia de propuesta y posiciones de los candidatos que participarán de las próximas elecciones y las urgencias resultantes de la pandemia –especialmente en el plano económico– que demandarán la atención del nuevo gobierno permiten prever que esa carencia de una política de Estado para las FFAA se mantendrá en el futuro. Sin embargo, es necesario reflexionar acerca de la definición de un rol nacional que trascienda los límites del que tiene actualmente la institución militar.