El simbolismo del 2 de agosto
Entre las fechas que marcan el calendario cívico boliviano, probablemente la de ayer es la de mayor carga simbólica. Desde 1937, el 2 de agosto es una jornada dedicada a la población rural de nuestro país. Han pasado 88 años desde entonces, cuando el gobierno de Germán Busch promulgó un decreto que declaraba esta fecha como “Día del Indio” en homenaje al campesino boliviano.
La elección de ese día fue una manera de conmemorar la fundación del primer Núcleo Indigenal de Bolivia, el 2 de agosto de 1931, en el pueblo de Warisata, La Paz, por Elizardo Pérez, que eligió esa fecha como un recordatorio de la muerte del y poeta indígena Juan Huallparrimachi, el 2 de agosto de 1815, en plena Guerra de la Independencia.
Entre la muerte de Juan Huallparrimachi y hoy han transcurrido 210 años. Y aunque la memoria histórica se va diluyendo en el tiempo, la fecha no deja de ser portadora de una carga simbólica muy especial.
Es, probablemente, la que mejor sintetiza las dificultades que a lo largo de nuestra historia hemos tenido, y seguimos teniendo, para afrontar y resolver la compleja realidad económica, cultural, política y social del área rural de nuestro país.
Hay también lo que parece un proceso de “búsqueda de identidad” que ha acompañado a esta fecha desde que el Gobierno dictatorial de 1937 la adoptara como una primera señal de acercamiento estatal a los indígenas y campesinos del altiplano y los valles de Bolivia.
Y que 16 años después, en 1953 se impusiera la Reforma Agraria con la premisa de que "la tierra es para quien la trabaja”, poniendo fin al latifundio.
Ahora la tierra es objeto de conflictos de propiedad que el Estado no alcanza a resolver.
Ese proceso evidencia lo difícil que ha sido –y aún es– conciliar las diversas visiones sobre el tema. Una muestra de ello son los cambios que ha tenido la denominación de este día.
En casi nueve décadas ha pasado de ser el “Día del Indio”, su denominación original, al “Día de la Revolución Agraria Productiva y Comunitaria”, que es la actual. Entre ambas, el 2 de agosto fue “Día del Campesino”, “Día de la Reforma Agraria”, “Día de la Dignidad”, “Día de los Pueblos Originarios”, entre otros. El más reciente cambio es el que ha añadido, en 2011, el término “Productiva y Comunitaria” a “Revolución Agraria”.
Entre el 2 de agosto de 1815 y el “Día de la Revolución Agraria, Productiva y Comunitaria” de ahora hay un proceso histórico en el que fueron tantas las rupturas como las continuidades.
Esos cambios reflejan lo mucho que durante esas ocho décadas ha cambiado nuestro país, al punto que ahora, la población rural representa menos del 30% de todos los bolivianos.
Hoy, como nunca antes, la tierra es objeto de avasallamientos, violencia y corrupción. Y los pueblos originarios de las tierras bajas sufren cada día más los efectos de la contaminación por la minería y la usurpación de sus territorios.