Uyuni: Más que salar, más que dakar
“¿Y ustedes… no extrañan el Dakar?”, es la pregunta que hacemos a las agencias de turismo de Uyuni, ahora que la competencia se fue de Sudamérica. “Mire —responde Jorge Cala, de la agencia Sandra—, en realidad es nuestro segundo año sin el Dakar (claro, lo habíamos olvidado, en 2019 fue exclusivamente en Perú). No podemos negar que nos ha hecho propaganda, pero… ya es suficiente”.
Nahúm Tito, de la agencia Fátima, da por separado una opinión parecida: El Dakar abrió la ventana turística de Uyuni al mundo, cómo podrían negarlo si allí hasta filmaron la “Guerra de las Galaxias”. Pero el Dakar también tenía un costo: durante esas tres semanas de la competición, la avalancha humana saturaba las calles, familias enteras llegaban en transporte público o en vehículo propio, los hoteles no daban abasto, la gente acampaba en las calles y aceras y dejaban una cantidad de basura impresionante. Por si fuera poco, los competidores pasaban a decenas de kilómetros de la población, y, como muchas de las rutas quedaban cortadas por seguridad, los visitantes se quedaban decepcionados de no haber podido ver la carrera y las agencias tampoco podían llegar a sus destinos turísticos, al menos por esos días.
“En realidad nos preocupaba más la situación política del país”, añade Jorge Cala en referencia al mes de conflictos políticos. Felizmente, las cosas se restablecen, y Uyuni ofrece lo mejor de sus paquetes.
En primer lugar, el salar, por supuesto. A eso viene la gente, a ver el salar, la Isla del Pescado, la Inchahuasi y otras. Pero las agencias en Uyuni ofrecen mucho más, a saber: los hoteles de sal, el cementerio de trenes, las fumarolas o géiseres, las aguas termales, las cuevas de momias, las lagunas de todos los colores (Colorada, Verde, Negra) y hasta olores (Hedionda), y toda su fauna endémica. Hasta las formaciones rocosas ofrecen sus atractivos: el Árbol de Piedra, el Desierto de Dalí, la Italia Perdida y el Valle de las Rocas, por citar algunos, y que prueban que Uyuni es mucho más que el Dakar y mucho más que el salar. Muchos de estos atractivos están ya fuera del municipio y se desparraman por casi todo el departamento de Potosí (aunque el punto de partida será siempre Uyuni) posibilitando la extensión del viaje a varios días, a gusto del turista.
Para hacer un recorrido medianamente cabal, las agencias de turismo recomiendan tres días, como el tomado para este reportaje.
PRIMER DÍA: EL SALAR
Las agencias suelen comenzar la travesía al salar con una visita previa al cementerio de trenes, una docena de locomotoras y vagones que permanecen en las afueras del pueblo desde 1975, pero el abandono en medio de rieles, planicie y arena han dado al lugar un paisaje singular del que los uyunenses han sabido sacar provecho turístico.
Luego viene una visita a la vecina población de Colchani, que ofrece un museo de la llama y de la sal, una feria de artesanías y el almuerzo en una rústica casa de sal.
Llega la tarde. Y por fin lo prometido: el salar. Las lluvias de este año han obligado a cortar la visita a la isla de Incahuasi y han convertido el lugar en un lago gigantesco. Los guías recuerdan que el lugar era un océano de agua salada que, al elevarse producto de la presión de las placas tectónicas, convertidas en las cordilleras real y occidental, secaron el océano dejando en el fondo sólo la sal. Por estos días, sin embargo, el agua de lluvias se eleva unos 20 centímetros y, según los guías, el tardará varios días en escurrirse. Los turistas (nacionales y extranjeros) aprovechan para trajinar con botas o descalzos, y buscar las mejores ubicaciones para sus fotografías.
Una hora después, los vehículos parten como en caravana “mar adentro”, en un viaje lento y cansino, en medio del agua hasta que finalmente salen a una especie de isla. Allí el piso está más seco, se aprecia el monumento del Dakar, un hotel de sal, el pabellón con las banderas de todos los países participantes con la competencia y una planicie blanca, seca, dura. El monumento al Dakar es una mole de unos cinco metros de altura, actualmente corroído por la lluvia (lógico, es de sal). El hotel, en cambio es una construcción que originalmente funcionaba para alojar, pero, por hallarse en medio de un parque natural, quedó como un museo.
