Tarata: Cultura, historia y fe
Texto: Nicole Jiménez Melgar
Fotos: Gobierno Municipal de Tarata y archivo
El municipio de Tarata se encuentra a tan sólo 35 kilómetros de la ciudad de Cochabamba, es también conocido como La Villa Colonial del valle alto gracias a sus calles, casas coloniales, templos y museos. El último domingo de noviembre de cada año se celebra la fiesta de San Severino, patrón de Tarata y al que lo sacan del convento en esta fecha especial.
La orden franciscana ha estado en el pueblo desde su fundación, y la creación del convento fue ordenada por Carlos IV de España en 1792 para la formación de los misioneros que irían a la Chiquitanía, a Moxos y el Gran Chaco. Los misioneros eran conocidos como FIDE y tenían una formación humanista, cultural y religiosa.
San Severino es conocido como el santo de las lluvias desde 1975, año en el que se registró su primer milagro. Tarata pasaba por una sequía muy fuerte y con mucha fe el pueblo tarateño decidió sacar al santo para pedirle que lloviera, en el momento que lo sacaron del templo comenzó a llover. Por esta razón, la imagen es tan importante para Tarata, un municipio con un gran porcentaje de producción agrícola.
La celebración inicia el viernes con la serenata a San Severino y continúa el sábado con la entrada folklórica, en la que baila la diablada de San Severino, la fraternidad más antigua del municipio. El domingo es muy importante para los tarateños y para todos los que visitan Tarata en estas fechas, ya que se realiza la procesión. Para esta sacan al santo del templo y junto al él los feligreses recorren todo el pueblo y luego lo retornan al convento.
Durante este recorrido, los creyentes esperan un avistamiento de lluvia con mucha fe, pues siempre llueve, aunque sea un poco, en San Severino. Cuando esto sucede, reciben con alegría la lluvia que para ellos es una señal de bendición y prosperidad. Esta tradicional fiesta concluye el lunes con el calvario.
La fiesta de San Severino es una de las celebraciones más grandes en el valle alto, llegan feligreses de todas las comunidades, desde agricultores, para pedir bendiciones y lluvia, hasta artesanas y artesanos que ofrecen sus creaciones tanto tejidos como cerámica. Los artesanos desde el viernes, que inicia el festejo, se instalan en la plaza principal para exponer sus productos.
Si bien Tarata es conocida por su famoso chorizo tarateño, la oferta gastronómica los días de la fiesta también es variada. Los pobladores de las distintas comunidades ofrecen platos típicos de la región, como el silique, el papaoutai, el chicharrón, el escabeche. El pueblo es un lugar ideal y económico para comer no solo en días festivos, sino también cuando desee visitarlo, puede encontrar sándwiches de chorizo desde 10 bolivianos y platos deliciosos desde 15 hasta 30 bolivianos.
Tarata está a aproximadamente 45 minutos en auto de la ciudad de Cochabamba y se bordea por la represa La Angostura. El transporte público sale desde la avenida Barrientos esquina Guayaramerín y hay tres líneas de trufi y taxis que llegan cerca del convento, sobre todo los días de la fiesta.
Si no puede visitar Tarata en San Severino, puede hacerlo en cualquier ocasión, ya que igual es un destino muy hermoso e interesante. Algo infaltable para hacer en el municipio es conocer su cultura; visitar sus museos, los dos de la Casa de la Cultura y el convento; subir a la torre del mirador, desde ahí se observa todo el pueblo y los valles cercanos; conocer el convento y la iglesia de San Pedro, y recorrer las calles de la Villa Colonial, donde han nacido personajes históricos de Bolivia, como ser expresidentes.
Tarata cuenta con dos hoteles y un alojamiento donde puede quedarse, puesto que seguro necesitará más de un día para conocer todo lo que ofrece este maravilloso municipio.
Una característica importante que no podemos olvidar de Tarata, aparte de la muestra cultural que tiene, es la hospitalidad que caracteriza a los tarateños, gente que ama su cultura e historia y que no duda en compartirla con todos y cada uno de los visitantes de esta Gran Nación.