Paula Peña: “Metro Santa Cruz será el espacio de convergencia de la nacionalidad boliviana”
Este 24 de septiembre, Santa Cruz celebró el 212 aniversario de su primer grito libertario contra el dominio español. La notable dinámica económica que vive la región desde hace casi siete décadas ha derivado en un creciente poder político y una compleja reconfiguración social. Baste recordar que en torno al eje de la capital cruceña y sus 2 millones de habitantes se va conformando el mayor conurbano boliviano. Según diversas previsiones, en menos de una década se habrá articulado una metrópoli de más de cuatro millones de habitantes.
Es el fenómeno que marcó a Chuquisaca y Potosí en el siglo XIX y a La Paz en el siglo XX. Sin duda, Santa Cruz constituye la región donde se ha inclinado el eje del desarrollo boliviano en el siglo XXI. Y es también donde en las últimas décadas surgieron importantes intelectuales que se dedican a estudiar el boom cruceño. Una de esas figuras es la historiadora Paula Peña Hasbún, quien conversó con OH! sobre las características de esa notable transformación.
—¿Qué ha heredado la idiosincrasia cruceña de lo español, de lo chané, de lo chiquitano y de lo chiriguano?
—Santa Cruz es un territorio de convergencia. Antes de la llegada de los conquistadores, vivían en él muchos grupos nativos con sus propias lenguas, culturas y tradiciones. A mediados del siglo XV, llegaron europeos, criollos y mestizos, tanto desde el Río de la Plata como del Perú. Lo cruceño es la fusión de todos los que aquí habitaban y los que han ido llegando en estos casi 500 años de historia compartida. La alegría de los chiquitanos, la entereza de los chanés, la libertad de los chiriguanaes, la búsqueda incansable de El Dorado, entre otras características, formaron una sociedad de emprendedores que se aventuraron para lograr sus sueños y hacerlos realidad.
—¿Qué características tenían el camba del siglo XIX y el camba del siglo XX? ¿Qué características tiene el camba del siglo XXI?
—De esta fusión de saberes, culturas, lenguas, tradiciones surgió la sociedad cruceña esencialmente mestiza. Lo camba es su expresión gentilicia y, como todo concepto, hay que ubicarlo en su contexto y en su época histórica. Sobre el origen de la palabra ‘camba’ es un debate que hoy por hoy resulta irrelevante, las palabras adquieren significados distintos en cada época.
El camba del siglo XVII era el indígena que no vivía en su comunidad. En el siglo XIX, camba hacía referencia a los chiriguanaes de la actual provincia Cordillera, y en el siglo XX se convirtió en el gentilicio de los habitantes del oriente boliviano. Actualmente, hace referencia a los habitantes del departamento de Santa Cruz y también a lo que produce Santa Cruz: chicha camba, choclo camba, limón camba, etc.
—Se dice que donde se asienta la hegemonía económica, se va la hegemonía política. ¿Considera que ese momento ya ha llegado para Santa Cruz?
—El siglo XX fue el siglo del cambio de Santa Cruz. Los planes para la modernización desarrollados a principios del siglo se hicieron posibles después de las luchas cívicas que lograron el pago de las regalías petroleras y los llevó la institucionalidad creada para ese fin. En los últimos 70 años, la ciudad de Santa Cruz de la Sierra pasó de un poco más de 40 mil habitantes a casi 2 millones en la actualidad. Dejó de ser una aldea para convertirse en una metrópoli, y el departamento pasó de una producción agrícola tradicional a en una economía agroindustrial exportadora, que produce el 70 por ciento del alimento que Bolivia consume.
Hoy es el centro económico de Bolivia y, por lo que parece, no busca la hegemonía política, sino más bien consolidar su modelo. En 1984, exigió el restablecimiento de la autonomía municipal y entre 2003 y 2005, sus luchas consiguieron la autonomía departamental. De ambas autonomías gozamos hoy todos y cada uno de los bolivianos a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. Esa es la política que se hace desde Santa Cruz.
—Al haberse ya convertido en una región metropolitana y proyectarse a una profundización de ese proceso, ¿qué tipo de identidad se está construyendo en Santa Cruz?
—El proceso de construcción de Metro Santa Cruz es la unificación de nueve municipios, uno de ellos, y el más grande, es Santa Cruz de la Sierra. Ese proceso avanza a pasos agigantados y, hoy por hoy, el mayor desafío que enfrenta el departamento es la metropolización. La estructura física se está dando naturalmente, pero hay que construir la nueva región metropolitana, económica, social y medioambientalmente.
Y eso requiere de mucha madurez institucional y desprendimiento de los gobernantes, especialmente de cada uno de los nueve alcaldes que la conforman. Será una nueva forma de organización social, de la que no tenemos ejemplos en Bolivia, y se está consolidando en el departamento cruceño.
Metro Santa Cruz será el espacio de convergencia de la nacionalidad boliviana y generará su propia identidad. Si algo ha caracterizado a la identidad cruceña, es su capacidad de asumir elementos de las demás identidades y reconvertirlos en propios. Lo viene haciendo desde el siglo XVI, sólo que en la actualidad los procesos son más rápidos y por ello pareciera que son más desconcertantes, pero no es así. La forma de ser, de hablar, de organizarse, incluso hasta de protestar de los habitantes de esta tierra, sigue vigente más allá de la clase social, del origen étnico o cultural.
—Hay teorías geopolíticas que señalan la ubicación de Santa Cruz (articulada con su entorno) como un lugar de gran importancia estratégica continental. ¿Coincide con esas teorías? De ser así, ¿cómo se proyectará Santa Cruz a largo plazo? ¿Qué característica tendría?
—La ubicación de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra ha permitido que, a lo largo de estos 70 años, se haya convertido en un centro geopolítico. Primero, con la construcción de la carretera que la unió con Cochabamba y, por ende, con el resto de Bolivia. Segundo, por los ferrocarriles que la unieron con Brasil y Argentina.
Posteriormente, el aeropuerto internacional de Viru Viru, que busca ser un hub en esta parte del continente, y, finalmente, con el corredor bioceánico, que, a pesar de los obstáculos, es una arteria que conecta y acorta distancias. Por ello, el mayor desafío que tiene el departamento de Santa Cruz en esta primera mitad del siglo XXI es la construcción de su región metropolitana.