Este sitio y sus alrededores son los preferidos por los turistas para las fotografías creativas, del dinosaurio de juguete que en las fotos parece un bicho gigantesco o de la madre que sostiene sobre la palma de su mano a la familia enana. Es una mezcla de belleza y creatividad. Es el salar de Uyuni.
DÍA SEGUNDO: LAS LAGUNAS
Para quienes pidieron un paquete de sólo dos días, el recorrido suele ser una visita a la cueva de las momias y algún atractivo más. Para quienes gestionaron tres días, la segunda jornada es, por lo general, una travesía por las lagunas en el parque Eduardo Avaroa. Esta agenda es así debido a que, para los objetivos del tercer día, es necesario dormir en mitad del trayecto.
Así, pues, el segundo día implica visitar las lagunas Cachi y Colorada, aunque otras agencias incluyen la Hedionda (conocida así por su intenso olor a azufre), Cañapa, Chiarcota y Honda. En todas éstas, es posible apreciar flamencos de diversas especies, patos salvajes y gaviotas andinas. En el camino, en el desierto de Sioli, está el árbol de piedra de unos cinco metros de altura. El viaje concluye en la laguna Colorada, en una de cuyas laderas está una casa comunal en la que se suele hacer estación para pasar la noche, una mezcla de frío, soledad y belleza.
TERCER DÍA: GÉISERES Y ROCAS
Para esta aventura, es necesario madrugar a las 4:00 y partir monte arriba, hasta los 4.500 metros sobre el nivel del mar. Es indispensable llegar al nuevo destino, junto con el amanecer. Allí, en la cumbre, en una zona llamada Sol de la Mañana, con nieve alrededor, están los géiseres, fumarolas de gases que están activos todo el día, pero que son más visibles en la madrugada debido al rocío que se convierte en vapor. Es un espectáculo muy singular, de nieve, vapores, rugidos y olor a azufre. La boca del infierno. Los guías dicen que mucha gente murió calcinada por acercarse demasiado a los cráteres tratando de tomarse una selfi.
Cerca de las 7:00, el paso es por las aguas termales de Colque. El frío del ambiente de cumbres es un contraste delicioso con la tibieza de los manantiales y las piletas construidas para los turistas.
La parte 2 de la jornada 3 es el almuerzo en Villamar, un pueblito que luce sus llamas entre arroyos, y rocas, muchas rocas. Luego viene la Italia Perdida, llamada así debido a la singular erosión de sus rocas volcánicas que asemejan edificios bombardeados. Por supuesto, es fácil hallarle la semejanza a cada formación caprichosa, así tenemos el Corazón Partido, la piedra ET y otras. Un paisaje similar es el Valle de las Rocas, que asemeja a un escenario de teatro andino, y finalmente, la Laguna Negra, un espacio acuático con una rica fauna silvestre, desde aves hasta llamas pasando por las vizcachas.
Para este reportaje, no hemos podido llegar a la Laguna Verde, que, según nos dijeron, cambia de color con el viento, ni al Desierto de Dalì, en cuyas ondulaciones de arena los visitantes suelen reconocer semejanzas con los cuadros del pintor surrealista.
De cualquier manera, hasta aquí, estamos más que convencidos de que Uyuni es mucho más que un salar. Es un salar y mucho más. Es magia, surrealismo, aventura.
CÓMO LLEGAR
Los turistas de Cochabamba pueden acudir a cualquier agencia en esta ciudad, pero los precios son más bajos y las posibilidades de regateo mayores si se contrata a la agencia en la misma población de Uyuni.
Una manera de llegar es viajar en bus hasta Oruro y de allí tomar el tren a Uyuni (salen una vez por día). Otra forma es ir en ómnibus desde la terminal de buses de Cochabamba.
Los buses suelen partir a las 20:00 y llegar a las 7:00. Los empresarios de las agencias de turismo esperan en la estación y las ofertas llueven. Uno puede hacer sus comparaciones y gestiones con calma. No hay prisa. Por lo general, las agencias comienzan sus recorridos a las 10 de la mañana.
Para este viaje de tres días, el periodista acompañado de cinco personas pagó 3 mil bolivianos por todo el grupo, lo que incluyó transporte, guía, alimentación y alojamiento por todo ese tiempo. Compare, regatee, elija y disfrute del paseo.