Laboratorio de ideas para “parir” cambios necesarios
Escribo desde el aeropuerto de El Alto. He sido invitada por La Coordinadora de la Mujer, cuya directora es Mónica Novillo, a un laboratorio de ideas que pretende generar pensamiento estratégico sobre la relación género-comunicación-transformación de cánones patriarcales.
“No lo hemos hecho bien… los avances normativos no han sido acompañados con los imaginarios colectivos”, dice Mónica e invita a las asistentes a proponer acciones que faciliten que el asunto de género se transversalice en la agenda y lenguaje de los medios masivos, de las plataformas y redes sociales.
Mónica nos provoca afirmando que lo patriarcal ha sido la “consigna” más difícil de combatir porque está sostenida en una estructura demasiado firme y estable.
La comunicadora Amparo Canedo nos “mete” un poco más en el tema y hace un paralelismo entre patriarcado e información como dos formas de dominio y de hacer las cosas desde una sola voz. Revela que el 78 por ciento de la información de prensa corresponde al género noticia y que ésta tiene una estructura excluyente y poco planificadora; termina advirtiendo que si los medios masivos no migran de la información a la comunicación (escuchando al otro/a los demás), perderán audiencias.
Otra asistente afirma que la sociedad boliviana es una sociedad enferma, porque siete de 10 varones ejerce violencia machista y porque tenemos una comunicación revictimizadora, que esconde al victimario y espectaculariza y banaliza la realidad.
Quien escribe cuenta que hace unos ocho años, un análisis morfológico sobre el tratamiento de la información en Bolivia y en Chile revelaba que en Bolivia la noticia tenía una duración promedio de 1 minuto 15 segundos, mientras que en el país vecino era de 3 minutos y medio, y que en realidad el problema no estaba en la epistemología de la noticia, sino en el pragmatismo con que esta estructura era abordada por los periodistas nacionales. Conté que cuando reclamé esto a una exjefe de prensa, hoy concejal en Cochabamba, me dijo que las notas tenían esa duración en el país para “no aburrir a la gente”.
Qué se propuso en el laboratorio de ideas: Capacitar a los medios en sus propias salas de redacción; capacitar a los informantes (policías, juristas, fiscales, jueces) que no manejan el lenguaje adecuado en asuntos de violencia machista; revisar y afectar el currículo escolar y universitario para transversalizar el asunto de género; “encarnar la voz” pasando del activismo en redes sociales al activismo en las calles (“poniendo el cuerpo”).
Asimismo, diseñar una estrategia de vigilancia comunicacional que afecte esferas de decisión política, medios y plataformas; incrementar el número de columnistas mujeres; hablar de la mujer en positivo; no tratar el asunto de género como un tema, sino como un enfoque que transversaliza el diario vivir de las personas; y, finalmente, ante la falta de una estrategia de género por parte del Gobierno, la responsabilidad del movimiento comprometido con la equidad de género, deberá coadyuvar al Estado a entender y gestionar mejor las alternativas de solución a esta problemática.
Con este encuentro, la Coordinadora de la Mujer abre un valioso proceso de reflexión y construcción en busca de una comunicación más equitativa, incluyente, humana y justa.
Mónica Olmos Campos
Comunicadora Social y Doctora en Ciencias de la Educación.
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