La esclavitud moderna
Más de 12 millones de personas, cada año y en todo el mundo, son en la actualidad víctimas de la denominada esclavitud moderna o trata de personas, según las estimaciones que realizan los organismos internacionales que luchan contra este flagelo. La meta de quienes están en esta cruzada es erradicar este crimen que acaba con la inocencia y la libertad de miles de personas cada año.
Este tipo de delitos es cada vez más complejo y dinámico por los conflictos, la pobreza, el narcotráfico y el acceso a nuevas tecnologías. En muchos lugares aún se ve con normalidad “la venta de niños” y hasta se reconoce a la “mujer que vende a las niñas”. Sí, como si fueran mercancías, porque en los lugares donde se imponen las desigualdades, la pobreza y la falta de oportunidades se acepta y tolera que los niños se vendan.
Si bien hay muchas definiciones sobre la trata de personas, en síntesis es todo el proceso que conlleva la captación, el transporte y el traslado hasta la acogida o recepción de las personas a cambio de algún beneficio con diferentes fines como la explotación sexual y laboral.
Recientemente, se publicaron o difundieron, en periódicos y emisoras de televisión nacionales noticias tituladas: “Rescatan a una adolescente boliviana que era explotada laboralmente en un mercado en Chile” o “Rescatan a 24 bolivianos que eran explotados en talleres clandestinos en Argentina”, “Convivía con su padrastro: encuentran a menor desaparecida hace nueve meses”, y “Gemelas fueron vendidas por su madre en Santa Cruz”.
Si bien muchos de estos casos logran ser de conocimiento público se desconoce qué pasa después con las víctimas y sus responsables: ¿Qué sanciones reciben? ¿Cuántos casos de trata concluyen con condenas a quienes perpetran ese delito?
En 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) decretó el 30 de julio como el Día Mundial Contra la Trata de Personas, con el propósito de sensibilizar a la población sobre la problemática que ha acarreado la expansión de este delitoen todo el planeta.
Uno de los organismos que se ocupa de esta problemática, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), alerta que los niños son las principales víctimas de la violencia durante la trata.
Puntualiza que una de cada tres víctimas de este flagelo es niño o niña. Además, remarca que el acceso a las nuevas tecnologías incrementa el riesgo y expone más a los menores de edad a la redes de trata y tráfico de personas.
Las personas que luchan contra esta lacra no dudan en alertar que este delito es uno de los más graves de violación de los derechos humanos, al punto de que es un símbolo de la esclavitud del siglo XXI.
Aunque las sociedades están cada vez más comprometidas con la justicia y los valores hacen falta más esfuerzos conjuntos para mejorar la respuesta internacional contra la trata de personas y el compromiso con su erradicación en el mundo.